Coche policial – Lo bueno, si breve, dos veces bueno | La Cabecita

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Qué decir de esta película, vendida a raíz del protagonista (Kevin Bacon) y – para los más cinéfilos – del futuro director de la nueva de Spiderman, sino la grata sorpresa que te llevas en un principio al descubrir: primero que no es una película protagonizada sólo por Kevin Bacon, y segundo, que el cartel y su título engañan vendiéndote un género (y en consecuencia una posible historia) que no es. Ahora me explico.

Lo que puedes pensar al ver el cartel es “¡vaya, qué guay, una peli de Kevin Bacon, y mira qué cara!” o “y el título… ¿es una peli de polis?” e incluso “pero esas letras rosas… ¿será tan intensa como Drive?”, y mil suposiciones más de lo más serio hasta el extremo de la mofa. Y es que, en el fondo, Coche policial es una mezcla o, mejor dicho (porque mezcla puede interpretarse como batiburrillo mal unido), una fusión (una acepción más positiva) de varios géneros en cuanto a su guion y en cuanto a su estilo/estética. Como digo, esto es bajo mi punto de vista algo que hace que se convierta en una buena película que cumple perfectamente con su función de entretener a la vez que queda bien cerrada y limpia en todos los aspectos.

Hay quien se queda con la sensación de que es un cortometraje estirado en unos cuantos minutos más (no alcanza los 90 minutos), pero creo que ese metraje viene causado por la necesidad del ritmo de la historia, que se perdería si fuera más corto y entonces no sería el producto final completo y bien medido que es. No le sobra ni le falta nada, ni necesito saber lo que no cuenta ni tampoco me da más información que me sobre, haciendo que me trague la historia entera sin causarme impresiones propias de los giros dramáticos de un thriller pues el recorrido se aligera con ese humor negro que desarrolla a lo largo de toda la trama (quizá una comparación sencilla sería que es como tomarte un vaso de leche sin lactosa: sabe a leche y se digiere fácil). Los cinco actores – exactos, contados con los dedos de una mano, que tienen diálogo – están impresionantes, en especial por supuesto Kevin Bacon (que, así como detalle sin importancia, me ha recordado a la personalidad de Walter White de Breaking Bad) y seguido por los dos niños protagonistas, James Freedson-Jackson y Hays Wellford, que merecen mi admiración.

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No puedo ponerle queja alguna a una película que me ha mantenido dentro de la historia desde el principio hasta el final y me ha demostrado que es capaz de contármela prescindiendo del peso de los diálogos. Está medida al milímetro, y la recordaré como bien la venden en su breve sinopsis: “Dos chavales de diez años encuentran un coche de policía aparentemente abandonado y deciden montarse para dar una vuelta. Comienza así un tortuoso y desesperado juego del gato y el ratón en el que la única salida será darle al acelerador y conducir lo más rápido posible”. Eso sí, sabiendo que la última frase esconde más de lo que aparenta y que esta es la razón por la cual no puedes quedarte con las palabras sino descubrir lo que tiene que contarte y cómo te lo cuenta.

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Ficha técnica:

Título original: Cop Car Director: Jon Watts Guión: Jon Watts, Christopher D. Ford Música: Phil Mossman Fotografía: Matthew J. Lloyd, Larkin Seiple Reparto: Kevin Bacon, James Freedson-Jackson, Hays Wellford, Shea Whigham, Camryn Manheim Distribuidora: La Aventura Audiovisual Fecha de estreno: 27/11/15