Twin Peaks – Lynch odiado o amado | La Cabecita

Twin Peaks

Aprovechando el 25 aniversario de la serie y el lanzamiento el pasado 1 de agosto de la nueva edición en Blu-ray, en La Cabecita hemos decidido revisar una serie amada por muchos y odiada por otros: Twin Peaks de David Lynch.

Lo primero, hay que mencionar que esta nueva edición de la serie, la primera que se ha lanzado en el mercado de la alta definición, es una oportunidad única para disfrutar como nunca antes de la serie. El Blu-ray presenta una calidad de imagen impecable e incluye más de 90 minutos de escenas eliminadas, además de la película Twin Peaks: Fuego Camina Conmigo y material inédito. En pocas palabras, se trata de una delicia para los coleccionistas.

Pero vayamos al tema en cuestión, Twin Peaks, ¿odiada o amada? Es difícil entender Twin Peaks si no entiendes la cinematografía de David Lynch, uno de los maestros del cine contemporáneo. Lynch es un cineasta complejo, la mayor parte de su obra no es para todos los paladares. Exceptuando sus películas más comprensibles para el gran público, como El hombre elefante (obra maestra por cierto), o Dune (adaptación un tanto personal de las novelas de ciencia ficción), el resto han sido siempre acusadas de no tener sentido o de ser excesivamente personales.

En mi modesta opinión, si exceptuamos Cabeza borradora, el resto de sus películas, aun siendo densas, tras un profundo análisis argumental, nos cuentan historias muy personales sobre la complejidad del ser humano, sobre sus defectos, miedos y culpas. No digo que sea fácil entender el cine de Lynch, digo que es posible, algo que muchos niegan hasta el extremo de tacharlo de cine de autor sin sentido. Películas como Terciopelo azul, Carretera perdida o Mullholand Drive son únicas y doy gracias a Lynch por haberlas rodado porque para cine mainstream ya tenemos a muchos otros cineastas. Para mi cada una de estas películas me supuso un reto, un puzzle que tenía enfrente, visual y argumentalmente, que ponía a prueba mi ingenio.

Partiendo de estas aclaraciones, debo decir que Twin Peaks es puro Lynch, quizás no su obra más personal, pero claramente la serie televisiva más de autor que creo se ha emitido nunca en la televisión.

Laura Palmer

Vayamos al origen del proyecto. Allá por el año 1989, David Lynch y Mark Frost decidieron unir fuerzas y escribir un guión para televisión. Este guión se titulaba Nortwest Passage y posteriormente éste llegó a ser lo que ya todos conocemos como el episodio piloto de casi dos horas de duración de Twin Peaks. David y Mark se habían conocido previamente gracias al agente de ambos en un intento fallido de realizar un biopic sobre la vida de Marilyn Monroe, titulado Goddess. Mark Frost tampoco era un desconocido en aquella época ya que venía de escribir guiones para series de renombre como El hombre de los seis millones de dólares y Canción triste de Hill Street.5

Entre febrero y marzo de 1989, después de 21 duros días de rodaje, Lynch y Frost terminaron el episodio piloto rodado, el cual fue estrenado en abril de 1990 por la cadena ABC. Lo que sucedió después no lo podía haber previsto nadie, ni la cadena ni sus creadores: la serie se convirtió en un fenómeno tanto televisivo como social.

El final de la primera temporada fue seguido prácticamente por todas las televisiones del mundo, incluyendo la nuestra, ya que Telecinco supo aprovechar el gran tirón de la serie. Aquel final de temporada se vivió como un gran evento. Todo el mundo veía Twin Peaks, todos queríamos que se resolviese el caso de Laura Palmer. ¿Quién no ha oído nunca la famosísima frase: «¿Quién mató a Laura Palmer?«? Me atrevo a decir que probablemente éste sea el primer caso de la televisión moderna de lo que a día de hoy es el fenómeno de las series. Y es que no se puede comprender al serie adicto sin comprender que significó Twin Peaks para la televisión mundial. Hoy en día otras series han recogido el testigo de ese fenómeno, series como Friends, Perdidos o Juego de Tronos, que ya son parte de nuestra cultura popular.

Pero, ¿de que va Twin Peaks? La serie nos cuenta la historia de un pueblecito americano, donde una mañana sin que nadie se lo espere se encuentran de manera inesperada el cadáver de una chica envuelto en plástico. La chica en cuestión, Laura Palmer, hija de un importante miembro de la comunidad, Leland Palmer, era querida y adorada en el pueblo, una chica modélica. O al menos eso parece querer contarnos inicialmente la serie. Pero la realidad se aleja de ese punto de partida y poco a poco descubriremos que no era así. Un peculiar agente del FBI, el agente Dale Cooper, se desplaza hasta Twin Peaks para investigar el caso y encontrar al culpable de tan macabro crimen.

