Son of a gun – Hijos del dolor | La Cabecita

Son of a Gun

La historia del chico joven e inexperto que por razones x entra en prisión y se ve obligado a entablar amistades peligrosas la hemos visto bastantes veces. En particular, Son of a gun me recuerda a Un profeta, la soberbia película de Jacques Audiard, principalmente por cómo construye la historia desde prisión para después desarrollar el thriller criminal que plantea fuera de ella. 

Sin embargo, esta ópera prima del australiano Julius Avery se presenta en seguida como una propuesta simplona y sin pretensiones, con recursos narrativos de manual que a estas alturas dejan bastante que desear (por ejemplo, la forma en la que el protagonista conoce y simpatiza con el personaje de McGregor no puede resultar más antinatural). En otras palabras, Son of a gun deja una sensación “deja vu” considerable, que ni sorprende ni ofrece prácticamente nada al género. Dicho esto, y a pesar de sus múltiples fallos y carencias, la película logra entretener en buena medida, gracias en buena medida a una acción rodada con mucho pulso y a un modelo de historia que casi siempre engancha, por poco bien contada que esté.

Tenemos a un chico huérfano con importantes “daddy issues” –el guion no es precisamente sutil- que pronto da con sus huesos en prisión, donde encuentra protección –y figura paterna, de regalo- en el preso más respetado del lugar. Pero esto no le saldrá gratis, debiendo acceder el chico a hacerle un favorcillo de nada al salir este de prisión, rescatarle a él y a sus compinches de prisión, y tal.

Aunque la acción en general está bien rodada, he de detenerme en las escenas que tienen lugar en la prisión, que me sacaron bastante de la película. Se nota claramente la falta de presupuesto y de extras, puesto que en ninguna de estas secuencias aparecen más de 9 o 10 actores, incluyendo a los protagonistas, lo cual resulta especialmente llamativo en momentos como el de la fuga. Por otro lado, y siguiendo con el tema de conectar con la película, no logro empatizar con el personaje protagonista, ya sea por el retrato que hace del mismo un guion bastante plano –más de lo que aparenta-, o por la sosa interpretación de Brenton Thwaites, que parece estar con la misma expresión de perrete asustado durante todo el metraje.

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Igualmente, la atención al detalle es mínima y necesaria, lo cual se refleja en algunos diálogos y diversas situaciones que se sienten bastante forzados. Esa subtrama romántica, por ejemplo, en seguida se aprecia como un recurso facilón de cara al final de la historia, lo cual hace que el impacto emocional sea mínimo. Dicho de otro modo, mi problema no reside tanto en lo que se cuenta, sino en el cómo se cuenta, ya que siento que puedo ver los hilos moviendo a los personajes en casi todo momento.

En cuanto a la estructura del guion, encuentro un desajuste importante en cuanto al interés de los distintos segmentos del mismo. Básicamente, creo que lo más interesante de Son of a gun tiene lugar alrededor de la primera hora de metraje, poniendo en el mapa a todos los personajes y desarrollando ese entramado criminal “paterno-filial”, para perderse después en un tercer acto aburrido y a la deriva, que no levantará el vuelo hasta los últimos minutos.

A pesar de todo lo dicho, Son of a gun funciona relativamente bien como thriller sin más pretensiones que la de entretener, elevado en buena medida por su buen pulso tras las cámaras y por unos solventes Ewan McGregor y Alicia Vikander.

2.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Son of a Gun Director: Julius Avery Guión: Julius Avery Música: Elliott Wheeler Fotografía: Nigel Bluck Reparto: Ewan McGregor, Brenton Thwaites, Alicia Vikander, Matt Nable, Damon Herriman, Nash Edgerton, Jacek Koman Distribuidora: Flins y Pinículas Fecha de estreno: 29/05/2015