Kingsman: Servicio secreto – Matthew Vaughn contra el Dr. Nolan | La Cabecita

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“Christopher Nolan vs. Matthew Vaughn”. Esta frase que bien podría pasar por un combate por el título mundial de alguna categoría de lucha libre es una pelea en otro terreno muy diferente. Desde luego ni Nolan ni Vaughn saben que se enfrentan ni probablemente sientan al otro como enemigo pero ambos representan quizá los máximos exponentes, no por calidad sino por compromiso con sus ideas, de las dos vertientes que desde unos años hasta entonces ha tomado el cine de acción. De superhéroes si se quiere o adaptaciones de comics para afinar más, pero en definitiva cine multisalas para gloria de un espectador que ansía ver acción.

Nolan es la oscuridad argumental y visual, la trascendencia y la profundidad que den máxima relevancia a la historia que quiere contar; la acción sobria y supuestamente elegante y estilizada y el serio discurso político o social que acompaña muchas de sus tramas. Matthew Vaughn se halla en las antípodas de todo lo anterior. Es irreverente y cómico, colorido y exagerado. La acción en sus películas es bestial e increíble y no, no renuncia a cierta crítica política en forma de sátira.

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Además de la archiconocida El Caballero Oscuro, en la primera vertiente existen multitud de títulos influenciados directamente por ese halo de seriedad: Skyfall, El Hombre de Acero o la última entrega de Godzilla son ejemplos más o menos inspirados. Por el otro lado, además de Kick-Ass, catapulta que lanzó a Vaughn a la fama, se puede encontrar un tono desenfadado similar (eso sí, menos violento) en gran parte de las películas de Marvel.

Y por último llegamos a Kingsman, su nuevo trabajo y de nuevo adaptación de un cómic (De Frank Millar, el mismo autor que escribió Kick-Ass) que, como cabe esperar, no traiciona sus principios y recuerda directamente a lo ya visto en Kick-Ass: humor gamberro y negrísimo, violencia sin concesiones y estética fiel al original en papel. Matthew Vaughn no cambia de premisas pero si de temática; abandona el mundo de los superhéroes de lleno para entrar en el del espionaje, remitiendo inevitablemente a las películas de James Bond (la cantidad de homenajes a esta mítica saga es prácticamente infinita en toda la película)

En Kingsman encontramos a un improbable Colin Firth encarnando a un agente de una sociedad secreta de espías británicos; una suerte de MI6 con más licencia (aún) para matar que se ayudará de un descarriado adolescente (Taron Egerton), entrenándole, para vencer a un súper villano al que da vida Samuel L. Jackson haciendo, cómo no, de Samuel L. Jackson.

Una sinopsis como la anterior huele a tópicos y clichés por los cuatro costados: El joven rebelde que debe sobreponerse a su difícil vida y su personalidad; el espía que busca un discípulo; el villano, digno de un clásico de 007 que desea sojuzgar al mundo… Pero he aquí uno de los mayores logros de la película: destrozar, pisotear y enterrar todos los clichés posibles sobre este tipo de cine. De una forma admirable y totalmente orgánica Matthew Vaughn sortea todos los acantilados por los que podía despeñarse su película una y otra vez, salta todos los tópicos hasta conformar con el final un ejemplo de entretenimiento total y de virtuosismo narrativo.

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Este todoterreno que es Kingsman no renuncia a una moderada componente de sátira política; un par de escenas divertidísimas y un tanto pasadas de rosca que ponen de manifiesto, de nuevo, lo diferentes que son este tipo de películas unas entre otras. El humor es la mejor arma de Kingsman y a partir de eso se conforma todo: la violencia, los personajes, la historia y la misma sátira. Una gozada.

A Matthew Vaughn hay que agradecerle erigirse como estandarte de algo tan sorprendentemente escaso en estos tiempos de sobresaturación de cine abdominal como es el hecho de que el propio autor disfrute de lo que hace y se implique en ello, condición importantísima para que la película de este calibre funcione correctamente. El famoso término “blockbuster de autor” recobra su significado aquí alejado, eso sí, del inspirador original de la expresión, Christopher Nolan.

Al final, lo importante es tener el suficiente  talento o inteligencia (muchas veces sobra uno y falta el otro) para entender que no todo puede ser contado de la misma forma y que en la variedad y la flexibilidad está la virtud. Matthew Vaughn volvió al tono de Kick-Ass después de pasar por una cinta de corte algo más serio como es X-Men: Primera generación. Lo que nunca ha cambiado es que sabe cuidar como nadie sus trabajos. Una rara mezcla de inteligencia y talento.

3.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Kingsman: The Secret Service Director: Matthew Vaughn Guión: Matthew Vaughn, Jane Goldman Música: Henry Jackman, Matthew Margeson Fotografía: George Richmond Reparto: Colin Firth, Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Mark Hamill, Mark Strong, Michael Caine, Sofia Boutella, Jack Davenport Distribuidora: Fox Fecha de estreno: 27/02/2015