Analizando los Emmy: Mejor serie – Drama | La Cabecita

Portada Drama

Esta noche tendrá lugar la 66 edición de los Premios Emmy. Cuando por fin se abra el sobre final, sabremos cuál ha sido la gran triunfadora de este año, pero nada parece estar demasiado claro, y muchas dudas quedan por el camino. El año pasado, por fin Breaking Bad consiguió su preciado Emmy, pero no olvidemos que la emisión de los últimos capítulos estaba en marcha, ¿le habrá afectado que haya pasado un año desde su emisión? ¿Será True Detective capaz de vencer a la aclamada serie de Vince Gilligan? ¿Volverá Mad Men a recuperar su trono? ¿Se premiará por fin a Juego de tronos que ha tenido una soberbia cuarta temporada? Mientras esperamos a la gala, analizamos a las seis series nominadas.

Breaking Bad

Felina

El camino al Emmy parecía cantado para Breaking Bad hace un año, sin embargo, series como True Detective, o una espectacular temporada de Juego de tronos le han complicado ese camino. Ha pasado mucho tiempo ya, y el furor que han causado otras series han hecho que quede algo (injustamente) olvidada. Aún así, no podemos olvidar que nos encontramos ante la que posiblemente sea la mejor temporada final de la historia de la televisión. La serie creada por ese genio llamado Vince Gilligan nos ha regalado capítulos transformados en obras maestras, desde Ozymandias, considerado por muchos como el mejor capítulo de la historia de la televisión, hasta Felina, anagrama de finale y que se corresponde con los elementos químicos de Hierro (sangre), Litio (metanfetamina) y Sodio (lágrimas), firmando el perfecto desenlace de la serie y batiendo un récord de audiencia. AMC ha logrado su serie más exitosa de la historia, llegando al nivel del olimpo televisivo junto a otras series míticas como The Wire o Los Soprano. En la pasada ceremonia de los Emmy ya logró el premio a Mejor serie dramática, por los primeros ocho capítulos de la temporada. Los ocho siguientes han conseguido superar con creces las expectativas de los fans, muestra de que si ya se llevó el galardón, ahora que ha subido el nivel se le debería reconocer esa grandeza. Para un servidor, Breaking Bad es la indiscutible ganadora de esta edición de los premios Emmy.

Texto de Lluís Fabregat

Downton Abbey

Downton Abbey

 

Julian Fellowes vuelve a colocar su opera prima Downton Abbey en la categoría de Mejor drama para una gala de los Emmys que se erige como una de las más reñidas de los últimos años. True Detective, Breaking Bad o Mad Men tienen todas las papeletas para robarle al drama de época una estatuilla que lleva resistiéndose nominación tras nominación. Y no es para menos, la serie del egipcio ha ido dando tumbos hacia una reformulación de la trama que nos hace dudar de la necesidad de la propia historia o de las pretensiones de un cineasta que sabe hacer poco más. No obstante, el goteo constante de nuevos personajes, la introducción de componentes tan duros como la trama sexual Anna-John o esa escena (y ansiada) escena final entre Carson y Mrs. Hughes, dándose la mano y mirando hacia el mar, nos hace pensar en un cambio de aires. ¿Será suficiente para el jurado?

Texto de Laura Blanco

Juego de Tronos

Juego de Tronos

 

A pesar de que la popular, y auténtico fenómeno de masas, serie de HBO Juego de Tronos parte con cierta ventaja psicológica en la entrega de los platos fuertes de los premios Emmy 2014, debido a las nada menos que 19 nominaciones con las que se presenta este año (la más nominada, de hecho), es poco probable que se acabe imponiendo a las dos grandes favoritas: Breaking Bad, por su magna quinta y última temporada, y la sorprendente primera temporada de True Detective. De hecho, un servidor apuesta por Breaking Bad, por una temporada final magistral para una de las mejores series, la más redonda y aplaudida igualmente por crítica y público que se recuerda en mucho tiempo.

 

Aun así, méritos no le faltan a Juego de Tronos este año para poder conquistar, al fin, el premio a Mejor serie dramática: su cuarta temporada es, hasta el momento, la mejor y más equilibrada de todas ellas, que ya de por si eran sobresalientes, donde la emoción, la épica y la tensión no decaen un ápice en toda la temporada llegando a cotas apoteósicas con episodios tan brillantes como El león y la rosa, Leyes de dioses y hombres, La montaña y la víbora, Los niños y la grandiosa batalla de Los vigilantes del Muro, que podría haber sido firmada perfectamente por un Peter Jackson con muchos más medios. No, Juego de Tronos ha alcanzado ya ese punto de madurez en su desarrollo y tramas que le permite aspirar muy seriamente a llevarse premios más allá de las categorías más técnicas, donde hasta ahora su impecable factura no tenía problemas para imponerse.

