Festival de Sitges – Día 5 | La Cabecita

Goodnight

En el quinto día de festival ha llegado una de las películas del certamen, la borgmanizada Goodnight mommy. Si Borgman era la historia de cómo un vagabundo se hacía pasar por jardinero para colarse en una casa y poco a poco ir alienando a sus residentes; Goodnight mommy presenta a unos gemelos que dudan si la mujer que vive con ellos, cara cubierta por una reciente operación, es su madre o una impostora. Al igual que Borgman, Goodnight mommy plantea introducir el enemigo en casa, rompiendo la última barrera de protección. En este caso, un par de gemelos son víctimas de los nervios de su madre. Tal es el maltrato que los niños llegan a pensar que no es su madre. Situación que dará un giro importante cuando se sobrepongan al miedo que les inflige revelándose contra ella y dominando la situación. Curiosamente, mientras la madre sigue con la cara cubierta, los niños tienen miedo; en el momento en que se quita las vendas, los niños pierden sus temores y pasan del papel de víctima al de verdugo.

Goodnight mommy está planteada de una manera muy inteligente. Muta de una narración verbal a una más violenta y física, aunque la mayor parte de esta violencia es sugerida, una amenaza permanente que atenaza el desarrollo de los niños y la propia madre. Hasta que al final situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas y el ascenso de la violencia es mayor, hasta involuntaria en un caso, incomodando al espectador con un torture-porn más propio de Funny games. La diferencia es que mientras en la película de Haneke la violencia era gratuita, aquí se justifica el sadismo por su arbitrariedad en su mayor parte. Tampoco encontramos el juego metarreferencial que proponía Haneke en su película, recordándonos que hacía ficción. Goodnight mommy renuncia a cualquier metarreferencia para mostrarnos una verdad, lo que la convierte en una película terrible en que la violencia es más una actitud que una acción en sí misma y convierte al espectador en un voyeur incómodo que no puede evitarla.

Por último, destacar que Goodnight mommy posee un guión maduro, basado en dos giros de guión bastante sorprendentes y muy bien justificados. En la situación en que se encuentra el filme, hubiera sido fácil encubrirlo todo bajo subtextos tramposos que los justificaran. Pero no, el guión va de cara, construyendo una estructura muy sólida que renuncia a cualquier artificio. Construido bajo una estética poética y sugerente, se van plantando pistas que cobran bastante sentido hacia el final. Pistas que ya nos anuncian desde el principio que en esa cinta habrá muerte. No es casual que los gemelos encuentren un gato en una pequeña cueva, rodeado de huesos y el felino acabe muriendo. Tampoco es de extrañar que el cuerpo del propio gato se convierta en un arma mortal. Como en la vida, la muerte está muy presente en esta película que se empeña en optar por un realismo enfermizo y muy descorazonador.

Estamos ante una de las películas del festival, la Borgman de este año y no es descabellado considerarla para un premio. Probablemente rasque el premio del público y se alce con guión o dirección. Aunque aún faltan días para ver el desenlace.