A partir de esa premisa se desarrolla el crimen televisivo que más millones de espectadores han querido que se resuelva, acierto de los creadores de la serie pero que a la postre también se convertiría en el mayor problema para ellos. La intención de Lynch y Frost no fue nunca la de resolver el crimen, sino usarlo como punto de partida para poder introducirnos en el universo de Twin Peaks, el típico pueblecito perfecto americano, donde todos querríamos jubilarnos e irnos a vivir, y poco a poco ir descubriendo los secretos que se enconden bajo la superficie. Los creadores de la serie querían mostrarnos un sinfín de historias donde conoceríamos los secretos, las bajas pasiones, las conspiraciones de un pueblecito típico de la América profunda.

Pero el éxito de la serie en la cadena llevo a Lynch y a Frost a desvelar, prácticamente obligados por la ABC, al culpable del asesinato de Laura Palmer a principios de la segunda temporada. Desde ese momento la serie empieza a sufrir un constante goteo de perdida de seguidores, de espectadores, quizás por el hecho de que la resolución del caso puede dejar mal gusto a algún espectador.

Agente Cooper

Lynch a lo largo de toda la serie utiliza una serie de referencias fantásticas, una serie de elementos como personajes extraños, visiones, sueños, que mientras el misterio del asesinato no se desvela no molestan en exceso al espectador medio. Pero el uso excesivo de estos recursos que forman parte de la identidad del asesino puede llevar a que el espectador no comprenda del todo qué ocurre. Sin desvelar aquí el misterio, tranquilos, os diré que de alguna manera muy lynchiana el asesino forma parte tanto de nuestro mundo como del mundo imaginario creado por Lynch, ese repleto de seres fantásticos que también habitan por la serie.

Todo eso, sumado a otra serie de problemas, como el hecho de que el propio Lynch por motivos laborales empezó a estar bastante ausente del proyecto, o una serie de argumentos secundarios que aburren en exceso, llevaron a Twin Peaks a bajar un poco el listón de la calidad inicial hacía la primera mitad de la segunda temporada.

También es cierto que pasado este escollo la serie recupera un buen nivel a nivel argumental, pero ya era tarde para lo que la ABC esperaba de Twin Peaks. La repercusión que la serie había tenido y el bajón posterior, llevó a la cadena a la maldita decisión de terminar con el proyecto. Es en ese momento cuando el Lynch más Lynch reaparece y nos da un episodio final para la serie que aún a día de hoy da para horas y horas de análisis. Porque si bien Lynch había apuntado muchas referencias a ese mundo fantástico, de seres extraños que cohabitan la historia, a lo largo de la serie, él esperaba poder desarrollar mucho más todas esas tramas y que el espectador llegase a entender más lo que era para él Twin Peaks.

Sin tiempo para ello, Lynch nos ofrece el más extraño episodio jamás emitido por una cadena de televisión, donde intenta cerrar un poco el círculo y darle cierto sentido a muchas cosas mostradas levemente durante la serie. El episodio es magistral. Después de un primer visionado la sensación de despropósito que deja en el espectador es descomunal. Es necesario múltiples visionados y un muy duro análisis de él para entender algo y no quedarse en su belleza plástica, visual, que es única.

Por todo ésto, de Twin Peaks no suelen haber medias tintas a la hora de valorarla, o se ama o se la odia. No mucha gente lee correctamente lo que Lynch y Frost querían contarnos, ya que en mi opinión la serie se adelanta y mucho a lo que el espectador televisivo podía digerir en aquella época.

Enano

A nivel interpretativo la serie tiene un reparto muy acertado, donde cada personaje, de los muchísimos que forman parte de esta gran serie coral, aporta un algo diferente al conjunto. Así, destacaría como primer nombre el de Kyle Maclachlan (Dune, Showgirls) interpretando al más raro agente del FBI de la historia de la televisión, el Agente Cooper.  Cooper es sencillamente genial, es un gran detective, que no sólo usa los métodos convencionales del FBI sino que cree en el más allá y es capaz de obtener pistas tanto de sus sueños como de improvisar extraños métodos sobrenaturales para descubrir cualquier crimen. Es un tipo de principios, un caballero a la antigua, que nada más llegar a Twin Peaks se enamora de tan pintoresca ciudad, de sus abetos «Douglas», de los cafés y las tartas del café de Norma, que no concibe una mañana sin comenrse un donut. En la memoria del espectador quedará para siempre sus famosas anotaciones durante cualquier investigación en su grabadora para que una secretaria, Diane, jamás vista en la serie, las trascriba para informar a sus superiores. Tan famoso fue este detalle que llegaron a comercializarse cintas de cassette con las supuestas grabaciones de audio. El agente Cooper será de alguna manera el protagonista principal de la serie, el narrador que nos llevará de la mano a conocer Twin Peaks.

