Tribunal – El absurdo valor de la justicia | La Cabecita

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El sentido de la justicia o más bien la ausencia de ella, es el principal objeto de estudio de Chaitanya Tamhane en Tribunal, su multipremiada ópera prima que analiza el panorama legal en la India de la mano de Narayan Kamble, un artista callejero entrado en años que es arrestado por inducir al suicidio de un trabajador a través de sus poemas y canciones. Esta premisa, tan estúpida como irracional, funciona como leitmotiv a lo largo de una cinta tediosa, en la que Tamhane se esmera en desmenuzar los entresijos de la sociedad hindú con mano diestra a través de un guión que a veces peca de soberbio y otras despunta genialidad. La resolución del caso, que en este tipo de filmes suele coincidir con el clímax, carece de importancia. Es más, el director ni se detiene en ella, enfocándose en el proceso (a veces quijotesco) de una justicia que, lejos de tomarse en serio, reivindica su papel mesiánico por encima del verdadero valor de sus leyes.

Tribunal nos sitúa en la ciudad hindú de Mumbai. Narayan Kamble es un artista y profesor que canta sus poemas en la calle acompañado únicamente de un micrófono y una pequeña orquesta que le hace de coro. Sus letras son picantes, deslenguadas e invitan al público a reflexionar sobre un amalgama de temas que pueden resultar incómodos para una sociedad todavía hoy en vías de desarrollo. Una tarde, los versos de Kamble son silenciados por la policía bajo el pretexto de haber propiciado el suicidio de un hombre. El caso, de aparente sencillez, llega a oídos de Vinay Vora, un abogado de clase media alta que ve como el litigio, lejos de saldarse con una mera multa, se alarga en el tiempo de manera inexorable. En parte también por una justicia arcaica y rural que pospone en reiteradas ocaciones las vistas de manera arbitraria, obligando a Kamble a permanecer en prisión pese a su delicado estado de salud y acabando con la paciencia del espectador. El resto de la corte parece estar más que acostumbrada. La cinta recoge todo este proceso de manera brillante. Un testimonio en clave de humor, ácido y mordaz, que se camufla en un guión efectivo en donde no hay espacio para mucho más. Ni el moralismo humanista de Vora, investigando de manera paralela alegatos que puedan sacar a su cliente de prisión, o la decisiva constancia de Nutan, la abogada de la acusación, enfocada en parlotear todo tipo de normas y leyes por las que Kamble es un peligro público. Ni tanto ni tan calvo.

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La cinta de Tamhane es una obra compleja que se esconde bajo un guión de apariencia simplista. El ritmo del montaje (a veces insostenible), la bidimensionalidad de los personajes y el discurso centralista (enfocado únicamente en el juicio de Kamble), nos recuerda tímidamente a obras del mismo corte como Gett: El juicio Viviane Ansalem o 12 hombres sin piedas, pero con  una vocación menos dramática. O al menos, eso es lo que parece. Tamhane nos guía en el proceso de un juicio sin sentido a través de los tribunales y la investigación del propio Vora. Y lo hace de una manera puramente teatral, a la italiana, evitando todo contacto emocional con unos personajes que parecen colocados de manera estratégica y cuyo recorrido queda supeditado a una trama principal arriesgada pero efectiva. Si en 12 hombres sin piedad el descubrimiento del crimen es violento, exhaustivo e incluso mordaz, en Court es todo lo contrario. Una radiografía contenida sobre el drama de Tamhane, un activista que vive por y para su arte y al que poco le importa permanecer o no en prisión. Todo ello narrado desde un prisma naturalista, tan naturalista que alguno de los personajes que aparecen en la cinta como la viuda del hombre que se ha suicidado no es una actriz profesional. Hay una voluntad de narrar la historia de Kamble como si de un documental se tratase, parándose a ofrecer los diferentes testimonios del caso para que el espectador haga sus propias cábalas. Decía Platón que el “individuo justo es aquel que usa su razón según la verdad” y que “en el límite del mundo inteligible está la idea del bien, que es difícil de percibir, pero una vez que se ha logrado todo se convierte en un universo perfecto”. Tamhane nunca parece encontrar ese bien del que habla el filósofo griego, en parte también porque no importa. Tribunal es una cinta puramente objetiva, una presentación sin aparente juicio moral en donde los personajes se camuflan con los decorados, proliferan los planos generales y en dónde el género, el sentido de la justicia y la propia identidad del individuo se someten a examen con una parsimonia asombrosa.

Tamhane firma en Tribunal una carta de presentación prometedora en la que reflexiona sobre diferentes aspectos de la sociedad hindú. Pero, por encima de todo, la cinta es una reflexión sobre el valor de la justicia en un caso estúpido, que actúa como catalizador para analizar un caduco sistema legal que es de todo menos efectivo. El guión, la realización y el montaje, ayudan a ofrecer una visión naturalista, con vocación documental que retrata el drama de Kamble desde una posición comedida. Una jugada maestra y efectiva, articulada sobre un guión inteligente y con las cosas claras que divaga en los entresijos del juicio, así como de la vida privada de sus protagonistas. Una cinta coral que ofrece un panorama rico y variado sobre qué significa ser artista en la India o simplemente, un mero trabajador.

3.5_estrellas

 

Ficha técnica:

Título original: Court  Director: Chaitanya Tamhane Guión: Chaitanya Tamhane Música: Sambhaji Bhagat Fotografía: Mrinal Desai Reparto: Vira Sathidar, Vivek Gomber, Geetanjali Kulkarni, Pradeep Joshi, Usha Bane,Shirish Pawar, Bipin Maniar, Panna Meht Distribuidora: Good Films Fecha de estreno: 18/03/16