Mi amigo el gigante – Enorme sencillez, gigante nostalgia | La Cabecita

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La taquilla veraniega, que tanta tradición ha arrastrado a lo largo de los años, le debe demasiado a Steven Spielberg. Desde el éxito estratosférico de E.T. en el verano de 1982, el director de Ohio, denominado por muchos como el Rey Midas de Hollywood, ha empleado gran parte de su energía e imaginación para encumbrarse como el director estandarte del cine para todos los públicos en la más calurosa de las estaciones del año.

Esta carrera de fondo, no obstante, perdura hasta este 2016, con el estreno de lo que vendría a ser un «regreso al hogar» en toda regla. Mi amigo el gigante, su última apuesta para este verano, trata de recuperar ese aroma infantil y desenfadado de su etapa más ochentera, anteponiendo la imaginación desbordante y la aventura por encima de cualquier doble lectura asfixiante y pseudo-filosófica. Una niña huérfana londinense es arrastrada por un gigante hasta su hogar, un mundo cargado de fantasía y de sueños encerrados en cápsulas de cristal, y que está poblado de otros gigantes más malévolos y devoradores de seres humanos. La niña y el gigante crearán lazos de amistad y juntos, con la ayuda de personalidades influyentes del mundo real, tratarán de librar a ese mágico mundo de la opresión de los gigantes.

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Esta película, basada en el cuento El gran gigante bonachón de otro irredento celebrador de la infancia como Roahl Dahl, resulta, a fin de cuentas, terreno conocido para el reputado cineasta, por lo que no resulta descabellado pensar que recurriera, a sabiendas, a una serie de antiguos colaboradores para llevar a cabo este proyecto; Melissa Mathisson, la recientemente fallecida guionista de E.T.: El Extraterrestre, es la responsable del libreto de este viaje lleno de fantasía. Aun así, comparar ambas películas resulta bastante descompensado, pues Mi amigo el gigante carece de la empatía y el mimo a los personajes, quedando éstos faltos, en demasiadas ocasiones, del interés que requieren en ciertos momentos de la trama.

Tras ganar el Óscar al Mejor Actor de Reparto por su extraordinario papel en El puente de los espías, Mark Rylance repite de nuevo con Steven Spielberg bajo los sensores del Motion Capture para dar vida al excéntrico y enérgico gigante. Si la unión director-actor dio sus frutos en la anterior película, en esta ocasión no iba a ser menos; la interpretación que ofrece el actor británico es brillante, encarnando a un personaje sencillo y agradable que bien podría haber quedado entre los héroes más emblemáticos de la filmografía del director. Su compañera de reparto, la jovencísima y talentosa Ruby Barnhill,  participa de forma modélica en la química entre ambos personajes.

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Mi amigo el gigante posee, prácticamente por igual, las virtudes y desventajas de las recientes películas de Steven Spielberg. Aun con la factura técnica impecable que el director norteamericano nos tiene acostumbrados, esta mágica aventura podría haberse colocado entre los títulos infantiles más emblemáticos del año de no ser por la falta de consistencia de un guión realmente prometedor. Spielberg es capaz de algo mucho mejor.

3.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: The BFG Director: Steven Spielberg Guión: Melissa Mathison Música: John Williams Fotografía: Janusz Kaminski Reparto:  Mark Rylance, Ruby Barnhill, Penelope Wilton, Jemaine Clement, Rebecca Hall, Bill Hader Distribuidora: TriPictures Fecha de estreno:  08/07/2016