Cuando en 2008 el sueco Tomas Alfredson dirigió la obra de culto Déjame entrar, dio una vuelta de tuerca, un soplo de aire fresco al cine de vampiros. Seis años más tardes es otro escandinavo (aunque esta vez procedente de Dinamarca), Jonas Alexander Arnby, el que intenta hacer algo similar con Cuando despierta la bestia a lo que hizo Alfredson, aunque cambiando los vampiros por los licántropos. Por desgracia, el resultado de la película danesa no termina de ser tan redondo como fue el de la sueca.
Cuando despierta la bestia narra la historia de Marie, una chica solitaria que vive con sus padres en un pequeño pueblo costero, un pueblo cuyos habitantes tratan con desdén a la joven Marie. La joven descubre un día que padece una extraña enfermedad que la hace transformarse, una enfermedad heredada, aparentemente, de su propia madre…
Frente a esa premisa el danés Jonas Alexander Arnby construye una película delicada y con una dirección sobria, y que cuenta con una exquisita fotografía a cargo de Niels Thastum. El marco visual es claramente la gran baza de esta ópera prima que pasó sin pena ni gloria por el pasado festival de Sitges. Por el contrario, tenemos un guión que resulta de lo más insulso y frío. La historia de Marie, la mujer lobo, resulta de lo más insípida y predecible, no deja ningún tipo de poso más allá de lo anecdótico de ser un relato diferente sobre licántropos. El reparto no resulta de gran ayuda tampoco, siendo tan gélido como el manuscrito de Rasmus Birch. Encontramos actores daneses de renombre como los de Lars Mikkelsen y Sonja Richter interpretando a los padres de Marie, a la que da vida Sonja Suhl. Todos correctos aunque ninguno verdaderamente inspirado.
Es esa frialdad y esa falta de fuerza en el guión lo que hace de Cuando despierta la bestia una película pasable y no perdurable en la memoria del espectador. A pesar del buen hacer tras las cámaras de Jonas Alexander Arnby, el film danés no consigue calar hondo prácticamente en ningún momento. El film no emociona, no asusta, no intriga y el clímax se hace prácticamente imperceptible a lo largo de sus poco más de 80 minutos de duración. Puede que la intención de Arnby o de Birch fuese crear una película fría, cosa que consiguen con creces, pero les sale una obra excesivamente gélida y carente de vida.
Da la sensación de que a la historia de una joven rechazada por su comunidad por ser distinta al resto (y tan distinta, es una mujer lobo) se le podía haber sacado bastante más jugo, jugando con la transformación y repudio de la joven Marie para mostrar algo más de crítica social con una comunidad que aparta a una joven por el hecho de ser diferente. ¿Cómo lo hubiera hecho Franz Kafka? Esa fue una de las preguntas que el que escribe se planteó nada más acabar la película.
No termina de ser Cuando despierta la bestia un verdadero bodrio, pero sí es cierto que estamos ante una película sin alma y que deja muy poco poso en la memoria del espectador. Delicada y visualmente muy bonita, esos son los mejores atributos que tiene la ópera prima de Jonas Alexander Arnby. Una película curiosa y bien cuidada, pero con un guión excesivamente plano e insulso que hace que pierda bastantes puntos. Una pena, porque el film podía haber dado muchísimo más juego del que da con un planteamiento diferente y un guión más elaborado, de ahí que no llegue a las buenas cotas de Déjame entrar. Película pasable, que no mala, pero sí algo decepcionante.
Ficha técnica:
Título Original: Når Dyrene Drømmer Director: Jonas Alexander Arnby Guión: Rasmus Birch Música: Mikkel Hess Fotografía: Niels Thastum Reparto: Lars Mikkelsen, Sonja Richter, Jakob Oftebro, Gustav Dyekjær Giese, Stig Hoffmeyer, Mads Riisom, Sonia Suhl, Benjamin Boe Rasmussen, Tina Gylling Mortensen, Esben Dalgaard Distribuidora: Alimpro Films Fecha de estreno: 24/10/2014