Hay películas buenas, malas y regulares pero después hay cintas que jamás deberían haber sido rodadas, esta es una de ellas. Un elenco de actores paupérrimo del que ni siquiera se salva un mediocre Robert De Niro, una historia llena de agujeros cargada de giros inverosímiles y una dirección nefasta que se acerca más a la película de sobremesa que al cine en gran pantalla. Ha sido un reto terminar de verla pero más reto aún es recordarla y tener que escribir una crítica sin hacer demasiada sangre.
La historia es simple, bastante simple. Dragna, el papel que interpreta Robert De Niro, hace un encargo especial a Jack, el personaje al que da vida John Cusack. El problema llega cuando Jack tiene que hospedarse en un motel a la espera de la recogida de la bolsa por parte de Dragna. El motel está lleno de seres extraños empezando por su director Ned, interpretado por Crispin Glover y que quizás sea lo mejor de la película, y terminando por una peculiar pareja de matones que harán que el espectador se tire de los pelos con sus surrealistas conversaciones.
Los personajes parecen estar construidos a bases de retales de otras películas. Clichés, estereotipos y situaciones sin sentido que hacen que todo el argumento se convierta en una locura. Una mención especial para la escena que abre la película en la que Dragna le explica al bueno de Jack cómo debe hacer el encargo y para ello utiliza un trozo de carne, un brócoli y una patata.
Al igual que en toda historia de héroes y villanos, aquí también hay una joven indefensa a la que salvar. En el motel Cusack conoce a una prostituta que huye del dúo de descerebrados y a la que termina aceptando como compañera de viaje para protegerla. Él desconoce realmente cuáles son sus intenciones aunque el público lo intuya desde el primer momento que ella aparece. Al papel de Rivka, interpretado por Rebecca da Costa, le debemos la mejor escena de la película. Un plano secuencia desde sus pies hasta la cabeza que empieza con ella escapando de la habitación por la ventana del cuarto de baño y termina con ella entrando de nuevo por la puerta principal. El uso del color, los reflejos y la música hace que ese momento parezca estar rodado por otro director.
John Cusack, en el papel de Jack, roza lo absurdo en varias ocasiones de la película y su personaje no puede ser más típico: un asesino que ha perdido todo en la vida y no tiene ambición ninguna más allá que la de sobrevivir. Aquí hay que hacer un parón para explicar qué es lo que ha perdido. El señor Jack, encaramado siempre a su gorra de Memphis, ha sobrevivido a séis divorcios y ocho hijos. Sí, damas y caballeros, cuando la película parece que no puede llegar a más vuelve a superarse. Eso por no hablar de su habilidad para matar, todo el que se cruza en su camino termina bajo tierra aunque parece que alguno se resiste más que otro. Nada más y nada menos que once víctimas a lo largo de toda la película, prácticamente todo el reparto.
Todo este conjunto de sinrazones hace que pierdas el norte y no recuerdes el motivo principal de la película: la bolsa. De hecho, poco importa el contenido cuando todo lo que está pasando alrededor es tan bizarro que pierdes el interés por la película.
A todo esto hay que sumar que la película es una adaptación de una novela y eso me lleva a otra pregunta: ¿será una mala adaptación o una mala novela? Sinceramente creo, como he dicho al comienzo de la crítica, que este tipo de películas sobran. David Grovic debería plantearse su carrera si este es el tipo de obras que quiere realizar. Robert De Niro, en su sano juicio, nunca debería haber aceptado participar en esta historia pretenciosa y eso por no hablar de John Cusack que parece estar empeñado en destruir su carrera a base de trabajos como este.
Ficha técnica:
Título original: The Bag Man Director: David Grovic Guión: Paul Conway, David Grovic Música: Tony Morales, Edward Rogers Fotografía: Steve Mason Reparto: John Cusack, Rebecca da Costa, Robert De Niro, Crispin Glover, Dominic Purcell Distribuidora: Universal Fecha de estreno: 27/06/2014