Festival de Málaga. Día 4 | La Cabecita

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El lunes 24 era uno de esos días marcados en rojo para los asistentes del Festival de Málaga debido a los dos films que se presentaban a la sección oficial. Si ambas películas hubieran resultado ser un chasco, estaríamos hablando de la jornada más decepcionante de todo el festival. Afortunadamente no ha sido así, ya que ambas películas han cumplido (o incluso superado) las expectativas y, al menos para el que esto escribe, el lunes ha sido de largo el mejor día en lo que va de festival en cuanto a la sección oficial se refiere.

La mañana empezaba con la proyección de 10.000 km., uno de los films más esperados del festival por su atractiva e interesante propuesta. En la película escrita y dirigida por Carlos Marqués-Marcet se nos narra la historia de Álex y Sergio, una joven y feliz pareja que deberá afrontar la complicada situación de llevar una relación a distancia cuando a Álex le ofrecen un trabajo en Los Ángeles. Es imposible no acordarse de la genial Como locos de Drake Doremus, dado a que ambas cuentan historias de relaciones a distancia. Pero si ya la película de Doremus resultaba ser desgarradora y fría, la de Marqués-Marcet es un verdadero témpano de hielo. Es seca y dolorosa, tiene momentos para reír y otros para llorar y sobre todo es un verdadero baño de realismo. La veracidad de la película es claramente su mejor baza, es imposible contar más con menos. Y es que 10.000 km. es ante todo otro enorme ejercicio minimalista del cine español, parece que esa simpleza técnica para contar grandes historias es el camino a seguir en la cinematografía española. No es casualidad que dos de las mejores cintas españolas de los últimos años sean La herida y Stockholm, películas que precisan de muy poco para contar mucho. 

Natalia Tena y David Verdaguer, únicos actores de la película, están sencillamente impresionantes en la interpretación de Álex y Sergio. Tienen una química tan brutal que es incluso palpable cuando están hablando a través de sus ordenadores. En su ópera prima, Carlos Marqués-Marcet parece dejar claro que quiere ser uno de los directores a tener en cuenta en los próximos años. Su dirección es magnífica e impecable. Comienza con un brutal plano secuencia de más de 20 minutos en los que la pareja decide si es conveniente o no que Álex se vaya a vivir a Los Ángeles y a raíz de ahí vemos la relación de Álex y Sergio día a día a través de webcam, e-mails, mensajes de móvil… Toda la película está rodada entre dos pisos, el de Sergio en Barcelona y el de Álex en Los Ángeles. Ni un solo exterior, ni un solo plató, solo dos pisos. Dirección exquisita, interpretaciones magistrales y un guión brillante son los elementos que hacen de 10.000 km. la, por ahora, mejor película del Festival de Málaga.

"KAMIKAZE"

Tras la satisfacción de haber visto una película tan maravillosa como 10.000 km. tocaba relajarse un poco con Kamikaze, una película bastante más amena y ligera que la de Marqués-Marcet. Muchos éramos los escépticos que no sabíamos muy bien qué esperar del primer largometraje de Álex Pina, la propuesta era bastante curiosa pero el resultado podría ser un verdadero desastre. Por suerte, Kamikaze no es el bodrio que podría haber sido de haber caído en las manos equivocada. La de Pina es una película agradable, desenfadada y, sobre todo, muy divertida y tierna. Le viene muy bien esa mezcla de comedia y drama aderezado con unos toques de thriller que da Pina a su primer film, del que él mismo es guionista junto a Iván Escobar. 

Kamikaze cuenta la historia de Slatan, un ciudadano de Karadijistán (país ficticio, presuntamente ex-soviético) contratado para hacer estallar un avión en Moscú con un chaleco bomba, pero el atentado terrorista se ve aplazado cuando una fuerte tormenta de nieve impide que el avión despegue. Será entonces cuando Slatan tendrá que convivir con el resto de pasajeros (españoles casi todos) en un hotel hasta que la tormenta amaine. 

Ante esta descabellada y surrealista situación, Álex Pina no solo logra salir airoso con su película si no que además firma un gran entretenimiento. Lo mejor de Kamikaze es su capacidad de hacer reír al espectador con un excelente sentido del humor, pese a que el tema tratado no ofrece la posibilidad de hacer muchas bromas. El buen reparto de la película es uno de sus puntos más fuertes. Álex García protagoniza con gran acierto el film, en el papel de Slatan el terrorista. Lo acompañan un gran plantel de conocidos secundarios como Carmen Machi, Verónica Echegui, Iván Massagué, Leticia Dolera, Héctor Alterio y un fenomenal Eduardo Blanco como el personaje que más carcajadas arranca al espectador. La dirección de Pina es buena, sabe llevar muy bien la película en todo momento y está a la altura de una película de grandes pretensiones comerciales como es Kamikaze. No es una película para la historia, pero sí un más que digno entretenimiento que deja un muy buen sabor de boca.