Fallece el director Paul Mazursky | La Cabecita

Paul Mazursky

El director, guionista y actor Paul Mazursky ha muerto a los 84 años en el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Áneles por complicaciones respiratorias.

Mazursky saltó a la fama en los años 70 por películas como Harry y Tonto, por la que Art Carney ganó el Oscar a Mejor actor. Estuvo nominado 4 veces al Oscar por los guiones de Bob, Carol, Ted y Alice, la mencionada Harry y Tonto, Una mujer descasada y Enemigos: Una historia de amor, además de una quinta nominación en calidad de productor por Una mujer descasada.

Marzusky nació en el seno de una familia judía en Nueva York en 1930. Al terminar sus estudios de literatura, entró al Actor’s Studio dónde hizo sus pinitos como actor teatral. Allí conoció a otro cineasta en ciernes, Stanley Kubrick, que le dio un papel en su debut como directo Fear and Desire. Marzusky siguió trabajando como actor en películas como Semilla de Maldad, aunque pronto pasaría a escribir guiones y más tarde debutaría en 1969 con Bob, Carol, Ted y Alice, una comedia que protagonizaron Natalie Wood, Robert Culp, Elliott Gould y Dyan Cannon.

Su gran éxito llegaría en los 70 y 80 con películas, a parte de las que por las que logró sus nominaciones al Oscar, como Próxima Parada: Greenwich Village, Una almohada para tres, La tempestad o Un loco suelto en Hollywood.

Su declive llegó con el fracaso de Escenas de una galería, una comedia paródica de Secretos de un matrimonio de Ingmar Bergman que estaba protagonizada por Woody Allen y Bette Midler. Tras esta película sólo se volvería a poner tras las cámaras en Fielmente tuya y varios telefilms. Aunque su último trabajo tras las cámaras llegó en el año 2006 con el documental Yippee, dónde el director examinaba sus raices ucranianas viajando a una pequeña ciudad ucraniana para ser testigo de una celebración judía.

Estos últimos años recuperó su faceta de actor, apareciendo en series como Los Soprano o Larry David y películas como Atrapado por su pasado o The Majestic. También se dedicó a la crítica cinematográfica para la revista Vanity Fair.

Mazursky, que pese a su carrera nunca fue llegado a ser considerado un director tan influyente como otros de sus compañeros que se iniciaron en los años 70 deja para el recuerdo una obra con la que supo entender perfectamente a la sociedad de aquellos años.