Battlestar Galactica – Almas de metal | La Cabecita

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Hoy estoy ante un gran reto: hablaros de Battlestar Galactica, y no porque sea difícil encontrar buenas cosas de la serie sino todo lo contrario, es tan inmenso todo lo que se puede llegar a decir que intentare ser conciso. 

Lo primero que deberíamos de saber es que existen dos series de Battlestar Galactica (obviando spin offs),  la clásica que data del año 1978 y la actual, que empezó a emitirse en 2003. Nos centraremos en ésta última pero es de recibo entender la importancia de la existencia de la  primera para poder llegar a esa obra maestra que es la Battlestar Galactica de 2003.

Allá por el año 1983 se estrenaba en España la primera Battlestar Galactica en TVE, era una época donde la falta de variedad de canales en televisión y la imposibilidad de ver contenidos americanos por otros medios de los que sí disponemos estos días, como Internet, nos hacía grandes desconocedores de muchísimo de lo que se hacía en USA. Yo aún recuerdo que siendo un crío alucinaba con esta serie e intentaba no perderme ni un capítulo.

En cuanto al argumento, Battlestar Galactica trataba sobre un conflicto espacial entre la raza humana, diseminada por diferentes colonias a lo largo del universo, y los cylons, una raza de robots. Los Cylons aniquilaban a prácticamente toda la humanidad y los pocos supervivientes huían  buscando un lugar mítico, la Tierra, para poder sobrevivir al holocausto robótico.

Poco más diremos de la serie clásica, sólo comentar el elenco, donde podíamos llegar a ver, entre otros, a Lorne Green, conocido por Bonanza, Dirk Benedic, conocido por el Equipo A y Jane Seymour, conocida por interpretar a la Doctora Quinn en la serie del mismo nombre, una producción que constó de una temporada de 24 episodios y una secuela posterior de 9 episodios y que es considerada por muchos el mayor bodrio rodado nunca en ciencia ficción para la televisión.

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Pero vayamos ya al grano y centrémonos en Battlestar Galactica de 2003. Ese mismo año Ronald D. Moore, con el apoyo de  Sci Fi Channel y Sky One decide recuperar a los Cylons para el mundo televisivo. D. Moore no era un desconocido del género ya que previamente había trabajado en series como Star Trek, pero será en Battlestar Galactica donde llegue a dar lo mejor de sí mismo (con permiso de Helix, aún en emisión).

La historia de Battlestar Galactica 2003 no diverge mucho de la clásica en su origen, empieza con la ruptura del pacto existente entre la raza humana y los Cylons y el ataque a las 12 colonias habitadas por la raza humana, con la casi extinción de esta. Una nave, la Galactica, lidera el viaje de huida de la raza humana que intenta sobrevivir como sea y encontrar un lugar donde poder volver a establecerse.

A priori no parece muy original, pero la realidad dista mucho de este juicio. Os estaréis preguntando cómo… Pues por el hecho de que los Cylons, esos robots metálicos y sin alma, han evolucionado desde que sus creadores, los humanos, los trajeran a este mundo. Han evolucionado hasta el punto de que han sido capaces de crear versiones casi humanas de ellos mismos, de carne y hueso, diferentes Cylons que se han infiltrado entre la población humana. Y no acaba ésto ahí porque estos nuevos Cylons piensan y sienten, igual que el resto de la humanidad.

De este interesante argumento ya habíamos sido testigos gracias a la obra ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick y su posterior adaptación al cine por Ridley Scott con Blade Runner. La película de Scott, una obra maestra del cine, nos planteaba el dilema moral de la existencia de los replicantes, vida artificial creada por el ser humano, y sobre el hecho de si estos replicantes son iguales o no a sus creadores. ¿Acaso somos mejores que ellos? Si sienten igual que nosotros, ¿no significa que están vivos, que deben de tener alma?

Esta es la idea subyacente sobre toda la serie de Battlestar Galactica, trabajada hasta el extremo. ¿Pueden reproducirse los Cylons? ¿Pueden estar más allá del sentido de unidad hacía su raza y posicionarse al lado de sus creadores? ¿Por qué han querido evolucionar? ¿ Cuáles son las creencias de estos nuevos Cylons? A lo largo de una miniserie, dos películas y sus cuatro temporadas el equipo creativo de Battlestar Galactica trabajó sobre todas estas cuestiones y muchas más que irían surgiendo.

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Un detalle argumental interesante a tener en cuanta es el hecho de que estos Cylons humanos se nos manifiestan en unos pocos modelos, una serie limitada, y que cada uno de los componentes de la serie está integrado por diferentes unidades que no dejan de ser como clones, iguales entre ellos. Así, al empezar la serie se nos muestra a la numero 6 , Tricia Helfer, y poco después vemos que existen diferentes unidades de ella misma en diferentes lugares. Esto permite a los guionistas jugar con el misterio, porque por un lado no sabemos realmente quiénes serán Cylons y por otro, una vez ya sabemos quienes lo son, no sabemos dónde nos lo van a a hacer aparecer dentro del mundo de Galactica ni que papel juega en el plan de los Cylons.