 

De momento, y para abrir boca, en los ya anunciados premios de las categorías creativas de los Emmy (las más técnicas) ya ha sido la ficción más premiada, llevándose cuatro estatuillas: a los Mejores efectos especiales y visuales; Mejor dirección de arte; Mejor vestuario y Mejor maquillaje. ¿Conseguirá Juego de Tronos imponerse contra todo pronóstico al resto? ¿Se llevarán Peter Dinklage y Lena Headey  los premios a mejor actor y actriz de reparto, respectivamente? El próximo lunes 25 sabremos quién conquistará el trono.

Texto de Jesús Urgell


House of cards

House of cards

La irrupción de Netflix en el mundo de las series nos ha brindado trabajos que son máximos exponentes de calidad en sus respectivos géneros. En el caso de House of Cards, una excelente primera temporada dio paso a una segunda que pule sus carencias y ensalza aún más sus virtudes con un resultado final que podría ser calificado de obra maestra. Obra maestra por conseguir su propósito a la perfección que es hacer de una serie política una experiencia intrigante, apasionante, casi erótica. Una retahíla de fantásticos personajes capitaneados por un Kevin Spacey que merece un Emmy como el que más (a pesar de que podemos decir lo mismo de casi todos sus contrincantes en la categoría de Mejor actor, monumental año) y una serie que merece el galardón y que ha tenido la “desgracia” de ser contrincante de algunas de las mejores series nunca creadas. La edad de oro de la televisión sigue vigente. Ya acabó Breaking Bad, hace tiempo hicieron lo propio Los Soprano o The Wire. Ahora los nuevos reyes son True Detective, Juego de Tronos y sí, House of Cards. Tiene ante sí una tercera temporada tan apasionante a priori como desafiante si miramos hacia atrás, a la recta final de la temporada anterior. Depende del fantástico cuerpo técnico y artístico ir aún más allá y alzar a Frank Underwood a donde se merece, al olimpo de las series.

Texto de Guillermo Martínez

Mad men

Mad Men

Armstrong ya ha puesto un pie en la Luna, los sesenta tocan a su fin y con ello llega a su ecuador la última temporada de una de las más sólidas y aclamadas series de la última década. Hablo por supuesto de Mad Men, la multipremiada obra de Mathew Weiner cuya temporada final, al igual que ocurriese con Breaking Bad, ha sido dividida en dos por AMC (su cadena responsable), dejando estos meses atrás siete brillantes capítulos que, por otro lado, dejaron a todos los seguidores con la miel en los labios. Teniendo en cuenta la cantidad de Emmys que ha ganado Mad Men hasta la fecha, sinceramente cuesta esperar que consiga llevarse algún galardón a casa este lunes, más aun si observamos la fuerza con la que vienen pisando Breaking Bad, True Detective o Juego de Tronos. A pesar de que le deben un Emmy a Jon Hamm como una catedral, lo más sensato sería pensar que cualquier premio que pueda cosechar la serie de aquí en adelante será relativo a sus siete últimos capítulos, para lo cual habrá que esperar hasta el año que viene. Pero que nadie cometa el error de olvidar que, tras siete años, Mad Men sigue siendo Mad Men

Texto de Daniel Cruz

True Detective

True Detective

A estas alturas de la película, ¿quién no conoce a los detectives Rust Cohle y Martin Hart? Esta serie irrumpió en nuestras televisiones asombrando a todos aquellos que le dieron una oportunidad. Una explosión de creatividad y buen gusto sacudió al mundo de la ficción televisiva y el culpable de esto fue Nic Pizzolatto. A partir del primer estallido mucho se escribió acerca de su trama, sus referencias, sus actores, sus personajes y en definitiva todo lo que la rodease. Uno de sus pilares fundamentales es la interpretación magistral del dúo protagonista. El señor Matthew McConaughey se come la pantalla en cada plano y un soberbio Woody Harrelson no se queda atrás. Sin saber qué nos deparará el futuro de ambos actores podemos decir que este trabajo puede ser el más redondo de sus carreras. Otro de los pilares es su trama, una enrevesada telaraña de asesinatos que tienen que ir desmontando para conseguir llegar al final de la investigación y solventar el caso. El misticismo, la brujería y el satanismo salpican la historia dándole un toque aún más interesante e inquietante. La fotografía está cuidada al extremo para que cada plano, cada momento, cada secuencia cuente más de lo que parece. La cabecera es un claro ejemplo de la calidad de la serie que cuenta, además de con una composición de imágenes brillante, con la música del artista country T-Bone Burnett. Todo esto y mucho más vas a encontrar tras el telón de True Detective y eso que ni siquiera he comentado el plano secuencia que hace las delicias de todos los espectadores. ¿Será similar el éxito en los premios que el cosechado entre el público? 

Texto de AC Ojeda