Y de repente tú – Aprender a comprometerse | La Cabecita

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Si repasamos la carrera de Judd Apatow desde sus inicios en la televisión con la estupenda serie Freaks and geeks, observaremos como el director ha ido creciendo de manera más o menos paralela a los personajes que ha ido plasmando en pantalla, pero también que su temática, puramente existencialista, ha evolucionado firmemente sin variar el punto de anclaje. La carrera de Apatow se ha centrado siempre en la necesidad del ser humano de madurar y la incapacidad del mismo por afrontar este imprescindible cambio en sus vidas. Ya en la misma Freaks and geeks, nos encontrábamos con dos grupos de amigos en el que unos intentaban dar el paso a la vida de adultos, mientras que los otros trataban de dejar de su infancia atrás, algo que pese a los esfuerzos y su necesidad de afrontar los problemas desde un prisma distinto, acababa con resultados nefastos y con un mensaje claro: el ser humano no sabe evolucionar. Este mismo trazo se encontraba en su estupendo debut tras las cámaras en Virgen a los 40 en el que aprovechando la exageración tan propia de la comedia, usada como un arma certera en busca no solo de la carcajada, sino también de la ironía, el realizador mostraba a un personaje que pese a su edad no se había atrevido a dar su paso a la vida adulta ni en lo emocional, ni en la responsabilidad, y que simplemente asumía que era mucho sencillo seguir viviendo desde la ignorancia propia de la infancia.

Durante toda su carrera hemos ido viendo este mismo mensaje aplicado a diferentes aspectos de lo que podría ser su propia vida, ahí tenemos el trago de asumir que tienes que formar una familia (Lio embarazoso, posiblemente su mejor película hasta la fecha), cargar con las responsabilidades que esta conlleva (Si fuera fácil), o incluso, en un plano mucho menos cotidiano, pero no ajeno al director, conseguir crecer como persona allí donde la fama te permite seguir siendo el niño que es mucho más sencillo ser (Funny people). También su último trabajo para la televisión, Girls, aunque tenga la innegable huella de Lena Dunham, no deja de acercarse con acierto a esos temas que siempre han interesado al realizador, la imposibilidad de unas chicas viviendo en Nueva York, creyéndose ser adultas en un mundo que no les ha enseñado como deben serlo.

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A veces, para el espectador que tiene que observar el resultado de la película cuando esta ya está completa sin poder asistir a la creación de la misma, resulta un verdadero rompecabezas saber cómo se ha ido formando la gestación de la idea. Es cierto que Apatow por primera vez no escribe el guión y que aquí la única acreditada como guionista es la estupenda cómica Amy Schumer. Sí, sin duda estamos ante una película de Schumer, basta con ver su estupendo programa de televisión Inside Amy Schumer para darse cuenta que los temas recurrentes de la cómica están presentes en la película, Schumer es una ferviente feminista, que aboga por la libertad sexual de la mujer y que sin escatimar en groserías no duda en criticar la visión de una sociedad que aún es excesivamente patriarcal. Pero todos estos temas a través de los que la película fluye se encuentran enmarcados dentro de un marco de personajes apatowianos, no en vano, es posible que a Schumer aún le falten tablas para escribir una historia sobre la que sostener sus ideas (Inside Amy Schumer es una colección de sketches y entrevistas), y que ha encontrado en Apatow el partenaire perfecto a través del que contar su historia.

La visión del amor de Amy (personaje al que da vida Amy Schumer) se encuentra claramente distorsionada por la omnipresente figura de su padre, un vividor que decidió dejar a su madre viendo que la monogamia no estaba hecha par él. Esta lección ha hecho que Amy se encuentre reacia al compromiso y tenga un novio bastante tonto con problemas de identidad sexual y que tenga sexo con cualquier hombre con el que se tope. Este problema se incrementará cuando Amy conozca al doctor Aaron Conners (Bill Hader), un médico del que debe escribir un reportaje. Pronto surgirá el amor entre ambos, pero Amy se encontrará con el problema que no sabe cómo actuar ante una situación así.

Algo que siempre me ha fascinado del cine de Apatow es su forma de renunciar rotundamente al esquema de la comedia. Él sabía que lo contaba era serio, aunque lo hiciera de forma divertida, su esquema era un híbrido en el que se juntaba una estructura dramática salpicada de chistes groseros y acertados y un reparto coral de personajes secundarios sobre el que enfocar toda esta carga cómica, de hecho podemos observar como Funny People, la película en la que más huye de los secundarios, es la más cercana al drama de todas las que ha realizado. Por primera vez, Apatow apuesta por un esquema de comedia más clásica, sí, jamás olvida de que en el fondo lo que está contando es el drama de los problemas de la generación actual, pero apostando por la fórmula de la comedia romántica más clásica. Así nos encontramos con una película que tiene todos los elementos delirantes del cine de Apatow, donde brillan sus secundarios, especialmente un John Cena que sorprende con una inesperada vis cómica, un desternillante LeBron James que se interpreta (y se ríe de) a él mismo, capaz de robar cada una de las escenas en las que sale, y una pasadísima e irreconocible Tilda Swinton. Pero al mismo tiempo la película es capaz de desprender una fantástica ternura, cimentada en la estructura de una relación perfectamente escrita y narrada, en el que la evolución tanto de la misma, como de sus personajes, se encuentra perfectamente plasmada y que se ve fortalecida por la buena química desprendida entre Hader y Schumer.

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Ciertamente estamos ante los personajes más maduros del cine de Apatow, o mejor dicho, los menos peterpanes, es posible que los protagonistas de esta película no sean los niños encerrados en cuerpos de adultos que habíamos visto hasta ahora en sus películas. Pero igualmente, los problemas siguen naciendo desde el mismo lado, aquí Amy sí es una persona adulta y completamente libre, plenamente consciente de sus responsabilidades como ciudadana y de su libertad sexual, pero es un personaje con unos problemas emocionales que lleva arrastrando desde su infancia, que esa niña en el capó del coche que vemos al principio de la película no ha sabido como soltarlos. Y es que como Apatow, sus personajes crecen, pero los problemas siguen siendo los mismos, la imposibilidad de ser un adulto pleno, lo complicado que resulta afrontar la vida y los problemas de la vida adulta o, en definitiva, desamarrar por completo la figura de ese niño que aún sigue presionando en ciertos aspectos de la vida cotidiana y, como en el caso de Amy, entender la importancia del compromiso. Posiblemente, para quien esto escribe, Y de repente tú no sea una película tan redonda como Lío embarazoso, pero realmente poco le falta, porque lo que consiguen Judd Apatow y Amy Schumer es realizar una comedia romántica fantástica que consigue aunar las mejores virtudes de ambos sin que la película nunca se resienta en ninguno de sus aspectos. Porque Y de repente tú es divertida, bonita, pero sobre todo es un estudio inteligente sobre la nueva sociedad de adultos que no saben cómo funciona esa nueva fase de su vida, eso en lo que precisamente Apatow es un maestro.

4.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Trainwreck Director: Judd Apatow Guión: Amy Schumer Música: Jon Brion Fotografía: Jody Lee Lipes Reparto: Amy Schumer, Bill Hader, Tilda Swinton, Brie Larson, Colin Quinn, Vanessa Bayer, John Cena, Ezra Miller, LeBron James, Randall Park, Jon Glaser Distribuidora: Universal Fecha de estreno: 14/08/2015