Llenar el vacío acoge las circunstancias a las que se ve sometida Shira, miembro de una familia judía ortodoxa de Tel Aviv, cuando repentinamente su hermana mayor (Esther) muere dando a luz a su primer hijo. La película fue muy premiada en los Ophir Awards (algo así como los Oscar israelí) y la actriz principal, Hadas Yaron, ha sido la primera mujer israelí en ganar en el Festival de Venecia, el premio a Mejor actriz. El filme, escrito y dirigido por Rama Burshtein, corresponde con el primer debut cinematográfico de una mujer judía ortodoxa dirigido para la masa. El proceso de estreno para Llenar el vacío fue largo, Rama Burshtein dedicó 15 años para completarla, otro año más de cásting en búsqueda de Shira y después otro año en post-producción.
El proyecto que nos presenta Rama Burshtein, retrata la cultura judía ortodoxa a partir de un caso muy concreto e intimista. Mediante la elección de rodar en interiores nos aproxima al ambiente familiar de la cultura. La película, desde el inicio, ya introduce una festividad judía típica: el Purim (donde festejan la salvación de ser aniquilados bajo el mandato del rey persa Asuero). Los méritos de la película, sobre todo, aguardan en la representación minuciosa de la estricta cultura judía ortodoxa. Es casi imposible que el espectador no quede sorprendido ante la austeridad en Tel Aviv.
Nos encontramos frente a una cultura que le da primacía al matrimonio de un modo exagerado, todo gira entorno al enlace. En la trama queda reflejado ya que es el tema principal de la filme. En concreto lo percibimos cuando la muerte de la hermana queda totalmente aislada del hilo, se esconde el dolor que puedan sentir los familiares, denotando con acierto lo cerrada que es la cultura judía ortodoxa. Casi de inmediato, después de la tragedia, la prioritario será casar al reciente viudo, que esperará diversas “ofertas” y elegirá aquello “que más le convenga”. También se observa la gran importancia que le dan al matrimonio en una pequeña subtrama de una amiga de la familia. Ella se avergüenza de no estar casada y el mismo rabino recomienda que se cubra la cabeza para que los demás “no hagan preguntas”.
Si la pretensión de Rama Burshtein consta en la exposición de dichos acontecimientos, queda bastante logrado. Chocan las costumbres que allí prevalecen (tan tradicionalistas), teniendo en cuenta que narra sucesos que siguen ocurriendo en pleno siglo XXI; lo que estamos viendo en la pantalla es una ficción, pero no tiene nada quimérico.
No obstante, el buen retrato de la cultura no suple con todo. En la filme nos topamos con diversos elementos que nos hacen sancionar la ópera prima de Burshtein. Aun quedando claros los personajes principales desde un principio, la poca precisión al perfilar las personalidades de los más importantes contribuye a la dificultad de empatizar con ellos. Aunque Hadas Yaron esté muy acertada en su papel como Shira, tampoco logramos conectar con ella. Todos los personajes que giran a su alrededor a menudo aguardan algo forzados y fuera de la historia.
Otro punto débil sería el montaje de la cinta, queda inconexo; el precipitado corte en algunas escenas coopera en la tenaz interrupción entre el espectador y la película. No hay opción de disfrutar de las escenas, no quedan bien cerradas; colaborando a que estemos constantemente entrando y saliendo de la película. Inclusive en algunos tramos es lioso entender qué pretende decirnos la realizadora y añade fragmentos innecesarios (intentan ser cómicos supongo) para el desarrollo, haciendo que nos perdamos aún más. El público no puede conseguir entrar en la película si ni la propia directora consigue afianzarse dentro de su trama. Una razón de la poca accesibilidad vendría dada en la tragedia que abarca a la familia, no consigue reforzar al drama porque no se le presta la suficiente magnitud y no queda bien definido.
Seguramente Llenar el vacío sea una filme que nos sirva más como material “documental” que como una película en sí. Burshtein, de manera sencilla, nos descubre las tradiciones de la cultura judía ortodoxa que nunca antes habían podido ser filmadas y enseñadas con tanta veracidad. Invita, por ello, a la reflexión de una cultura tan severa y conservadora. Pero siendo una película, luce como un proyecto bastante olvidable con notables carencias de dirección y montaje.
Ficha técnica:
Título original: Lemale et ha’halal (Fill the Void) Director: Rama Burshtein, Yigal Bursztyn Guión: Rama Burshtein Música: Yitzhak Azulay Fotografía: Asaf Sudri Reparto: Hadas Yaron, Hila Feldman, Razia Israeli, Yiftach Klein Distribuidora: Surtsey Films Fecha de estreno: 25/07/2014