El resto de reparto está compuesto por multitud de personajes: la propia Laura Palmer, interpretada por Sheryll Lee (Vampiros de Carpenter, One tree Hill), que a su vez interpretará no sólo a este personaje sino también a Maddie Ferguson, la  prima de Laura; a Don Davis (Stargate) interpretando al Mayor Garlan Briggs; a Ray Wise (Cómo conocí a vuestra madre) como Leland Palmer, el padre de Laura; a Lara Flynn Boyle (Men in Back II) como Donna, una de las mejores amigas de Laura; a Billy Zane como el excéntrico millonario John Wheeler; o incluso a la bellísima Heather Graham (Boogie Nights , Scrubs, Resacón en las Vegas) como Annie Blackburn, capaz de robarnos el corazón tanto al espectador como al mismo agente Cooper.

En el apartado visual hay que remarcar que Twin Peaks es, probablemente, una de las series más bellas que se ha rodado en televisión. Gran parte de este merito proviene de las localizaciones empleadas en la serie, esos planos del aserradero, esa cascada que ya nos es introducida desde los títulos de crédito… Todo en Twin Peaks está pensado con detalle para dejar huella en la retina del espectador. ¿Quién puede olvidar la imagen de Laura Palmer envuelta en plástico, desnuda y con una tonalidad azulada en toda su piel?

Pero no solo son los lugares, también merece la pena mencionar toda la composición de los planos de la serie, rodada como si de cine se tratase, cuidando muchísimo la planificación, o el trato del color de la misma con esos tonos calidos, ocres que nos dan una textura poco realista pero que la diferencia al resto de producciones de la época.

Por último destacar también el hipnótico trabajo de Angelo Badalamenti, colaborador ya en otras ocasiones de David Lynch, que sabe componer la música perfecta, extraña y cercana al mismo tiempo, con la que los creadores de la serie consiguen una perfecta unión de imagen y música creando una  identidad propia. Como ejemplo, la escena en que un personaje está siendo asesinado en un extremo del pueblo y al mismo tiempo la mayoría de personajes se encuentran en un bar escuchando música en directo. Es en ese momento cuando varios personajes sienten que algo está sucediendo en otro lugar, algo muy malo, y mientras la música fluye de fondo con el grupo que toca en un escenario con un telón rojo de fondo, la suma de imagen y música hace al espectador sentir que ese momento es especial, que no es uno cualquiera.

Cast

No quiero acabar este artículo sin tratar el tema más polémico de la serie, todo el trasfondo fantástico de la misma. Sin desvelar demasiados detalles para no estropear las sorpresas al espectador, entremos un poco en el tema.

Lynch nos mostrará a lo largo de toda la serie como cohabitan dos mundos, el real, donde la gente normal vive su día a día, y el mundo, llamémosle así, de los espíritus. Estos seres viven con nosotros, a veces hasta dentro de nosotros, y son de diferentes tipos, algunos son buenos (como el hombre gigante) y otros son malvados (como Bob). Estos seres interactúan con la gente normal ya sea ayudándoles, intentado que ninguna cosa mala suceda, o lo contrario, escapando de ese otro plano y poseyendo a personas para realizar los más atroces actos.

La existencia de ese extraño mundo es lo que diferencia a Twin Peaks del resto de series de la historia de la televisión, dándonos algunos momentos inolvidables pero creando, al mismo tiempo, una corriente de opinión negativa hacia la serie. Todas estas escenas suelen ser de tan difícil comprensión que es muy posible que el espectador medio no sepa cómo digerirlas, que no logre entender lo que para mí es, quizás, uno de los mayores logros de Twin Peaks tanto argumental como visualmente.

Como mayor muestra de ésto que expongo pondremos el ejemplo del sueño inicial en la serie del Agente Cooper, donde Cooper se ve a sí mismo, pero mucho más viejo, sentado en un sillón mientras Laura se le acerca y le susurra algo al oído. Toda la escena está rodada en una habitación extraña, con cortinas rojas y objetos extraños, y para acabar de redondear la surrealista escena aparecerá un enano vestido con un traje que le dice a Cooper algo mientras baila, algo incomprensible pero que Cooper parece entender. Plásticamente esta escena es insuperable, imposible de olvidar, y con el tiempo entenderemos qué es ese lugar y quiénes son esos seres que de alguna manera intentan ayudar a nuestro protagonista.

Me dejo en el tintero entrar más profundamente sobre algunos conceptos como los doppelgangers, o las dos habitaciones del más allá (la blanca y la roja), pero creo que es algo que todo espectador debe llegar a conocer sin ayuda.

En definitiva, tanto si no habéis visto Twin Peaks (no sé a que estáis esperando) como si la habéis visto pero hace tanto tiempo que no recordáis su encanto, con la salida de la serie en Blu-ray no podéis dejar escapar la oportunidad de pasear por los bosques de Twin Peaks y decidir por vosotros mismos si la odiáis o la amáis.