Festival de Málaga. Día 5 | La Cabecita

Ernesto_Chao_y_Nerea_Barros

Con el martes 25 llegó el Festival de cine de Málaga a su ecuador. El balance hasta el momento no estaba nada mal, pues de las 7 películas que habían sido presentadas hasta la fecha, al menos 3 de ellas nos parecieron verdaderamente buenas. Era el turno del día central del festival, había que comprobar si como tal marcaba un punto de inflexión entre las películas presentadas. Tristemente no ha sido así, pues este quinto día de festival ha sido quizás el más gris de todos. Ninguna de las dos películas presentadas ha resultado ser mala, pero tampoco han sido gran cosa. 

La mañana de cine comenzaba con la proyección de El oro del tiempo, el cuarto largometraje de Xavier Bermúdez. Con toda seguridad la mayoría de los asistentes hemos debido pensar lo mismo al terminar el pase de prensa: El oro del tiempo no era una buena película para ver a las 9 de la mañana. El film, rodado completamente en gallego, narra la historia de Alfredo, un viejo y huraño doctor que conserva criogénicamente a su mujer fallecida muchos años atrás con la esperanza de que algún día consiga devolverla a la vida. 

La idea, en principio, resulta muy atractiva y jugosa. El problema es que toda la historia de la mujer congelada actúa más bien como un macguffin, siendo el verdadero propósito del film de Bermúdez mostrar una especie de relato sobre la vejez y el paso del tiempo, un tiempo perdido en una quimera y que nunca podrá ser recuperado. La película está dividida en cuatro actos, con un acto por cada estación meteorológica. Podría venirnos a la cabeza la película Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera del coreano Kim Ki-duk, pero solo en apariencia, pues aunque las dos películas gozan de un ritmo muy pausado, en la comparativa en cuanto a calidad no favorece en absoluto a la obra de Xavier Bermúdez.

Es precisamente ese ritmo tan pausado y denso lo que lastra a El oro del tiempo. Bermúdez no consigue enganchar con su historia y los 100 minutos que dura la película se antojan interminables. El reparto está encabezado por un Ernesto Chao que ofrece una muy buena actuación en el papel del doctor Alfredo. Lo acompañan Nerea Barros y Manuel Cortés con actuaciones más discretas, y Marta Larralde, interpretando a la difunta esposa de Alfredo, a la que solo vemos en los vídeos que revisiona constantemente el viejo doctor.

No acaba de ser mala El oro del tiempo, pero la sensación que deja es de aburrimiento y decepción. Pensamos que con un enfoque distinto y un ritmo algo más ágil, la película de Xavier Bermúdez hubiera resultado ser bastante mejor de lo que realmente es.

Dioses y perros

Tras la soporífera proyección de El oro del tiempo, llegó el turno de Dioses y perros. Si la primera película de la mañana resultó ser aburrida, la de David Marqués al menos consiguió entretener al público durante sus escasos 84 minutos de duración. David Marqués llegaba a Málaga con su quinto largometraje, siendo la primera vez que el valenciano se atreve a dirigir un drama. Dioses y perros nos habla de la complicada vida de Pasca, un pobre diablo que trabaja como sparring de boxeo, que vive con su hermano menor minusválido y cuyo mejor amigo tiene serios problemas con el alcohol. A pesar de todo conoce a Adela, una locuaz profesora que parece dispuesta a cambiar su vida a mejor.

Con esta sinopsis podríamos pensar que Dioses y perros es una película más sobre boxeo, el deporte cinematográfico por excelencia, pero lo cierto es que la cinta de David Marqués es más un drama social sobre un perdedor que no solo recibe golpes en el ring de boxeo. La película comienza muy bien, vemos la sobriedad de Marqués a la hora de dirigir esta intensa película a la que decide dar algún que otro punto cómico que la hace más llevadera aún, especialmente en las escenas que comparten Pasca y su hermano. El problema es que conforme van pasando los minutos la película se vuelve demasiado simple, demasiado convencional. No es precisamente el colmo de la originalidad la cinta de Marqués, pero no es un obstáculo para que la película siga siendo igual de disfrutable. Cuando parecía que íbamos a estar ante una película bastante interesante que salvaría un poco el día respecto a la película anterior, Marqués patina completamente en su tramo final, que resulta ser excesivamente precipitado e insulso. Es en el final donde Dioses y perros pasa de ser una película complaciente a ser simplemente salvable.

El reparto funciona bien, sin estar excesivamente brillante. Destaca el trabajo de Hugo Silva como protagonista del film, realizando una actuación bastante buena. El resto del reparto, formado por Elio González, Megan Montaner y Juan Codina entre otros, cumplen sin más. La dirección de David Marqués no está nada mal, pero le achacamos que su guión no tenga un final más elaborado que hubiera ido más acorde con lo visto previamente en toda la película.