En 2002 un Nicolas Cage renovado de una década llena de éxitos se adentró en otro filme con un viejo amigo: John Woo (Cara a cara). Esta vez para una aventura bélica titulada Windtalkers por la que se le seguiría considerando de los grandes.

Este mismo año (2002) Cage se estrenó en la dirección. Sonny fue un filme discreto en el que destacó por encima de todo la manera de dirigir de un principiante pero muy astuto Nic. Ni James Franco como actor, ni John Carlen a manos del guión consiguieron que este largometraje sobresaliese como en un principio se pretendía. Pero al menos nos quedó el consuelo de saber que Nic demostró (y con creces) que no solo es un gran actor sino un director con una gran visión cinematográfica.
Digamos que en 2004 comenzó una nueva etapa en la carrera de Nicolas Cage. Una época no demasiado próspera y alabada por los cinéfilos y seguidores del actor pero que aún así conseguía su propósito. Este año vio la luz uno de sus muchos filmes de Disney: La búsqueda. Quizá el mejor desde que comenzó esta “nueva vida”. Una película reconocidísima a nivel mundial y que tiene grandes dosis de entretenimiento del bueno. Cine de aventuras familiar que deja muy buen sabor.

Afortunadamente en 2005 llegó un producto inolvidable, un thriller espectacular que nos dejó con la baba colgando a más de uno. El señor de la guerra consiguió superar cualquier expectativa que hubiese vertida sobre ella. Maravillosa se mire por donde se mire.