De cómo la rabia cambió el cine | La Cabecita

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Hay quién tiende a ensalzar la década de los años 70, proclaman con fervor que es la mejor década de la historia del cine. Me parece una afirmación ingenua, también osada, pero en cierto modo consecuente si evaluamos esa década con la época de cine que estamos viviendo, que comenzó en ese exacto momento. No, los 70 no fueron la mejor década del cine, fue una década prodigiosa (como todas, al final siempre quedan un buen puñado de obras maestras en cada década que se mire), pero el nivel de aquellos años 40 y 50, el del mimo al cine por parte de los estudios es algo que jamás se repetirá. Y sin embargo, ahí están, los años 70 maravillosos y absolutamente básicos para comprender a qué punto ha llegado nuestro cine.

Obviamente no todos los 70 fueron una década de cambio radical, hay obras de indudable herencia clásica en ella, sobre todo a comienzos de década, El golpe, Love Story, La huella, Patton o incluso obras catastróficas, ese género que fue el fenómeno de aquellos años (como hoy lo son las de superhéroes) con obras superlativas como Aeropuerto o El coloso en llamas, son obras que nacen directamente de todo el cine que había venido detrás. Era, por así decirlo, su evolución lógica. Podemos meter dentro de esta evolución incluso a los grandes blockbusters como Tiburón o La guerra de las galaxias, que dieron pie a las grandes superproducciones de los estudios o ese palpable neorralismo de Rocky que, sin embargo, sí tenía mucho que ver con los motivos que dieron pie al nuevo cine que se empezó hacer en los años 70.

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No fueron simplemente nombres, no fueron simplemente los Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Dennis Hopper, Peter Bogdanovich, Sidney Lumet o William Friedkin, aquella magnífica generación, los que cambiaron el cine. No fueron únicamente Easy Rider y La última película los que hicieron que el cine tomase un rumbo completamente distinto. Tampoco fueron las drogas, ni el sexo, ni el rock and roll o la violencia, que empezó a mostrarse en el cine sin tapujos como jamás se había hecho hasta en aquel momento, los que cambiaron el cine. Todo esto fue consecuencia de una única cosa, que fue a su vez el motivo de que el cine cambiase en los años 70. El cine cambió en los años 70 por culpa de la rabia.

Había rabia por culpa de una guerra en Vietnam, y por otra en Estados Unidos, una guerra que comenzó Rosa Parks en los años 50 cuando no quiso ceder su asiento en un autobús, y que se avivó a finales de la década siguiente con los asesinatos de Malcolm X y Martin Luther King. Y ahí, su juventud, ésa de los Coppola, Scorsese, Hopper y compañía, utilizó el cine como arma para reflejar una sociedad harta, a una juventud que necesitaba que el modelo cambiase, que quería retirar las tropas de un país lejano que no tenía nada con él y en el que personas morían sin entender demasiado bien el motivo de por qué lo hacían, una juventud que estaba harta del racismo y la desigualdad. Una juventud tan poderosa que fue capaz de hacer dimitir a un Presidente. Una juventud que sólo quería que el mundo, por primera vez, se sentase simplemente a disfrutar.

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Y el cine simplemente, empezó a escuchar a la gente, salió de sus entrañas, de lo que el pueblo pedía. Vietnam y sus consecuencias se mostraron en el cine ensuciando el nombre de un país que sus creadores creían corrupto, haciendo obras como El cazador, Apocalypse Now o Taxi Driver, películas que Hollywood jamás se habría atrevido hacer, mientras que apenas una década antes John Wayne realizaba una película como Boinas verdes que evidenciaba lo oxidadas que se mostraban las ideas de un Hollywood anterior. Pero no sólo eso, el cuerpo se empezaba a ver como algo natural y Bogdanovich desnudaba a Cybill Shepherd para escándalo de unos pocos y comprensión de la mayoría. La violencia del mundo se contagiaba en el cine, y Coppola reescribía el cine negro con una epopeya magnífica rebosante de una violencia que jamás se había justificado narrativamente de manera tan contundente. Incluso John Waters ponía a todos patas arriba con esa obra maestra de la provocación que es Pink Flamingos mostrando una felación de una madre a su hijo, y despertando tanto el interés por este mundo tan distinto que logró permanecer diez años en cartel.

¿Fueron los 70 la mejor década de la historia del cine? Para quién esto escribe no, no lo fueron, pero es la década más necesaria de la historia del cine. Porque fue la década que escuchó con más ahínco a toda la gente que quería ser escuchada. El cine cambió radicalmente en los años 70, llegó a límites que antes jamás se pensó que se pudieran sobrepasar. El cine de los 70 fue un reinicio, un punto de partida que aún hoy explica el momento en el que nace la mayoría del cine actual. Ha llegado el momento de los años 70 en La Cabecita, y esperemos que lo disfrutéis tanto como nosotros.