DocumentaMadrid 2015 – Día 6 | La Cabecita

Además de prestarle especial atención a la Sección Oficial, dentro de la cual se proyectó la ganadora de los premios al mejor director y la mejor fotografía en Sundance, Cartel Land, de Matthew Heineman, también inauguramos la sección de cortometrajes a competición en este 12º DocumentaMadrid. Destacaron algunos como el holandés 10, de Marta Jurkiewicz que habla del paso del tiempo de década en década y da consejos correspondientes a cada edad, o German Shepherd, de Nils Bergendal, un peculiar acercamiento a las consecuencias del Holocausto a través de la animación y el metalenguaje. Trabajos que han resultado en su mayoría tanto o más estimulantes que los largometrajes, dentro de los cuales también vimos Spanish Western, de Alberto Esteban, que supuso una muy agradable sorpresa dentro de la sección Panorama.

Cartel Land – ¿Qué harías tú?

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Lejos de ser un documental más sobre el tema del tráfico de drogas en México, en Cartel Land Matthew Heineman, partiendo de la misma base de denuncia de la opresión de los asesinos de los cárteles, retrata la figura del doctor José Mireles, el líder de un grupo de autodefensa en el estado de Michoacán que, ante la ineficacia de un gobierno inútil y corrupto, decide tomarse la justicia por su mano para defender a su gente. Puede ser una actitud cuestionable, pero cómo pregunta el propio Mireles ante la cámara: en esta situación extrema, ¿qué harías tú? ¿Qué haría cualquiera para defender a los suyos? Al mismo tiempo, Heineman nos narra el trabajo de unos vigilantes estadounidenses en la frontera de Arizona, que impiden que los traficantes pasen droga al país a través de inmigrantes ilegales.

La historia de Nailer, el americano que forma el grupo de vigilantes, sirve como contrapunto, que al final aporta más bien poco, al relato principal, que es el de Mireles. Se trata de un documental muy tensional, en el que se narran episodios de violencia extrema, y el director se introduce en las operaciones de este grupo de defensa para atrapar a los narcotraficantes. Tras un accidente (o atentado) que sufre el Mireles, éste queda fuera de juego temporalmente, y el grupo, pese a las buenas intenciones iniciales, se acaba ganando la desconfianza del pueblo, y corrompiéndose hasta convertirse en un grupo policial estatal manejado por el gobierno; precisamente aquello de los que pretendían alejarse. Frente a esto Mireles puede hacer poco. Con todos en su contra, Heineman nos va a mostrar a un hombre en absoluto mitificado, sino más bien, con todos sus defectos. Quizás en su afán de querer abarcar demasiado, Cartel Land al final se le acaba escapando de las manos al director. Sin embargo, es una película efectiva para volver a reflexionar sobre el grave problema de un país para el que no parece que exista solución ni final a la vista.

Spanish Western – Nacimiento y muerte de un sueño

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Spanish Western comienza con una pequeña referencia a 2001. Una odisea del espacio, para pasar a la escena más mítica de la comedia de 1970 El astronauta, de Javier Aguirre, en la que el protagonista, Tony Leblanc, cree haber aterrizado en la Luna, cuando realmente, está en Almería, donde se encuentran rodando una película del oeste. De esta manera se presenta este homenaje a los spaghetti western que se realizaron en nuestro país a partir de 1960, primero en Barcelona, y más tarde, ya totalmente asentados en el almeriense desierto de Tabernas. Esto supuso sacar del atraso una de las zonas que más había sufrido tras la posguerra, sin haberse llegado nunca a recuperar (algo parecido a lo que narra otra película de la sección Panorama, Yorgos, sobre la transformación de la Isla de Pascua tras el rodaje de la superproducción hollywoodiense Rapa Nui, aunque en un sentido más negativo), creando puestos de trabajo, aumentando el nivel económico e impulsando la construcción hotelera, fundamental para el turismo.

La película de Alberto Esteban también hace un repaso a la historia del western de serie B, producido en masa, hasta que Sergio Leone le dio la vuelta a todos los cánones clásicos del género, establecidos por personalidades como John Ford, y creando un estilo propio, convirtiéndolo en cine de autor. Aunque también se reivindica lo patrio, como los filmes de Romero Marchent. Sin embargo, a pesar de hacer referencia a la estética, Esteban se preocupa más en su película por los testimonios de diferentes personalidades del mundo del cine y la cultura, y de personas que trabajaron en esos rodajes, intercaladas con fotogramas e imágenes de archivo, que en darle una entidad cinematográfica al conjunto. Sin embargo, dentro de su sencillez, se aprecia un cuidado formal, por ejemplo en las secuencias de animación que introduce.

La historia acaba con la desaparición del western, lo que provocó que paulatinamente se fuera dejando de rodar en Almería, algo que ya se había arraigado de manera muy fuerte en la región, y que dejó un vacío inmenso. La teoría más fuerte de lo que llevó a esta situación, es sin duda la del problema constante en España con respecto a la falta de concepción del cine como industria potente. Spanish Western es un documental nostálgico y con una visión romántica, pero también importante por la manera en la que reivindica el cine como empresa generadora de oficios, no solo como creador de productos de evasión.