La Piedra de la Paciencia – Cinco horas con Mario | La Cabecita

En la mitología persa, la piedra de la paciencia es una piedra mágica. Una piedra a la que le puedes revelar todos tus secretos, todas aquellas cosas que no te atreves a confesar a nadie más y de las que necesitas liberarte. La piedra escucha con atención, va absorbiendo todas y cada una de las palabras que le cuentas, hasta que cuando has conseguido liberarte de todo aquello que te perturbaba, la piedra explota. El escritor Atiq Rahmi, que consiguió con la novela de mismo título el prestigioso premio Goncourt se encarga ahora de adaptar su novela a la gran pantalla. En ella, se acerca al mito de La Piedra de la Paciencia, situándolo en Afganistán, dentro de la guerra santa, y cambiando la figura de la piedra por un hombre, que ha sido alcanzado en el cuello por una bala, quedando tendido, sin poder moverse. Allí, junto a su marido, como si fuera la Menchu de la Cinco horas con Mario de Miguel Delibes, una mujer empezará a despojarse de todos los secretos que han amargado su existencia. Aunque se empeñen en decir que podría ocurrir en cualquier lugar del mundo, lo cierto es que la obra se acerca a la opresión que tiene que vivir la mujer en los países musulmanes.

Y llama la atención precisamente esta afirmación, cuando la película, con acierto, en sus primeros compases, sitúa al espectador en la dura situación del país afgano. El miedo que existe en sus habitantes, un miedo que llega por los disparos continuos que resuenan de una forma estruendosa, casi aterradora, pero que vemos también en esa mujer, que por dictamen de la sociedad se tiene que tapar completamente al salir a la calle. Posiblemente esté deseando acabar con su marido, como dice en cierto momento, el disparo se lo lleva él, pero el sufrimiento lo tiene que vivir ella. Y aunque es la vía más fácil y más lógica, posiblemente por ese miedo y esa represión que la hace sentirse esclava de él, nunca se atreve a ejecutar esta acción. Es entonces cuando conoce la historia de la piedra de la paciencia, cuando el conflicto desaparece para ella, y se da cuenta que la única vía de escape es aprovechar el estado de su marido y liberarse completamente de todos sus miedos, por primera vez le va a escuchar y tiene mucho que contarle.

Y esta historia empieza con acierto, y con la atención del espectador. Por medio de flashbacks conocemos como fue su infancia en una preciosa historia protagonizada por un gato y un pájaro. Conocemos la situación en la que tiene que vivir, y como el miedo se contagia desde el principio. Sabemos el abandono que ha sufrido por parte de su marido, obligada a casarse con una daga en ausencia de éste y a dormir con su suegra, tan solo para que no tenga la tentación de irse con otro mientras permaneces soltera, una historia que realmente nunca opta por lo sutil, pero que se arriesga mostrando y denunciando sin tapujos la deplorable situación por la que tienen que vivir. Pero su narración sufre un completo revés cuando un tercer personaje, un soldado, aparece en escena. Es ahí cuando la película toma tintes novelescos con una pasión nefastamente narrada, y que tira por la borda todo lo que se había trazado hasta ese momento. Una verdadera lástima, porque aunque la película consiga recuperarse durante su excitante tramo final, abre un bache demasiado grande, que estropea todo su conjunto global.

Observo y disfruto con atención la película hasta ese momento, aunque cuente con algunos altibajos. Pero a partir de ahí se me hace cuesta arriba, e incluso me provoca el sonrojo en algún momento. Pese a todo esto, La Piedra de la Paciencia es una película que absorbe, como ese elemento mitológico, al espectador, durante la narración de esta mujer herida, que si bien, podría haber estado en cualquier lugar del mundo, el fuerte sonido de los disparos, la fuerte herida que destapan sus palabras, descubre una sensación de necesaria denuncia, a ese mundo tan oprimido que observamos tan lejos, tanto en el mapa, como en nuestra mente.

Título Original: Syngué Sabour Director: Atiq Rahimi Guión: Jean-Claude Carrière, Atiq Rahimi Música: Max Richter Fotografía: Thierry Arbogast Intérpretes: Golshifteh Farahani, Hamid Djavadan, Massi Mrowat, Hassina Burgan Distribuidora: Golem Fecha de Estreno: 06/09/2013