¿Qué sabemos de la rivalidad entre Joan Crawford y Bette Davis? | La Cabecita

Mucho hemos leído y oído, sobre la rivalidad entre las dos grandes damas de la interpretación Joan Crawford y Bette Davis, que dio lugar a la más famosa y jugosa enemistad del celuloide. Después de leer este artículo descubriréis porqué al cineasta Ryan Murphy, esta historia le ha dado para hacer nada más y nada menos que una de las mini series más esperado del recién estrenado año.

Empezando como suelen empezar las grandes historias, comenzaremos diciendo aquello de: Érase una vez…un prestigioso y aclamado director llamado Robert Aldrich. Famoso por ser uno de los directores más importantes de la postguerra y del cine negro, que un buen día decidió realizar una inquietante película sobre las secuelas de la fama hollywodiense en una estrella infantil venida a menos. La película en cuestión era ¿Qué fue de Baby Jane?  y databa del año ’62. Film en el que quiso juntar a dos de las más importantes estrellas del mundo, tan famosas por su profesión de actriz, como por sus divertidas rencillas comentadas por todos.  Ellas eran Joan Crawford y Bette Davis, en un momento muy bajo de sus carreras que no gozaban del clamor y la dicha de antaño.

Cuenta la leyenda más sensacionalista y deslenguada de Hollywood que Crawford (bisexual abiertamente declarada) trato de cortejar años atrás a la femme fatale Bette Davis y de que esta al no compartir sus inclinaciones sexuales la rechazó. Años después en el momento de iniciar el rodaje, Crawford que no se daba por vencida, retomó el cortejo y Davis le comunicó por escrito que dejase de acosarla, excusa que serviría para iniciar uno de los rodajes mas tumultuosos, difíciles y recordados de todos los tiempos.

Anécdotas tan simples como que Davis mandará instalar una máquina de Coca-Cola en su camerino para poner furiosa a Crawford (reciente viuda del presidente de Pepsi Cola en los Estados Unidos) dieron el pistoletazo de salida a una serie interminable de desplantes.

El film narraba la historia de dos hermanas adultas, que se ven en la necesidad de convivir juntas, después de que una de ellas (la estrella de la familia), sufriera un aparatoso atropello, por parte de un conductor que se da a la fuga y la deja postrada en una silla de ruedas. Papel de inválida, que inicialmente y contrariamente a lo que muchos creían, estaba pensado para Bette Davis, pero esta al leer guión consideró que el papel era muy aburrido y sin relevancia y decidió interpretar el de la otra hermana, que estaba escrito para Miss Crawford.

Durante una de las escenas en las que Davis tenía que arrastrar el cuerpo inmóvil de Crawford, esta introdujo piedras en los bolsillos de su bata, para que le costase mucho más tirar de ella, algo que sirvió para desatar la ira de la diva que en otra escena en la que tenía que agredirla simuladamente, Crawford aseguró recibir más de una patada en la cabeza. Algo que Davis siempre alegó haberse tratado de un despiste sin intención. Innumerables anécdotas y desavenencias, que dieron lugar a la más recordada por todos, en la que Davis para gastar una broma a Crawford escondió una rata muerta bajo la tapa que cubría el plato de comida de la actriz, lo cual provocó un ataque de nervios tan grande en Miss Crawford, que llevó al director a dejar la broma como parte real de la película, dando lugar con ello a una  de las más míticas escenas del cine de todos los tiempos.

Una rivalidad tan grande, que incluso después de finalizar el rodaje, siguió dando de que hablar.  Ya que cuando llegó el momento de conocer la nominaciones a los Oscars de ese año, fue Davis la que consiguió la nominación a mejor actriz principal por un papel mucho más lucido que el de Crawford, que también estaba espectacular pero que se quedó sin reconocimiento ninguno.

Lo que ocasionó el momento más incómodo de una tensa ceremonia, ya que la propia Joan había pactado con las demás actrices nominadas, que si gana alguna de ellas en detrimento de su compañera y ellas no podían asistir a la entrega, sería ella misma la que subiría a recoger el premio en su nombre. Finalmente el Oscar fue para Ann Bancroft y cuando Joan pasó por delante de su odiada compañera de reparto gritó: “Ajá”. Fue ese momento histórico el que marcaría para siempre el final a cualquier posibilidad de reconciliación entre ambas divas. Lo que hizo que Davis marchase a Europa, huyendo de la opinión pública con la excusa de promocionar allí su  última película, lugar desde el que sentenció una de sus más recordadas frases sobre Crawford: “no mearía sobre ella ni aunque estuviese ardiendo en llamas”.

¿Queréis conocer el resto? Pues adentraros en la nueva ficción creada por la sádica mente del prolífero director Ryan Murphy y disfrutad de una batalla que incluso 50 años después, sigue dando de que hablar. Una mini-serie estrenada en exclusiva por la HBO (en Estados Unidos se emite por FX), que seguro nos regalará más de un buen momento memorable de la televisión de este 2017.