Midsommar – Un nuevo concepto de terror | La Cabecita

El Hollywood contemporáneo si puede estar orgulloso de una cosa es de contar en su haber con nuevos maestros del terror que gracias a lo rentable y popular que resulta el género en sí mismo, estén dando la oportunidad a nuevos y desafiantes autores que imprimen de originalidad aquellos títulos que firman. Autores como Robert Eggers, David Robert Mitchell, Jennifer Kent o Jeremy Saulnier han debutado con obras de género que han supuesto una vuelta de tuerca irreversible al terror tal y como estábamos acostumbrados hasta el momento. A ellos se une, muy en especial, el talentoso Ari Aster, quien con su ópera prima (Hereditary, 2018) logró encandilar a la crítica internacional, con una de las películas más perturbadoras y retorcidas filmadas jamás. Un debut que le proporcionó comparativas incluso con El exorcista (William Friedkin, 1973) algo que venía a advertir que su carrera iba a dar de lo que hablar, razón de más para que su segunda película Midsommar se haya esperado como agua de mayo para aquellos (que como yo) aman el terror en todas sus formas y vertientes.

Lo que empieza como el retrato de una relación tóxica entre dos jóvenes universitarios y un viaje entre amigos a un festival en un recóndito lugar de Suecia en donde el sol no se pone nunca (que esperaban actúe como salvamento de la relación) se torna a una inquietante trama en la que Dani (Florence Pugh) y Christian (Jack Reynor) se ven tentados y arrastrados a los perturbadores encantos de una festividad tradicional en la que nada es lo que parece y en la que sobre todo nadie es quien dice ser. Una luminosa fotografía de Pawel Pogorzelski y la incómoda partitura de Bobby Krlic vienen como anillo al dedo a un guión firmado por el mismo Ari Aster en donde a diferencia de en su debut (Hereditary) aquí opta por un desarrollo de los acontecimientos mucho más sosegados, en donde además de contemplar el abismo emocional al que son arrojados sus protagonistas, asistimos a una radiografía psicológica y a un tratamiento de personajes prácticamente inaudito dentro del género.

Midsommar es sin lugar a dudas un nuevo y reformado concepto de terror, pero es también un poderoso drama que se esfuerza por contar una historia de personajes en donde cada giro y cada nuevo acontecimiento de la trama están supeditados y justificados por un guión que cuida con sumo mimo hasta el último detalle. De forma que casi prácticamente te sentirás participe de las decisiones que estos van tomando conforme avanzan los sucesos dentro de ese esperpéntico festival nórdico, mezcla de ritual satánico y celebración folclórica, que por momentos recuerda incluso a la ya icónica The Wicker Man ( Robin Hardy, 1973). Una cinta que sorprende en su acertadísima capacidad para ser original y para sorprender al espectador con un relato poderoso y universal que conecta con él incluso en medio de unas circunstancias absolutamente desquiciadas, un tanto que ya se anotó con Hereditary y que aquí supera con creces al acercarse más a su protagonista, una desatada y pluscuamperfecta Florence Pugh que demuestra en cada escena del metraje la bestia parda de la interpretación y lo reina que es, tal y como apuntaba maneras ya en su debut internacional en la sublime Lady Macbeth (William Oldroyd, 2016).

Adjetivos tales como obra maestra, parecen más que justificados a Midsommar si tenemos en cuenta cómo la cinta y su director hacen por contar una historia plagada de terror y emociones con las que irremediablemente conectarás desde el minuto uno, pese a no estar viendo una película de terror al uso y pese a no recurrir a ninguno de los artificios habituales del género para captar la atención del espectador. En Midsommar, el espectador realiza un viaje físico y emocional junto a su protagonista, y esa es la baza principal que usa Ari Aster para que le sigamos hasta el final de la película y nos dejemos arrastrar junto a ella por las escabrosas situaciones que en ese turbio festival tienen lugar a plena luz del día.

Midsommar es una perturbadora y luminosa cinta que confirma a su director como uno de los autores más importantes e interesantes del cine actual. Un terrible viaje al fondo de la psique humana en circunstancias realmente retorcidas, que no saldrán de la cabeza en al menos unos cuantos días.

Título original: Midsommar Director: Ari Aster Guión: Ari Aster Música: Bobby Krlic Fotografía: Pawel Pogorzelski Reparto: Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper, Ellora Torchia,Archie Madekwe, Vilhelm Blomgren, Julia Ragnarsson, Anna Åström, Anki Larsson,Lars Väringer, Katarina Weidhagen van Hal Distribuidora: DeAplaneta