Una chica vuelve a casa sola de noche – Amor de after | La Cabecita

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El género vampírico vuelve a reinventarse de la mano de Una chica vuelve a casa sola de noche. ópera prima de la prometedora realizadora “angloiraní” Ana Lily Amirpour, que narra la historia de un atormentada fantasma que deambula por las calles de Bad City en busca de carne fresca. Poco innovadora parece la trama si no fuera por la inteligente manera en que tiene la directora de manipular los tópicos del terror clásico, para convertir la cinta en una irreverente crítica al star system hollywoodiense y los hábitos sociales de la comunidad actual. Un ejercicio brillante y melancólico que desemboca en un torbellino de emociones dispersas. Una chica vuelve a casa sola de noche no es una cinta fácil, de hecho, se toma poco en serio. La puesta en escena y la dirección de actores, subrayan la capacidad de la historia para sorprender, no mucho eso sí, y alejarse de espaldas de los arquetipos del género.

Bad City es una ciudad sin ley. Infestada de freaks, cuerpos en descomposición, pozos petrolíferos y callejones que termina en una valla de madera difícil de saltar. Un escenario perfecto que toma la estética de Sin City de Robert Rodríguez como punto de partida para plantearnos una historia voraz y bella sobre la fragilidad del ser humano. Shaila Vand es la encargada de interpretar a una mujer ataviada con un largo velo que camina sola por la noche (el nombre de la película tampoco es casual). Su objetivo es alimentarse si, pero hay algo más allá. Algo poético que dota a la cinta de Amirpour de la fuerza necesaria para bascular entre los pecados más básicos como la lujuria, el vicio o las drogas de manera sutil. La mayoría de las presas de Vand son almas atormentadas a las que ofrece una segunda oportunidad: de redimirse, a través de la muerte o de encauzar su camino a tiempo, como con el niño del monopatín. Pero todo ello cambia cuando conoce a un joven a lo “John Travolta” que parece salido de un videoclip de The 1975, interpretado por Arash Marandi y del que se enamora perdidamente. O todo lo perdidamente que puede un ser que en sí, no existe. Entre ellos se fragua una extraña relación en la que los roles se intercambian constantemente: ella deja de ser el bicho raro y él el galán para comer hamburguesas en un embarcadero y taladrarse la oreja con un imperdible. Y todo es así, porque en la cinta de Amirpour lo de menos es la narrativa (de hecho la estructura se fragmenta a placer, con historias no necesariamente interconectadas entre ellas), sino lo que se transmite al espectador y en ese aspecto, la cineasta británica logra dar en el clavo. 

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A parte de todo lo comentado anteriormente, Una chica vuelve a casa sola de nochees una apuesta arriesgada que también tiene sus peros. Su estética, no apta para haters del cine de Jarmush, nos sumerge en un mundo de depravación, en donde la cámara no se oculta bajo ningún pretexto a la hora de narrar la decadencia de algunos personajes como el narcotraficante Saeed o el padre de Arash, Hoshein (al que hemos visto en más de una ocasión en la sitcom Cómo conocí a vuestra madre), pero se queda a medio gas. Lo mismo pasa con su explicitud, a veces imperante, pero otras contrasta con la poca información que sabemos de la mayoría de los personajes, encerrados en unos planos abiertos y llenos de una poesía visual de cartón piedra. Amirpour sabe lo que hace pero también peca de pretenciosidad. Imaginamos que es difícil escapar de la etiqueta de hipster o “moderno” cuando te saltas los cánones, pero ella parece estar cómoda en esa ambigüedad. Ni siquiera la banda sonora, con ciertos toques de underground, logra arrebatarnos la imagen de Tilda Swinton y Tom Hiddleston bailando muy pegados en Solo los amantes sobreviven. El hype sigue estando ahí.

Con A Girl Walks Home Alone at Night Amirpour demuestra ser una realizadora a la que seguirle la pista. Su toque afrancesado, la manera de plantar la cámara y su ritmo a veces poético, a veces tétrico confiere a sus obras un halo mágico de realismo mágico que traspasa. No obstante, la narrativa sigue siendo un punto a mejorar en muchos aspectos. La historia peca de arquetipos, reproducidos hasta la saciedad, pero que tampoco desentonan en una cita salpicada de referencias yankees. La mirada de Shaila Vand es una dura crítica no sólo a los personajes que la rodean, a sus víctimas, sino también al espectador que podría sentirse identificado con el vago mensaje de la película y es que este tuviera alguno. Lo importante es la música, cuadrar bien el plano y el ralentí. 

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Ficha técnica:

Título original: A Girl Walks Home Alone at Night Director: Ana Lily Amirpour Guion: Ana Lily Amirpour Fotografía: Lyle Vincent Reparto: Sheila Vand, Arash Marandi, Dominic Rains, Marshall Manesh, Mozhan Marnò, Milad Eghbali Distribuidora: La Aventura Fecha de estreno: 04/09/2015