El nacimiento de una nación – Mucho ruido y pocas nueces | La Cabecita

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Ha pasado un año desde que el Festival independiente de Sundance premió a El nacimiento de una nación en Mejor película y Mejor película del público. Una película que el actor Nate Parker (escribe, produce, dirige y protagoniza) ejerce como respuesta a la grandiosa obra de D. W. Griffith realizada en 1915, y que no ha podido llegar a nuestro país en el momento para oportuno de cara a los últimos estrenos  en el que destacan los miembros afroamericanos, sobre todo para la gala de los Premios Oscars.

Con 20th Century Fox pagando un pastizal debido a su éxito, pronto empezaría su sonado favoritismo hasta que llegaron las polémicas de acoso sexual del director y actor Nate Parker, cayendo en picado hasta llegar al olvido. Lo cierto es que la película, a pesar de la expectación levantada en los primeros meses de 2015, cuenta con una épica que ya hemos visto en varias películas dando sensación de deja vu, donde más de uno se acuerda de Braveheart de Mel Gibson (nominado para la nueva edición de los Oscars por Hasta el último hombre), y con un ápice de querer contar algo con ínfulas superiores que no logran encajar del todo resultando la parodia.

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El nacimiento de una nación cuenta la historia de Nat Turner, un esclavista y predicador que realiza una gran revolución contra los negreros de distintos estados para lograr la ansiedad libertad que desean. A partir de aquí vivimos la misma historia que ya nos han contado, los blancos son los malos, los diablos que castigan a bases de latigazos a sus esclavos si estos no les responden como debería ser. Con una premisa tan fácil, Parker quiere alcanzar una trepidante épica que no encaja del todo con la película, intentado hacer una nueva versión de Braveheart sin tener la maestría que tiene Mel Gibson en las escenas de acción. Tampoco logra transmitir el mensaje que sí sacó muy bien Steve McQueen con 12 años e esclavitud. La épica y la moraleja salen empañadas por culpa el egoísmo grandilocuente de Parker para sacar una gran película que se convierte en una parodia sobre la película de esclavistas al puro estilo de Ágarralo como puedas o la saga de Scary Movie.

Un año llenándonos la boca agua con El nacimiento de una nación desde su proyección en el Festival de Sundance hasta que en el día de su estreno te llevas una de las mayores decepciones del año. Sí puedo decir que se hace entretenida a medida que la ves, ya que Parker no profundiza tanto en la historia yendo directamente al grano a base de brochazos sin importar el desarrollo de la misma. No obstante, este punto a favor no logra salvar al film a pesar de contraponer el punto de vista de D. W. Griffith, que a día de hoy a pesar de ser polémica (los negros son los malos y los blancos los buenos) sigue siendo una lección de maestría en el desarrollo del campo visual en la factoría cinematográfica. Podéis ir a verla si tenéis interés o curiosidad de ella, en eso no voy a discutir, pero como dice el dicho, mucho ruido y pocas nueces.

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Título original: The Birth of a Nation Director: Nate Parker Guión: Nate Parker, Jean McGianni Celestin Música: Henry Jackman Fotografía: Elliot Davis  Reparto:   Nate Parker, Armie Hammer, Jackie Earle Haley, Gabrielle Union, Aja Naomi King,Penelope Ann Miller, Aunjanue Ellis, Mark Boone Junior Distribuidora: 20th Century Fox Fecha de estreno:  17/02/2017