No te preocupes, no llegarás lejos a pie – Un costumbrismo poco acostumbrado | La Cabecita

Aunque no sea justo, hay que reconocer que uno no siempre le exige lo mismo a todos los directores, y en el caso de los autores como Gus Van Sant, obviamente uno tiende a medir con rasero distinto que al resto. Por esto el hecho de que el ganador de la Palma de Oro de Cannes por Elephant (2003), (sin duda una de las mejores películas filmadas nunca), haya realizado una película basada en hechos reales, tan convencional tanto de forma como de fondo, resulta involuntariamente demasiado convencional y poco agradecido.

No te preocupes no llegará lejos a pie es la película número 18 de Gus Van Sant y tal y como hizo en Last Days (2005) dirige y firma el guión de un biopic que a diferencia de la película basada en los últimos días de vida de Kurt Cobain, ni de lejos resulta todo lo estimulante que cabría esperar de él. El film narra los hechos reales vinculados a la figura de John Callahan, un dibujante satírico que tras sufrir un accidente a consecuencia del alcohol quedó paralítico de por vida. Este material adaptado de las memorias del propio Callahan, permiten poca capacidad de movimiento para su director, que juega con lo que puede para firmar una comedia negra que en ningún momento llega a ser todo lo negra que pretende. La historia del atípico creador sirve principalmente para dos propósitos, uno regalar otra memorable interpretación de Joaquin Phoenix y dos, para que Van Sant juegue a intercalar elementos narrativos visualmente interesantes, extraídos directamente de las viñetas originales que hicieron tan famoso a Callahan.

El problema reside principalmente en que salvo esos agradables recursos estilísticos, la película resulta irremediablemente sosa. Tan típica y previsible como cualquier telefilm de mediodía que muy poco, o nada aprovecha a sus muy suculentos personajes secundarios. Unos personajes interpretados por la siempre encantadora Rooney Mara y el talentoso Jonah Hill, que funcionan únicamente como personajes herramienta al servicio de su protagonista.

Con un tono ligeramente divertido que en algún escaso momento entrevé la mala baba de Gus Van Sant, No te preocupes no llegará lejos a pie resulta con perdón, un título menor y desaprovechado en la filmografía del director. Su necesidad por respetar el material original y su evidente intención de querer hacer una película poco ambiciosa y correcta, hacen que lo más que se le pueda reprochar es precisamente la poca personalidad con la que ha impregnado la adaptación. Esta no es la primera vez que el director nominada al Oscar se basa en una historia real, ya lo hizo con Milk (2008), la olvidada Descubriendo a Forrester (2000) o incluso la celebrada El indomable Will Hunting (1999), pero estas tres producciones tenían como base una historia real mucho más atractiva y definitivamente menos convencional, algo que jugó muy en su favor.

Aún así No te preocupes no llegará lejos a pie es un curioso retrato del antihéroe americano y un elaborado retrato de la superación humana protagonizado por un hombre que empezó a vivir de verdad en el momento en el que se vio postrado en una silla de ruedas. Un más que aprovechado vehículo para el lucimiento del gran Joaquin Phoenix, que una vez más da un enigmático recital interpretativo. Lo peor de la película es que en ningún momento llega a ser tan retorcida y cruda como se espera de ella, al contrario, estamos ante uno de los trabajos mejor intencionados de Gus Van Sant y me temo que eso al público solo le interesará a medias.

Título original: Ant-Man and The Wasp Director: Gus Van Sant Guion: John Callahan, Gus Van Sant Música: Danny Elfman Fotografía: Christopher Blauvelt Reparto:   Joaquin Phoenix, Rooney Mara, Jonah Hill, Jack Black, Mark Webber, Peter Banifaz, Udo Kier, Nolan Gross, Connor Skific Distribuidora: Diamond Films