Big Eyes – Artistas que se abrazan | La Cabecita

BIG EYES

Hace unos años que Tim Burton se encuentra completamente desubicado, tratando de encontrarse a sí mismo en lo que siempre ha hecho. Poco importa que podamos defender con ahínco algunos de sus magistrales últimos trabajos como Sweeney Todd o Frankenweenie. Estos no son más que pequeños resquicios, y son sin duda más significativos sus trabajos en Alicia en el país de las maravillas y Sombras tenebrosas, dos películas bastante fallidas, como la mejor muestra de que en estos últimos años a Burton le cuesta dar con sí mismo. La llegada de una película como Big Eyes en esta etapa de la carrera de Burton no es en absoluto circunstancial, es posiblemente la piedra de toque que el extravagante director necesitaba para marcar un punto y aparte en su carrera. Es por ello, que no es de extrañar que en estética sea incluso una de sus obras menos personales, allí dónde Burton siempre ha encontrado su seña de identidad, porque en este caso al realizador lo que le interesaba era alejarse de su mundo lúgubre y gótico para dar con quién era en realidad.

¿De quién nos habla realmente Big Eyes? Ésta es sin lugar a dudas la gran pregunta que el espectador debe plantearse tras finalizar el visionado de la película. La película es un biopic sobre la figura de Margaret Keane, la célebre pintora de obras kistch de niños con grandes ojos. Keane, vivió durante años bajo la sombra de su marido, quién se atribuyó la autoría de su obra, quedando relegada a un pequeño estudio donde seguía con miedo e inseguridad lo que este señor dictaminaba. Pero realmente Big Eyes habla del propio Burton, estableciendo un interesante paralelismo entre su obra y la de Keane. A Burton le interesa demasiado poco la historia de este robo de derechos, aunque sea el pilar central de la obra. Utiliza esto para meter un convencional pero certero dardo feminista a la película, ensalzado la figura de Margaret Keane y censurando la cohibición de la mujer a la sombra de su esposo, pero realmente, lo que aquí le interesa a Burton, lo que acerca a Big Eyes a su propio trabajo como artista es el tratamiento foráneo a la obra.

BIG EYES

Burton siente que su obra ha sido tratada como la de Keane. Durante sus casi treinta años de carrera, el realizador ha cosechado multitud de éxitos comerciales, el público le ha elevado a la merecida categoría de artista, no en vano, estamos hablando de uno de los cineastas más talentosos de las últimas décadas, pero estos éxitos de público han hecho que la crítica infravalorase su trabajo. Burton, al igual que Keane, ha visto como su arte se prostituía de forma comercial, con réplicas que hacían que los sentimientos proyectados en la creación de sus obras se perdiese por completando. Arrebatando el alma a los cuadros de uno y las películas del otro, para acercarlos al público. Al fin y al cabo, no hay tanta distancia en el hecho de que Keane viera sus obras impresas sobre un plato, a ver Burton como el trabajo pictórico que había realizado en Batman se prostituía en las películas dirigidas por Joel Schumacher. En cierto momento de Big Eyes, posiblemente el momento más brillante de la película, Margaret Keane a la que da vida una soberbia Amy Adams, deambula por el supermercado viendo todas las réplicas de su obra en un estante para que cualquiera las pueda adquirir sin importarle realmente el cariz de la obra. Cuando mira a su lado, todas las personas aparecen con esos ojos gigantes que pintaba Keane, es una escena lúgubre y todo un portento narrativo, donde Burton consigue con ello, aunar su propio arte con el de Keane, fundirlos en un abrazo, y crear una atmósfera inigualable en la que se juntan los sellos de identidad de dos de los más característicos artistas pictóricos del último siglo.

Aún así estos son momentos puntuales, porque como decíamos, en lo estético, que no tanto en el tratamiento, Burton se borra. No quiere ser él, quiere encontrarse a sí mismo. La película está rodada con una maravillosa estética pop –desde el plano visual, al sonoro, pues no hay que olvidar el tema principal interpretado por Lana del Rey, presente durante gran parte de la película, que ayuda a acompañar esta sensación– que sienta a la perfección a la historia que quiere contar, algo muy alejado al cine burtoniano. Esta estética va en esencia con la película, sí, pero denota cierta falta de personalidad por parte de su director, que cuanto más se aleja de la proyección de la película, consigue que sea más endeble. Porque realmente el guión firmado por Scott Alexander y Larry Karaszewski, dos excelentes biógrafos que han firmado estupendos guiones como los de Man on the moon, El escándalo de Larry Flint o junto al propio Burton, la fabulosa Ed Wood, consigue alejarse más bien poco de lo convencional. Es Burton el que con su toque consigue que la película pueda discurrir por terrenos mucho más interesantes, aunque, como decíamos anteriormente, todo el centro narrativo de la película, centrado en la relación entre Margaret Keane y su esposo, acabe siendo su punto más endeble, porque es precisamente aquello que a su realizador menos le interesa contar.

BIG EYES

No es Big Eyes la gran obra de Tim Burton que podríamos esperar los que anhelamos el regreso del fabuloso director de obras magnas como Eduardo Manostijeras. Sin embargo, en este cuento de hadas, cuyo tratamiento recuerda en cierta forma al empleado en Big Fish, aunque mucho menos onírico, deja una sensación altamente positiva en el espectador, y es que Big Eyes es posiblemente la película que Burton estaba buscando y necesitaba hacer. Al fin y al cabo, estamos ante una película que primordialmente habla sobre el artista buscando su propia identidad, defendiendo su autoría. Y es por ello que pensamos fácilmente que esto es precisamente lo que Burton necesitaba en este momento. Si Big Eyes supondrá el importante punto y aparte en su carrera que parece marcar lo sabremos con su próxima película, pero desde luego que no hay mejor oportunidad para volver a ser el mismo que siempre fue.

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Ficha técnica:

Título Original: Big Eyes Director: Tim Burton Guión: Scott Alexander, Larry Karaszewski Música: Danny Elfman Fotografía: Bruno Delbonnel Reparto: Amy Adams, Christoph Waltz, Danny Huston, Jason Schwartzman, Krysten Ritter, Terence Stamp, Heather Doerksen, Emily Fonda Distribuidora: eOne Fecha de estreno: 25/12/2014