L'Alternativa 2015 – Último día | La Cabecita

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Y llegó el final, se terminó esta travesía por L’Alternativa 2015, una travesía en la búsqueda de nuevo creadores, realizadores, y formas de ver el cine de las que no estamos acostumbrados. Y que mejor forma de poner el broche final que con la ganadora del festival, junto a un experimento muy interesante.

Stand by for Tape Back-UpUn VHS más que interesante

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Una de las propuestas más interesantes y llamativas era esta cinta (nunca mejor dicho) de Ross Sutherland, donde el director explora a través de una cinta VHS de su abuelo toda una vida, además de hacer una lectura filosófica sobre la vida y su sentido. Una especie de máquina del tiempo, donde toda una generación de videos y grabaciones de TV evocan a un yo abandonado, recuerdos que se difuminan, y la retórica constante de una mente pensante. Y funciona de perlas. A través de la intro de El Príncipe de Bel-Air, Ross Sutherland habla sobre su infancia, sobre los últimos días de su abuelo, y da una nueva lectura a lo que se ve en pantalla, repitiendo una y otra vez la intro, cada vez con una voz en off distinta que casa perfectamente con la imagen, abordando una nueva simbología a esta, mucho menos banal y más profunda. Constantemente consigue ese objetivo con cada uno de los fragmentos encontrados en esa vieja cinta, que baila desde Los Cazafantasmas hasta Tiburón, pasando por anuncios de los años 90 de bancos, concursos de TV o el Thriller de Michael Jackson. Todo adopta un nuevo significado, el del director respecto a sus vivencias, consiguiendo un efecto interesante: la relectura de las imágenes y cómo su concepción puede ser absolutamente distinta según los ojos de los que las miren. De pronto, hablar sobre el existencialismo mientras ves un videoclip cobra sentido. Bajo la voz en off, cercana y, casi, como si estuvieses en un bar hablando con él, Sutherland narra e incluso musicaliza en forma de rap o versos pensamientos y reflexiones, teniendo como resultado un interesantísimo pero corto experimento sobre las visiones, el uso de las imágenes y su percepción, además de obtener un relato sincero y próximo al espectador. Muy buen trabajo creativo en varios aspectos.

The Iron MinistryEl diablo de hierro

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Sonidos estruendosos sin cesar, una secuencia a través de metales y figuras extrañas, y mucha incertidumbre. Ese es el inicio de The Iron Ministry, la película ganadora del festival, un documental grabado durante 3 años en distintos viajes de tren a través de toda la China, recogiendo testimonios visuales y dialogados, momentos e imágenes únicos, en un recuento de la evolución social y tecnológica de una sociedad concreta. El viaje se reduce en uno solo, como si a través de los vagones cruzaras una época o un momento relevante (una especie de Snowpiercer, pero temporal). La cámara juega entre las piernas, los asientos y las historias, moviéndose en círculos y agitándose. Por momentos, la subjetividad de la cámara manejada por el director J.P. Sniadecki parece ser los ojos de un perro, observador entre las sombras, y en otros la de un hombre con ganas de conocer las vidas ajenas que viajan durante tanto tiempo en esta especie de “Diablo de hierro” (como lo llaman en la película). Es curiosa, y tiene momentos muy interesantes, los protagonizados por los viajeros del tren sobre la religión, la política, las suegras y los sueños de futuro. ¿Cuál es el problema? No tiene mucho más. Funciona, es eficaz al 100%, y te hace pasar un buen rato, pero peca de formalista en su mayor parte, ya que tanto el inicio como el final del viaje, tiene ese It Factor que lo demás del metraje no tiene, un atisbo de genialidad narrativa que espero encontrar durante todo el proceso. No nos engañemos, The Iron Ministry es muy buena película, muy eficaz, pero quizás no lo suficiente para ser recordada como algo especial.

 

THE END

No nos olvidemos de despedir a este festival sin una breve retrospectiva: la genialidad reside en la humildad, ya que ésta traspasa la pantalla en forma de imágenes y sonidos, recreando una historia, desfragmentándola, grabando la realidad o manipularla a tu antojo creativo. Lamentablemente, muchos de los pecados de algunas de las películas aquí analizadas es la soberbia artística con la que juegan, nada agradecida para este servidor, cuyo único fin es opinar subjetivamente sobre la sorpresa, innovación y creatividad. Pequeñas grandes joyas han hecho que la travesía sea provechosa, y damos gracias a ellos, los cineastas pequeños, las mentes pensantes del underground, que se atrevan a darnos una nueva visión a partir de las herramientas ya usadas, de forma totalmente libre y autónoma.