Chappie – Domo arigato Mr.Roboto | La Cabecita

1251623 - Chappie

Neill Blomkamp ha pasado en tiempo récord de postularse como la enésima esperanza de la ciencia ficción en el cine con su excelente debut en Distrito 9 a ser causa de sudores fríos entre los aficionados del género con la sola mención de su nombre. Ha confirmado que el tropiezo de Elysium no parece haber sido tal sino más bien una señal de alarmante falta de ideas que queda totalmente confirmada en su último trabajo, Chappie.

Para entender Chappie hay que entender la escena de hip hop sudafricana (tal es el esperpento que envuelve todo en esta película) y más concretamente al grupo de, citando a la Wikipedia, electro-rap rave Die Antwoord que funciona a la vez como gancho publicitario y como fuente primaria de inspiración artística para la película, unida, eso sí, a la predilección de Blomkamp por el cine de escombrera y por Johannesburgo.

Los componentes de este grupo que responden a los nombres de Ninja y Yo-Landi son a su vez actores de protagonismo capital en Chappie, donde dan vida a una especie de criminales pulp de estética hortera que tienen la suerte de tener reservadas las mejores líneas de guion de toda la película, entendiéndose esto como las líneas de guion que más vergüenza ajena dan. Bien, pues esta pareja unida a un hombre de ascendencia hispana (sorprendente que se encuentre en Sudáfrica) forman un triedro bendecido con el avatar de tener que pagar a otro mafioso local veinte millones. Ante la imposibilidad de llevar a cabo dicho pago, este Dream Team de la inteligencia decide raptar a un informático (Dev Patel, otro aficionado al cine de escombrera) para que use “un mando a distancia” que apague todos los robots policía que la empresa de dicho informático suministra a la policía de Johannesburgo para mantener la paz y la seguridad.

Ante una muestra de inteligencia tan exuberante uno no puede sino rendirse al único personaje de la película que no está escrito desde la estupidez más absoluta, esto es, el informático, que además es el desencadenante de todos los problemas de la historia pues en su casa ha desarrollado una inteligencia artificial capaz de sentir y desarrollarse como un cerebro humano que decide en un acto de genialidad instalar en un robot que a la postre irá a parar a las manos del anteriormente citado grupo de delincuentes.

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Así nace Chappie, un robot con cerebro humano y cuerpo de androide policía al que da vida el ubicuo Sharlto Copley que verá como todos los protagonistas de la cinta (a excepción de los dos que voy a hablar a continuación) intentan enseñarle a hacer cosas. Así en unas escenas le veremos andar a lo “gangsta” y en otras apilar PlayStation 4 para trasplantar la conciencia de una persona; tal es la aleatoriedad del guion.

No hay que olvidar destacar también a los otros dos pesos pesados de la película, Sigourney Weaver haciendo un papel intrascendente y Hugh Jackman haciendo un papel intrascendente y además lamentable. Encarna a un ex militar tan mal escrito que parece sacado de una canción de Die Antwoord; una suerte de camorrista descerebrado con capacidad, eso sí, para diseñar un androide controlado por el cerebro y cuyas motivaciones para hacer lo que a la postre acabará haciendo permanecen soterradas toda la película.

Y con el elenco actoral presentado llega la hora de estudiar el cine de Blomkamp. Sudáfrica y más concretamente Johannesburgo se ha convertido en el único escenario posible para las películas de este señor. Esto limita enormemente las posibilidades artísticas pues, al menos por el Johannesburgo que intenta enseñarnos, la ciudad no puede ser más árida y anodina, una suerte de Detroit desértico mezclado con favelas brasileñas y escombros por doquier. Esta reiteración en el apartado artístico unida a su predilección por la cámara lenta y el ruido hace que lo que en Distrito 9 sonaba novedoso o, al menos, diferente, aquí se haya convertido en algo tedioso.

Pero lo peor de Chappie es que ese apartado artístico ya conocido ha mutado, influido por el electro-rap rave de Die Antwoord, en un pastiche en el que se mezclan las canciones del grupo con la música de un Hans Zimmer encocado convirtiendo la película en una oda a la aleatoriedad. Esta fuerte influencia del grupo musical es sorprendente pues convierte la seriedad de Blomkamp en algo totalmente hortera y desenfadado… sin serlo. Así tenemos momentos logrados (la mayoría alejados de todos los intérpretes principales) donde la película juega sus cartas, conocidas, pero correctas dentro de lo que cabe y momentos ridículos, pretendidamente graciosos y desgraciadamente patéticos que provocan que la película sea dramática, científica, comedia y política a la vez lo que provoca una amalgama nada satisfactoria aunque innegablemente original.

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Lo que no es original es la premisa de Chappie: un robot que piensa es algo totalmente inédito en el cine. Tanto es así que este año llevamos ya otras dos películas sobre el tema: Autómata y Ex_Machina que, con desigual suerte, analizaban las consecuencias de la inteligencia en los robots. La visión de Chappie es mucho más naif y desde luego su análisis de la evolución del pensamiento es simplista a más no poder. Por suerte está desarrollado de forma amena y divertida, como para niños, y al final no deja de ser anecdótico e irrelevante para un espectador más preocupado por entender a qué mente privilegiada se le ocurrió un final como el de esta película; un final demencial que, eso sí, está bien decorado con un buen product placement.

Llama la atención como han conseguido incluir una cantidad tan obscena de marcas comerciales de forma tan desvergonzada en un lugar tan ruinoso como es el extrarradio de Johannesburgo. La cantidad es tan grande que por momentos parece que estemos en el plató de Los Serrano y esto tiene su mérito, pues los escenarios son de todo menos comerciales. Entre ruinas y favelas no hay sitio para poner anuncios pero el equipo de esta película lo consigue con brillantez.

Todo en Chappie orbita alrededor de la mamarrachada y la aleatoriedad; es una película completamente heterogénea y deslavazada, hasta el punto que al terminar de verla uno no está muy seguro de qué se quería contar o de por qué se quería contar. De lo que sí está seguro es que no se va a acercar nunca a la escena electro-rap rave sudafricana.

2_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Chappie Director: Neill Blomkamp Guión: Neill Blomkamp, Terri Tatchell Música: Hans Zimmer Fotografía: Trent Opaloch Reparto: Sharlto Copley, Dev Patel, Hugh Jackman, Sigourney Weaver, Jose Pablo Cantillo,Miranda Frigon, Brandon Auret, Sean O. Roberts Distribuidora: Sony Pictures Fecha de estreno: 13/03/2015