Pero Battlestar Galactica no es solo eso, es acción pura, adrenalina para que el espectador disfrute con cada una de las batallas entre humanos y Cylons. La serie se encuentra repleta de este tipo de enfrentamientos que ya quisiesen tener otras producciones tanto televisivas como cinematográficas para ellas mismas. Todo, desde los efectos especiales, la planificación de las escenas, la banda sonora de la serie, el ritmo y montaje, hace de Battlestar Galactica un experiencia única.

Hay que hacer mención especial al apartado artístico de la serie, donde el diseño de las naves, por ejemplo, es increíble. Si bien hay quien me dirá que esos Marks II, naves de ataque del ejercito humano, son muy parecidas a los X-wings de Star Wars, también es justo reconocer que el diseño de los caza Cylons es único, que esa forma casi como de ave con las alas desplegadas hacía delante no solo es intimidatorio sino muy original. 

Durante toda la serie las diferentes tramas y subtramas evolucionarán bastante, dando lugar a muchas líneas argumentales que tratarán sobre los personajes humanos principales, sobre los cylons y sus planes, sobre cómo reaccionaría la raza humana a nivel político en esa situación, sobre las diferentes creencias religiosas tanto de humanos como de los Cylons, sobra la amistad, sobre la familia… Pero si todo lo que os he explicado no os parece suficiente vamos al otro gran punto fuerte de la serie, el elenco de actores y actrices que dan vida a los personajes de Battlestar Galactica.

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Es injusto destacar a unos o a otros porque prácticamente todos están geniales, pero es imposible no nombrar al gran Edward James Olmos (Blade Runner, Corrupcion en Miami…) y su interpretación del Comandante Adama. El Comandante Adama es un personaje capaz de emocionarte con una mirada, de darte miedo cuando dirige a la flota ante una amenaza Cylon y de darte esperanza cuando parece no haber ningún lado donde huir. Sus escenas a lo largo de la serie ponen la piel de gallina, te emocionan cuando te muestra el lado más humano de un militar preocupándose por esa gran familia que es la humanidad.

Y en el otro lado de la balanza moral tenemos a James Callis interpretando excepcionalmente a Gaius Baltar, el personaje más ambiguo y carismático de la serie. Gaius Baltar, científico mujeriego, responsable involuntario de parte de la catástrofe del genocidio humano por parte de los Cylons, por dejarse engañar por una misteriosa y bella mujer, que resultara ser una Cylon. Gaius evolucionará desde el personaje egoísta inicial hasta casi llegar a erigirse en un mesías para la raza humana.

Y no podemos olvidarnos de Starbuck, interpretada por Katee Sackhoff (24, Nip Tuck…), una piloto de caza poseída por el espíritu de Lobezno, porque ella siempre es la mejor en lo que hace, es salvaje, indisciplinada, pero capaz de hacer lo imposible con una nave en sus manos. Starbuck es el héroe por definición, la aventurera que bebe, fuma puros y siempre hace lo que le da la gana pero está dispuesta a sacrificarse si hace falta.

No quiero dejar de hablar de Mary McDonnell (Major Crimes, Anatomía de Grey, Urgencias...) que interpreta a la Presidenta Laura Roslin. Roslin es una maestra que ocupa un cargo de educación en el Gobierno en el momento del holocausto y que sin quererlo, se convierte por sucesión directa en Presidenta de lo que queda de la humanidad. Pero lo que no sabe la gente es que Laura tiene un cáncer terminal y no tiene mucho tiempo por delante. La relación en la serie entre la Presidenta Roslin y el comandante Adama sufre una constante evolución que empieza en el respeto, avanza hacia la desconfianza para acabar entre el amor y la ternura. 

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No son estos los únicos personajes interesantes, porque como ya he dicho anteriormente el casting es uno de los mayores valores de la serie, así tenemos también a Jamie Bamber, el capitán Apolo, hijo del comandante Adama y gran piloto; a la sexy Tricia Helfer, una de los Cylon con forma humana y cuya relación con Gaius Baltar es fundamental para la serie; a Grace Park, la teniente Boomer, piloto humana que descubrirá que es una Cylon sin ella saberlo; a Michael Hogan, que interpreta al cascarrabias Coronel Saul Tigh, el segundo en la cadena de mando de la Galactica…

No acabaríamos nunca porque Battlestar Galactica no es un serie, es un pequeño universo habitado por muchísimos personajes que merecen su propia historia. En resumidas cuentas, no podéis dejar escapar la oportunidad de ver Battlestar Galactica porque, quién sabe, a lo mejor sois un Cylon sin saberlo y esta es la oportunidad de abrir los ojos a vuestra autentica naturaleza.