Sólo los amantes sobreviven – Recuerdos analógicos | La Cabecita

"only lovers left alive"

Hay algo que me resulta realmente fascinante en el cine de Jim Jarmusch, y que es un cine lleno de vida. O al menos lo era en películas como Extraños en el paraíso, Mystery o Noche en la tierra. Porque también es cierto que desde la realización de aquella poética y salvaje película que era Ghost Dog en la que narraba el ocaso de un samurái moderno, se ha venido atisbando en él una pesadumbre que empezó a perfilarse en su peculiar western Dead Man y más tarde continúo en aquella revisión del mito de Don Juan que era Flores Rotas y se confirma en Sólo los amantes sobreviven, con la única excepción, quizás, de Café y cigarrillos (olvidémonos, eso sí, de aquella incomprensible bizarrada que era Los límites de control, la cual, aún hoy, sigo sin entender demasiado bien que era lo que pretendía Jarmusch). Así que uno, dentro de este contexto entiende perfectamente la existencia de una película como Sólo los amantes sobreviven, porque quizá sea la película más distinta que ha filmado Jarmusch, pero tampoco se puede negar que Jarmusch viene realizando obras radicalmente distintas desde mediados de los 90.

"only lovers left alive"

Sólo los amantes sobreviven no es un cinta de vampiros al uso, es más, se podría decir que es una película sobre zombies, que es como llaman los protagonistas a los humanos. Unos zombies presos en un mundo de tecnología que les absorbe el cerebro, que han perdido el verdadero romanticismo. Y es ahí donde Jarmusch es un verdadero vampiro, que retrata con verdadera melancolía en su cámara un disco de vinilo que da vueltas de manera cautivadora, como la breve resistencia de lo analógico ante lo digital. Adán y Eva son dos vampiros que llevan años juntos, pero separados. Ella vive en Tánger y él en Detroit, pese a los kilómetros que les separan uno siento que están siempre pegados el uno junto al otro. La depresión de Adán, incapaz de sentirse cómodo en un mundo que lo ha dejado completamente perdido, dónde ni siquiera un vampiro puede alimentarse de la manera romántica en la que antes succionaba el cuello a otra persona. Se siente completamente desolado, encerrado en su casa entre guitarras, busca incluso la forma de suicidarse con la idea de una bala de madera, que como Adán es la idea vampírica más romántica que uno pudiera imaginar. Tan sólo la compañía de Eva y la llegada de Ava, hermana de ésta, una vampira estridente que no sabe bien cuál es su verdadero sitio, son los que conseguirán aferrar a Adán a su vida.

El hecho de que los protagonistas sean vampiros es poco más que una excusa bellamente metafórica que no influye en exceso en lo que Jarmusch trata de narrar. Estos vampiros han asumido que en pleno siglo XXI no pueden alimentarse sin más de seres humanos y matarles en medio de la noche, y tienen que buscar otras formas de alimentarse. Pero lo que de verdad le interesa a Jarmusch de estos vampiros es la imposición de la vida eterna. Adán y Eva llevan varios siglos juntos, quizá hayan conseguido el mayor don que una persona pueda soñar, no el de la vida eterna en sí, si no conseguir ésta al lado de la persona que aman. Aún así, el rumbo que ha tomado el mundo, vaciándose por completo, dando cada vez más presencia a ese mundo digital que adormece por completo al individuo, les ha dejado completamente aislados. Esto es algo que Jarmusch usa para hacer una metáfora realmente interesante acerca de lo que es la soledad, no es complicado imaginarse al realizador de Ohio como uno de estos vampiros preso del recuerdo analógico. Pero hay algo más en estos vampiros, y es la excelente elección de casting que son Tilda Swinton y Tom Hiddleston, hasta incluso John Hurt y Mia Wasikowska en sus breves papeles. Uno no puede imaginar mejores actores para ser vampiros que estos, su presencia es verdadera magnética. E incluso la imagen de Hiddlestone y Swinton tumbados en la cama, sin necesidad de ver el acto sexual, resulta extremadamente erótica.

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Jarmusch se saca de la manga su película más diferente e hipnótica, para hacer, al fin y al cabo, un película completamente suya. Porque entre esa paleta de colores, perfectamente estilizada (más que nunca) y que podría haber sido perfectamente seleccionada por Wong Kar-Wai, sigue existiendo un alma único y verdadero, el de su cine, el de la cultura underground. El alma de los cigarrillos y el blues, sello innegable al que sólo le falta la presencia de Tom Waits para confirmar que el mundo de Jarmusch es el que es, y es inamovible. En el mundo de Crepúsculo los vampiros se sienten tan prostituidos como el resto de nuestra humanidad, tan sólo un romántico de tiempos pasados como Jim Jarmusch es capaz de despertar el alma romántica del Drácula de Bram Stoker. Quizá Sólo los amantes sobreviven sea la película de vampiros más distinta que podamos haber visto. Quizá, sólo quizá, también la más real.

3.5_estrellas

Ficha técnica:

Título original: Only Lovers Left Alive Director: Jim Jarmusch Guión: Jim Jarmusch Música: SQÜRL Fotografía: Yorick Le Saux Reparto: Tilda Swinton, Tom Hiddleston, Mia Wasikowska, John Hurt, Anton Yelchin, Slimane Dazi, Jeffrey Wright Distribuidora: Vértigo Fecha de estreno: 13/06/2014