Destroyer: Una mujer herida – Incombustible Nicole | La Cabecita

Por inusual que parezca voy a comenzar citando a otro periodista, el crítico Peter Debruge (Variety) dijo que “nada de lo que había visto antes de Nicole Kidman le había preparado para su trabajo en Destroyer”; y es que eso es (incluso) quedarse corto. Esta película es Nicole Kidman, y aunque la cinta no esté en ningún caso a la altura de su intérprete protagonista, es una película que definitivamente tienes que ver, porque el espectáculo interpretativo de esta incombustible actriz es digno de admiración y veneración.

La interesante directora Karyn Kusama, viene de dirigir unas cintas tan distintas como exquisitas tales como La invitación (2015) sugestivo thriller alrededor del concepto de las sectas norteamericanas y la divertidísima y muy reivindicable Jennifer’s Body (2009). En su curiosa trayectoria tiene también algún traspiés como la inefable AEon Flux (2005) su intento de acción superheroica femenina de la que mejor no vamos hablar, cintas todas completamente distintas entre sí. Por ello no sorprende la capacidad de su directora para adentrarse en la dirección de una película tan oscura y tremendamente desoladora como Destroyer: Una mujer herida. Un complejo trabajo que juega en todo momento entre los claroscuros que diferencian la vida de su protagonista. Un presente frío y estéticamente feo de todas a todas y un pasado (intercalado mediante flashbacks) muy luminoso, en donde ella conoce al amor de su vida y a la persona que irremediablemente marcaría su futuro.

El retrato de Erin Bell que realiza la ganadora del Oscar Nicole Kidman es tan sorprendente que incluso después de haber visto todos y cada uno de los trabajos de la actriz a lo largo de su espectacular carrera, es casi imposible poder reconocerla en cualquier secuencia en Destroyer. Su capacidad para convertirse en otra persona es apabullante y es de lejos la razón principal para acompañarla durante este descorazonador descenso a los infiernos del odio y el rencor en el que se encuentra atascado su personaje. Una mujer que en medio de una odisea moral y existencial hará todo lo que esté en sus manos para vengar los sucesos ocurridos años atrás, cuando siendo una joven policía se infiltró en una banda de atracadores para intentar desarticular su mayor atraco.

Es una lástima que en ningún momento, ni tan siquiera en los flashbacks, la película consiga la enjundia necesaria para mantener al espectador interesado en su narración, más allá de acompañar hasta el final el tour de force de Kidman. Nadie más en la película parece alcanzar el nivel de sacrificio y autoexigencia de ella, aunque en honor a la verdad cada una de las contadas escenas en las que la australiana comparte pantalla con Sebastian Stan y Jade Pettyjohn (su amor y su hija en la ficción respectivamente) la película destaca favorablemente.

Si algo parece estar claro en Destroyer es que su autora parece perder ligeramente el equilibrio a la hora de desarrollar los sucesos comprendidos en los diferentes espacios temporales, pero es encomiable su capacidad para mantener en todo momento a una mujer al frente de la trama como único interés del espectador, pese a representar un estereotipo de mujer con el que es infinitamente difícil empatizar. Algo que en gran parte es gracias al inmenso talento de la actriz escogida para realizar tal caracterización.

Karyn Kusama firma una película tan compleja como “fea” de ver. Es una cinta que se esfuerza por ser incomoda en todo momento. Prácticamente nada más comenzar Nicole lleva a cabo una muy desagradable escena en la que tiene que ceder a realizar una masturbación a un enfermo terminal a cambio de información, y esa escena casi nada más adentrarse en la cinta es solo un ejemplo del submundo al que ella debe enfrentarse para conseguir venganza, algo que se hace soportable porque la película tiene un objetivo principal: hacerte partícipe del dolor de su protagonista, algo que se hace realidad únicamente gracias a Nicole Kidman, a nuestra querida Nicole.

Título original: Destroyer Director: Karyn Kusama Guión: Phil Hay, Matt Manfredi  Música: Theodore Shapiro Fotografía: Julie Kirkwood Reparto:  Nicole Kidman, Sebastian Stan, Tatiana Maslany, Toby Kebbell, Scoot McNairy,Bradley Whitford, James Jordan, Toby Huss, Jade Pettyjohn, Shamier Anderson,Jan Hoag Distribuidora: Diamond Films