El bailarín del desierto – Sin rumbo ni ganas | La Cabecita

DESERT DANCER

Afshin Ghaffarian es un bailarín nacido en Irán, lo que le diferencia del resto de los bailarines es su país de procedencia y las circunstancias que lo envuelven. En pleno siglo XXI la danza se considera un pecado en Irán. El baile, uno de los modos de expresión más natural en el ser humano; tan primitivo y, a la vez, tan trabajado y abstracto -según como se mire-, totalmente prohibido. No tiene sentido la represión en este campo, en ningún campo de la libertad de expresión debería tener sentido. Pero la sumisión es mucho más compleja si existe un espíritu de rebeldía y libertario queriendo reclamar sus derechos y el sentirse bien es un paso hacia ese reclamo, por lo tanto hay que impedir cualquier sensación que produzca bienestar.

La película intenta explicar justamente esto, a través de la historia del bailarín Afshin Ghaffarian, que luchó por sus derechos y creó un grupo de baile (aunque totalmente clandestino). Y digo que el film intenta explicarlo, porque seguramente no lo consigue. La idea se transmite fácilmente porque los objetivos son claros, pero se complica que llegue al espectador y consiga un compromiso con la idea y los principios que se exponen. No porque no estemos de acuerdo, sino por el despliegue tan antinatural de la película y su exposición.

 Desert Dancer

El bailarín del desierto constituye la ópera prima de Richard Raymond, que no destaca en el oficio ni se apropia de la historia. La película es, en general, bastante mediocre en todos los aspectos. La falta de transiciones entre una escena y otra congestiona la propia historia concibiendo un relato donde no existe cohesión, el montaje es pésimo; no hay respiro ni descanso, potenciando la desvinculación de la historia por la artificial narración que predomina. Podría haberse beneficiado de un guión ambicioso que construyera un testimonio cautivador y con propósitos claros, pero la exhibición de los temas principales se quedan descolgados, resultantes de un progreso que escasea en sus pretensiones; caen en los tópicos más habituales al describir unos hechos de reivindicación cultural y política, que pudiendo haber llegado a una involucración mayor y cabal, permanecen en lo más simple.

Es una pena, no porque se haya quedado a medias; ya que ni siquiera podemos considerar que haya tomado un arranque, sino justamente por el desperdicio de una biografía y una contextualización que podría haber dado mucho de sí. La película, sujeta a aquello que quiere presentar, podría haberse desarrollado con mucha más fuerza; y da mucha pena que se quede en tan poco, en un biopic completamente olvidable que no merece la pena ser visto. La historia del bailarín, interesante; la resolución en pantalla y su puesta en escena, más que insuficiente.

 1.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Desert Dancer Director: Richard Raymond Guión: Jon Croker Música: Benjamin Wallfisch Fotografía: Carlos Catalán Reparto: Freida Pinto, Reece Ritchie, Nazanin Boniadi, Tom Cullen, Marama Corlett, Simon Kassianides, Akin Gazi, Makram Khoury, Davood Ghadami Distribuidora: Betta Pictures Fecha de estreno: 14/08/2015