Licorice Pizza – Jóvenes, inquietos y adorables | La Cabecita

Uno de los hijos pródigos del nuevo cine de autor de Hollywood regresa con una coqueta y entrañable película sobre dos jóvenes que empiezan a enamorarse  un verano del 73 en el Valle de San Fernando. Paul Thomas Anderson nos tiene acostumbrados a la excelencia y Licorice Pizza no es una excepción. Sin perder la esencia de su cine y su marca, Anderson nos traslada a la que es su película quizá más inocente y accesible sobre un momento y un lugar tan especiales como lo son aquellos amores de verano que pase el tiempo que pase, siempre acabamos recordando con cierta adorabilidad.

Licorice Pizza es la historia de Gary Valentine, un adolescente realmente espabilado y dotado de habilidades extraordinarias para el marketing, que conoce a la carismática Alana Kane y queda prendado de ella desde el minuto uno. Ambos personajes están interpretados por Cooper Hoffman (hijo del desaparecido Philip Seymour Hoffman) y Alana Haim (componente del grupo indie Haim Sisters) y vemos cómo día a día las diferentes circunstancias del caluroso Valle de San Fernando hacen que poco a poco se cueza una particular historia de amor marcada sobre todo por la notable diferencia de edad entre ambos muchachos. Paul Thomas Anderson hace un recorrido cultural de la sociedad de finales de los 70, del mismo modo que la hizo de la década de los 80 en su extraordinaria Boogie Nights (1997) pero desde la inocencia más pura y en un contexto mucho más amable y porqué no decirlo, relajado.

Toda historia y película de PTA tiene fácilmente varias lecturas, y en el caso de Licorice Pizza también, porque a pesar de que sea aparentemente una película que se podría catalogar como un coming of age , no se puede pasar por alto que además de ser la historia de enamoramiento de dos chavales, hay un trasfondo religioso destacable (ella es judía de familia tradicional) y lo que ha copado la mayoría de titulares sobre el film, Alana es 10 años mayor que Gary y este es menor de edad. Es realmente destacable cómo PTA compone la historia teniendo en cuenta estos detalles y es capaz de componer con ello una trama preciosa con la que es imposible no conectar. La inseguridad propia de la edad adolescente, la necesidad de querer creer antes de tiempo, de destacar en algo y de querer hacerse notar son la esencia de una película muy agradable que más allá de contar la historia de los chicos, es una instantánea de una sociedad vibrante que marcó no solo su década, sino a la Historia.

Licorice Pizza es una de esas películas en las que todo transcurre con una naturalidad y una entidad propia que casi pareciera que estás viendo algo que no es material de ficción. La luz del atardecer del Valle de San Fernando que rebota en la penetrante mirada de una sensacional Alana Haim, hacen de esta película un producto verdaderamente especial y luminoso dentro de la filmografía de un Paul Thomas Anderson más desconocido y amable hasta el momento. Licorice Pizza no será su mejor película (lo cual no es nada malo, su filmografía es excelente en términos catedráticos) pero sí será su película más inocente y juguetona al menos hasta el momento.

Título original: Licorice Pizza  Director: Paul Thomas Anderson Guión: Paul Thomas Anderson Música: Harald Kloser, Thomas Wanker Fotografía: Robby Baumgartner Reparto: Halle Berry, Patrick Wilson, John Bradley, Charlie Plummer, Donald Sutherland, Stephen Bogaert, Eme Ikwuakor, Michael Peña, Wenwen Yu, Carolina Bartczak, Maxim Roy, Hazel Nugent Distribuidora: Universal Pictures Fecha de estreno: 11/02/2022