Sicario: El día del soldado – El comienzo de algo grande | La Cabecita

En un momento en el que Hollywood parece haber encontrado en las sagas y franquicias cinematográficas a la gallina de los huevos de oro, no era de extrañar que el impresionante material que Denis Villeneuve firmó con Sicario (2015) sirviese como hilo y excusa para comenzar algo nuevo (muy grande). No, Villeneuve no repite como director al frente, pero su relevo le hace justicia y podéis estar tranquilos, el guión vuelve a estar a cargo de Taylor Sheridan, así que con vuestro permiso vamos a evitar cualquier comparación innecesaria con su predecesora y vamos a juzgar este impresionante thriller de acción.

Sicario: El día del soldado no es solo una digna secuela, es otra película distinta con personalidad propia y elementos útiles para una saga que se erige mucho más interesante y estimulante que las tres cuartas partes de todo lo que se prefabrica en el cine de hoy en día.

Stefano Solima, artífice de la notable Suburra (2015) es el director escogido para crear un universo a partir de los incombustibles personajes del agente federal Matt Graver y su aliado ocasional Alejandro Gillick, notablemente interpretados de nuevo por Josh Brolin y Benicio del Toro respectivamente.

¿La excusa? La guerra contra los cárteles de la droga se ha intensificado en la frontera entre EE.UU. y como consecuencia México ha comenzado a traficar con terroristas. Una guerra que se intuye no acabará bien y que comienza con una sobrecogedora escena inicial que ya desde sus primeros minutos en pantalla te prepara para algo más grande y más duro de lo que cabía esperar. En honor a la verdad es casi imposible estar a la altura de su predecesora, la sombra de Sicario es demasiado alargada, pero la puesta en escena y la apabullante tensión de esta secuela la convierten en un ejercicio de thriller de acción perfectamente ejecutado que logra brillar sin necesidad de replicar ninguna de las escenas cumbre de la película original, y eso no es solo de admirar, es de agradecer.

Su guionista Taylor Sheridan, autor de los guiones de Sicario, Comanchería (2016) y la sublime Wind River (2017), (película con la que además debutó en la dirección) vuelve a demostrar su enorme valía como uno de los mejores autores del Hollywood actual dotando a la película de la calidad necesaria para convertirse en una árida y contundente saga que con suerte puede funcionar muy bien. La fotografía, la música y la tensión recuerdan a la anterior, pero emergen de una manera distinta por unos derroteros que creemos conocer y que aún sin esperarlo nos sorprenden positivamente.

Uno de los mayores alicientes del film recae en un personaje femenino, del mismo modo que ocurría en Sicario con el personaje interpretado por Emily Blunt, aquí nos encontramos con Isabel Reyes, un portentoso personaje interpretado por la revelación Isabela Moner (a la que pudimos ver muy de tapadito en la inefable Transformers: El último caballero, 2017). Interesantísimo personaje, que es sin duda uno de los más fascinantes que veréis en las producciones de este año.

Sicario: El día del soldado es un festival de tensión y explosiones en medio de una atmósfera angustiosa y frenética que juega muy bien todas sus basas y explota solo parcialmente a sus muy interesantes personajes, allanando el terreno para una tercera entrega que no ha hecho más que empezar y que ojalá sea tan remarcable como sus dos estupendas predecesoras.

Título original: Sicario: Day of the Soldado Director: Stefano Sollima Guion: Taylor Sheridan Música: Hildur Guðnadóttir Fotografía: Dariusz Wolski Reparto:   Benicio del Toro, Josh Brolin, Matthew Modine, Catherine Keener, Isabela Moner, Jeffrey Donovan, Christopher Heyerdahl, Manuel García-Rulfo, Bruno Bichir Distribuidora: Sony Pictures