Bertrand Travernier es un director, escritor y productor francés de cine con un larga trayectoria desde los años 70 hasta la actualidad. Ha tocado diversos géneros cinematográficos en sus películas y en su último trabajo se acerca a la comedia y concretamente a la sátira para poner en tela de juicio los mecanismos de la política como órgano diplomático, administrativo y burocrático y especialmente poniendo el foco en su primer ministro francés de exteriores y cómo él y su gabinete de asesores de más confianza gestionan todos los conflictos de carácter internacional. El guión se basa en un cómic del mismo nombre de Christophe Blain y Abel Lanzac.
La historia se centra en el personaje de Arthur Vlaminck quien es contratado por el Ministerio de Asuntos Exteriores Francés para trabajar como encargado de escribir los discursos al Ministro. Allí se da cuenta de que el mismo Ministro (un desmesurado Thierry Lhermitte nacido para la comedia) es un personaje absolutamente caricaturesco con un punto lunático que se cree inspirado para guiar a su Ministero cuando en realidad profesa la vacuidad en sus discursos hacia sus asesores más cercanos y se pasa la película citando frases y proverbios de Heráclito, que no sirven de absolutamente nada a la hora de afrontar los conflictos reales.
En esa situación los demás personajes alrededor parecen actuar bajo la premisa del «loco que sigue al loco» sin que se pueda atisbar en todos ellos un mínimo de sensatez. Incluso el mismo protagonista que empieza tomando su trabajo con determinación acabará perdiendo los nervios ante ese manicomio camuflado de estructura política.
La película se apoya en un humor muy estridente e incluso gags muy visuales esforzándose por gustar constantemente al público y quizás por eso mismo sintiéndose blanda, poco incisiva y más discreta de lo que pretende en su sátira. Además de dejar la sensación de ser un filme que funciona mejor dentro de su propio país que fuera. Las dos horas de duración se sienten excesivas y los constantes gags e intentos por mantener el ritmo en lo más alto acaban cargando al espectador y haciendo que desconecte. Caótica en su narración, a veces funciona muy bien y otras se desvía de sus intenciones a pesar de ser un tipo de comedia que puede permitirse ciertas licencias si está a la altura de su historia. Pero no es el caso. Tampoco es Crónicas diplomáticas una mala cinta porque posee ritmo, algunos buenos gags y un buen trabajo actoral de todo el elenco, pero le falta esa garra y esa mala leche que la podría haber destacado dentro de esa colección de corrosivas sátiras políticas que nos ha dado el cine.
Ficha técnica:
Título original: Quai d’Orsay Director: Bertrand Tavernier Guión: Christophe Blain, Abel Lanzac Música: Bertrand Burgalat Fotografía: Jérôme Alméras Reparto: Thierry Lhermitte, Raphaël Personnaz, Niels Arestrup, Bruno Raffaelli, Julie Gayet, Anaïs Demoustier, Thomas Chabrol Distribuidora: Golem Fecha de estreno: 04/04/2014