Con Los Vengadores Joss Whedon se enfrentaba al fracaso absoluto o al reconocimiento mundial como realizador. Millones de fans de los cómics estaban atentos diariamente a cada foto, tráiler o pista publicada acerca de cómo podría ser la adaptación del mayor tesoro de Marvel. Después de cinco películas a modo de presentación (y algo más) de los héroes que habían de conquistar la taquilla y con el objetivo de satisfacer ya no sólo a los aficionados de las viñetas sino a todos los demás, tocaba hacer lo más difícil: juntar a Iron Man, Capitán América, Ojo de Halcón, Hulk, Viuda Negra y Thor en una misma producción. Y a pesar de todo a Whedon no le tembló el pulso en ningún momento, sabía que se jugaba mucho pero también que tenía público asegurado y unos cuantos miles de millones que le facilitarían el trabajo. Además, el mundo del cómic no le pillaba desprevenido al neoyorkino, fan confeso de los cómics y guionista de X-Men y Astonishing X-Men entre otros proyectos, declaró que lo peor “era la enormidad del asunto” . Ni su primer largo, ni el dinero, ni el reparto de lujo, Whedon sabía lo que tenía que hacer.
En 2008 comenzó la andadura de Marvel por las taquillas de todo el mundo para dar a conocer al selecto grupo que formaba Los Vengadores, cinco superproducciones que confluirían en una mega explosión de acción, aventuras y ciencia ficción con The Avengers. El éxito de Iron Man, la franquicia más adelantada que ya va camino de su tercera parte, aseguró el camino a los que estaban por llegar, y quién iba a pensar (quizá más de alguno) que en menos de un mes el filme dirigido y guionizado por Whedon entraría en el distinguido club del billón de dólares. Y merecidamente, porque Whedon ha sido el artífice de la película que nos ha hecho recordar porqué amamos los golpes, las coches volando y el humor sarcástico seguido de una buena explosión. Porque The Avengers es espectáculo puro, entretenimiento del que ya casi no se hace y del que vale la pena disfrutar en pantalla grande.
Continuando con las épicas aventuras en la gran pantalla de Iron Man, Hulk, Thor y Capitán América, llegan Los Vengadores, el legendario grupo de superhéroes. Cuando un enemigo inesperado surge como una gran amenaza para la seguridad mundial, Nick Fury, director de la Agencia conocida como SHIELD, se encuentra en la necesidad de reunir a un equipo para salvar al mundo de un desastre casi seguro.
Whedon ha hecho la adaptación de Los Vengadores que todos querían pero pocos esperaban que se consiguiera, ha creado un filme capaz de hechizar tanto a geeks como a no fans. El director ha combinado a la perfección emotividad e inteligencia, humor y heroísmo, y sin caer en tópicos incómodos. El primer acierto de Marvel desde que comenzó su aventura vengadora fue la elección de sus protagonistas, porque desde que Robert Downey Jr. prestase su imagen a Iron Man no hemos dejado de asistir a aciertos de casting, pasando por Chris Evans hasta el novato Mark Ruffalo como Hulk. Cada uno de ellos se ha apoderado del personaje, le ha hecho suyo, construyendo así a los superhombres con más carisma que hemos contemplado (y quizá contemplemos) en la gran pantalla. Y precisamente esa diversidad de personalidades hacía más interesante el proyecto, aumentando día sí y día también el hype de los fanáticos, ¿Capitán América y Iron Man, juntos? Conociendo la chulería y el descaro con el que Downey Jr. despliega las emociones de Iron Man la diversión estaba más que asegurada.
The Avengers no da un mínimo respiro al espectador, Whedon distribuye el tiempo en pantalla de manera que ningún superhéroe queda desestimado, teniendo sus minutos de gloria perfectamente aprovechados, logrando formarse así ese espíritu de equipo tan difícil de crear y tan necesario en una saga como Los Vengadores. Esa camaradería que termina reinando en el filme es la responsable de que cada pocos minutos soltemos alguna carcajada (ahí Robert Downey Jr. se lleva la palma). El tramo final es sencillamente espectacular, con unos efectos especiales que ya quisiera Michael Bay para su Transformers, y en el que no falta la emoción.
Un blockbuster con corazón, inteligente y en el que reparto, guión y dirección se dan la mano para ofrecer un espectáculo que ojalá redefina la manera de hacer adaptaciones comiqueras en el futuro. Podemos descansar tranquilos, Los Vengadores están aquí, y dudo mucho que se marchen.