Melaza – Miel amarga | La Cabecita

Melaza

Cuba, hermosa tierra con una situación política bastante controvertida, es el marco de Melaza, la primera película de Carlos Lechuga. El título hace referencia al pueblo donde todo ocurre, un pueblo devastado por el cierre de una azucarera. Melaza, es decir, miel de caña de azúcar, está claro que de ahí toma el nombre el pueblo y que sirve para darnos una pista de lo que veremos: una película dulce como la miel, en apariencia. No obstante, esta dulzura se va convirtiendo en amargor cada vez más conforme pasan los minutos, llegando a ser el film cubano una cucharada de melaza espesa y oscura, donde lo amargo prevalece sobre lo dulce.

Melaza es un pequeño pueblo cubano que tras el cierre de una azucarera queda prácticamente muerto. Mónica y Aldo, una joven pareja natural de Melaza, deberán hacer frente a este contratiempo buscándose la vida como puedan para sacar adelante a su familia.

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Carlos Lechuga debuta en la dirección con este primer largo que, si bien no deja de ser un film interesante y hasta ameno, deja bastante indiferente. Al cabo de un rato la película deja de tener mucho interés, no consigo empatizar con los personajes, me dan bastante igual. Puede que el problema sea que Lechuga intenta contar una historia familiar en medio de un ambiente de pobreza, y eso ya lo hemos visto en incontables ocasiones, aunque si analizamos fríamente la película podemos darnos cuenta que lo que falla no es precisamente el qué, si no el cómo. El realizador cubano dibuja a unos personajes tan planos que es muy complicado llegar a conectar con ellos, me es imposible compartir su sufrimiento. Ese sufrimiento que, además, se antoja demasiado pueril, demasiado simple. Está claro que Mónica y Aldo lo pasan fatal para sacar a su familia adelante, pero Lechuga se muestra tan aséptico que no consigue transmitir el sufrimiento de los protagonistas a través de la pantalla.

Esa falta de pasión, de calor, que Carlos Lechuga dota a su ópera prima le pasa factura al director cubano. No sabemos si lo que quiere hacer es una comedia o un drama, parece que se queda a medio camino. No es lo suficientemente emocionante para que sea un drama notable y no es tan desenfadada y divertida para ser una buena comedia. ¿Comedia dramática? Puede ser lo que quizás mejor defina a este extraño híbrido cubano.

El trabajo en la dirección de Carlos Lechuga no resulta malo del todo, tampoco en el guión, aunque al final el resultado es algo decepcionante. Lechuga sabe manejar la cámara e intenta contar una historia muy interesante, pero se queda totalmente a medias. El dúo protagonista resulta algo dispar, pues donde Yuliet Cruz realiza un muy buen trabajo, Armando Miguel Gómez no termina de encajar. Hay cierta química, pero donde ella lo da todo parece que él quiere hacer solo lo justo y necesario. El resto del reparto pasa tan desapercibido como la película en su conjunto.

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No todo es malo en Melaza, por supuesto. No deja de ser una obra pequeña con muy buenas intenciones, aunque su director no consiga plasmarlas del todo bien en su primer largometraje. Hay cierto trasfondo político-social en Melaza, como es lógico, y parece que Lechuga quiere mostrarse algo crítico con la situación económica y política de su país, pero no lo suficiente como para dejar las cosas claras. No entraremos en el debate sobre si la situación política del país caribeño es mala o buena, pero Carlos Lechuga se muestra más bien disconforme con la actualidad económica y política de su tierra, aunque su críticaacaba siendo demasiado volátil, tanto como la película en general.

Melaza no es una gran película, tampoco mala. Es todo tan llano en la película cubana que se queda en la delgada línea que divide al aprobado del suspenso. Es Melaza una cinta simplista y neutra, que parece querer abarcar a veces mucho más de lo que puede. Aun así, el debut de Carlos Lechuga es interesante de ver y no chirría, sus 80 minutos ayudan a que la película sea, en parte, bastante agradable por su sencillez. Quizás si Lechuga se hubiera querido arriesgar algo más o al menos intentar contar su pequeña historia de otra forma, Melaza podría haber sido la gran película que el cubano seguramente pretendía. Se queda en una película pasable, por suerte o por desgracia.

2.5_estrellas