Festival de San Sebastián 2017 – Días 7 y 8 | La Cabecita

The disaster artist

A finales de los años 90 el cineasta (vamos a ser generosos y a llamarle así) Tommy Wiseau decidió embarcarse en la búsqueda de este sueño. Incapaz de encontrar quien le diese una oportunidad en Hollywood, Wiseau que contaba con un pozo sin fondo de dinero decidió tomar las riendas por sí mismo, escribió The Room, la dirigió y todo lo demás a partir de ahí es historia.

Siempre le he tenido cierto cariño al cine cutre, y considero a películas como ésta, Mano: The hands of fate, Trolls, Hausu… (jamás meteré una película de Ed Wood en un top así) son absolutamente necesarias en el aprendizaje de cualquier cinéfilo. La antítesis de cualquier obra maestra. Pero para los cineastas este tipo de cine siempre ha tenido mucho atractivo, al fin y al cabo meterse en la psique de un creador que ha realizado una obra  que ha destacado y ha conseguido su hueco en la historia por ser una de las peores películas de la historia tiene que ser también un mecanismo de seguridad para tratar de evitar estos mismo errores.

Es sorprendente el mimo con el que James Franco se acerca a la figura de Wiseau, no he visto ninguno de los trabajos anteriores de Franco como realizador, pero siempre ha demostrado con ser un tío con inquietudes hacia el arte y sin miedo a fracasar a adaptado a autores tan difíciles de abarcar como William Faulkner, en lo que viene demostrando que en cierta forma está trabajando en su propio aprendizaje. The Disaster Artist no es la película que aparece desde fuera, coprotagonizada con su hermano Dave y su amigo Seth Rogen, era fácil esperar una comedia de esas tan locas y divertidas a las que nos tienen acostumbrados, pero no, aquí se acerca a la figura de Wiseau con verdadero cariño, pero también con absoluto respeto por un personaje tan extraordinario, son las acciones de Wiseau, la locura que tan bien plasma Franco, lo que hacen de The disaster artist una película realmente delirante sin necesidad de caer en la parodia, algo que parecía muy complicado y que Franco hace de manera realmente sencilla. The disaster artist es una de esas películas que parecen mucho menor de lo que es, un canto alegre y divertido al cine y a la lucha por los sueños, algo que desde luego une mucho a los directores de ambas obras. Con la Sección Oficial cerrada, no cabe duda de que The disaster artist es la mejor película a competición, los que llevan tiempo viniendo por San Sebastián dicen que la ovación que se llevo en el Kursaal fue de las más grandes que habían presenciado, veremos si también es la película que finalmente el jurado decide premiar.

The Leisure Seeker

El cineasta italiano Paolo Virzi se embarca en su primea película en inglés con The Leisure Seeker, y lo hace a lo grande con una película protagonizada por Helen Mirren y Donald Sutherland. The Leisure Seeker cuenta la historia de un matrimonio que antes de que les separen sus hijos por culpa del alzhéimer que sufre su padre, deciden coger su vieja autocaravana y escapar en un último viaje, una última luna de miel en dirección a la casa de Hemingway. Si el argumento les recuerda bastante a aquella obra maestra que era Dejad paso al mañana no es ninguna casualidad. Virzi jamás trata de parecerse a McCarey (el italiano sabe que esto sería un verdadero suicidio), pero sí que tiene su película presente continuamente y convierte a The Leisure Seeker en una bella película clásica que pese a la sencillez con la que está contada, se aleja mucho de los cánones de Hollywood.

Pero si algo brilla especialmente en The Leisure Seeker es su pareja protagonista. Cuando tienes dos protagonistas como con los que cuenta Virzi sabes que tienes un verdadero seguro de vida y que raro será que salga algo mal, pero es que además ambos son verdadera chispa en pantalla. La ternura con la que interpretan a su personaje, con la que plasman ese amor de toda una vida, en un viaje que atraviesa toda su relación, desde su enamoramiento al nacimiento de sus hijos como también sus mayores fracasos, me conmueve y me emociona profundamente. Una película tan bonita, como arriesgada, y es que es realmente remarcable que en una de las escenas más bellas de la película rompa con el tabú que el cine ha impuesto con el sexo entre ancianos.

The Wife

La sección oficial da carpetazo final con La buena esposa, un thriller dirigido por el sueco Björn Runge, que cuenta la historia de un escritor que cuando va a recibir el premio Nobel de literatura ve como uno de sus mayores secretos puede salir a la luz, algo que desmontaría por completo la ilustre figura en la que se ha convertido.

La buena esposa es como uno de esos thrillers que tanto abundaban en los años 90  (posiblemente la elección de la fecha en la que se ambienta la película no sea casual), hechos con mucho oficio pero que están todos cortados por un patrón muy similar. Hay dos escenas en La buena esposa que disfruto mucho, dos escenas de corte teatral dentro de una habitación, una protagonizada por Close y Pryce y la otra también con Irons. Dos escenas escritas con mucha intensidad e interpretadas con muchísimo talento. Es una lástima que la película no se incline por un camino más similar al que muestra en estos momentos, pero tras ocho días de festival acabar con una película de 90 minutos tan absolutamente inofensiva como ésta tampoco molesta demasiado.

Loving Pablo

Fernando León de Aranoa es de esos cineastas que es capaz de hacer lo mejor y lo peor, pero es un tipo que ha filmado dos películas tan extraordinarias como Barrio y Los lunes al sol así que siempre confío en que realice un gran trabajo. Su primer trabajo en inglés fue la divertida Un día cualquiera que protagonizaban dos pletóricos Tim Robbins y Benicio del Toro. Ahora tira de la pareja más internacional del cine español para contar la relación de amor entre el capo Pablo Escobar y una periodista. Tengo que decir que ya empiezo a estar un poco harto del tema Escobar y los carteles de la droga colombianos en el cine durante los últimos años, lo peor de la reiteración en las mismas historias y los mismos personajes en distintos trabajos es que tengo la sensación de que nadie lo utiliza para contarme algo nuevo, sino para repetirme una y otra vez lo que ya me conozco.

Loving Pablo es básicamente un resumen de los grandes momentos de la serie Narcos, no sólo es que no cuente nada que en la serie no hubiéramos visto, sino que además da por el hecho que el espectador conoce de sobra a la serie o, al menos, al personaje. Sólo así se puede entender la nula profundidad y el nulo desarrollo que tienen los personajes. Pero más allá de eso, el verdadero fracaso artístico llega por las terribles interpretaciones de sus dos protagonistas, dos actores tan extraordinarios como Javier Bardem (al que en este mismo festival hemos visto realizar una brillante actuación en madre!) y Penélope Cruz se ven a realizar su trabajo en ingles con un horrible acento colombiano, algo que hace parecer que jamás se llegan a sentir cómodos con sus personajes. Mención aparte merece también el trabajo horror de caracterización que tiene que sufrir Bardem, un trabajo nada cuidado y que incluso reincide en numerosos cambios de raccord. Aranoa realiza la peor película de su carrera, pero también hace un llamamiento al mundo del cine, por favor… dejad ya la figura de Escobar.

Crónica escrita por Juanma de Miguel y Gonzalo Aupi