Cuento de invierno – A lo que Scorsese no se atrevió y Goldsman perpetró | La Cabecita

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Mis únicas referencias hacia la novela Cuento de invierno de Mark Helprin, eran hasta ahora que Martin Scorsese hace bastante tiempo se hizo con los derechos para adaptarla, pero vio que lo que ahí había era un material inadaptable. Si un señor como Scorsese, capaz de atreverse a filmar lo inimaginable dijo algo así, pues no sé muy bien que sería exactamente lo que les pasaría a los señores de Warner Bros. por la cabeza cuando decidieron sacarlo para adelante de la mano de Akiva Goldsman. Este señor, que tiene un Oscar en su casa, por aquel biopic tan demencial que era Una mente maravillosa, tiene en su carrera honores como las dos entregas de Batman que dirigió Joel Schumacher, o las adaptaciones de las novelas de Dan Brown. Es decir, la élite de Hollywood. Pero no cortos con eso, Goldsman no sólo se iba a encargar de adaptar esta novela, sino que también, con ella, dirigiría su primera película. Bueno, no vamos a criticar tampoco esta nueva faceta de Goldsman, pues se limita a poco más que dejar el piloto automático puesto, con una puesta en escena típica e insulsa. Los problemas de Cuento de invierno, nacen de una forma mucho más intrínseca, y viendo el resultado final… ¿nadie se dio cuenta de la esperpéntica película de 75 millones de dólares que estaban filmando?. Viendo que lo primero que aparece al comenzar los créditos es un enorme «DIRIGIDA, ESCRITA Y PRODUCIDA POR: AKIVA GOLDSMAN», parece ser que no, nada mejor que este gigantesco ataque de ego para dejarse en evidencia a sí mismo. ¿O quizá Akiva Goldsman es el nuevo Alan Smithee?

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La historia de Cuento de invierno, es compleja, y bastante original, posiblemente de su complejidad nace la idea de Martin Scorsese de considerarla inadaptable, y también la incomprensible cantidad de agujeros que presenta el guión de Goldsman. Peter Lake es un tipo que nació huérfano, a sus padres les imposibilitaron la entrada a Estados Unidos desde Rusia y decidieron mandarle en un pequeño barco de juguete. Veinte años después de eso, Peter se ha criado en la calle y es un ladrón profesional. Un día entrando en la casa de un rico adinerado se encontrará con una joven mujer que está enferma de tifus. Ahora para Lake su mayor objetivo será permanecer a su lado y soñar con que se cure, pero un peligroso mafioso para el que trabajaba ha puesto dinero a su cabeza y no parará hasta encontrarle, en una trama, de tonos fantásticos y en los que se mezclan también ángeles, demonios, milagros y viajes en el tiempo. Y no podemos negar también que toda esta historia, pese a ser de sobra conocida, deja pequeño destellos de ser una historia (o un cuento, como reza su título) realmente entrañable, pero el problema es que esa sensación se disipa tan rápido como lo que tarda cualquier personaje en abrir la boca.

La primera pregunta que uno se hace nada más empezar la película es por qué Colin Farrell es el protagonista, no ponemos en duda su talento (ya sabemos que anda bastante justo), pero a sabiendas de que el protagonista tiene apenas unos 20 años, ¿es Farrell, un actor cercano a los cuarenta años, lo más sensato para interpretar a este personaje? Obviamente resulta un desbarajuste desde el principio, que descoloca por completo y te invita a no saber muy bien que pensar sobre ello. Quizá sea a esto que conteste el curioso peinado que lleva el propio Farrell, un look tan horrible que seguro que ni Cristiano Ronaldo se atrevería a lucir. Pero no es Farrell lo único que chirría en ese reparto repleto de estrellas (no confundamos estrellato con calidad, porque una vez más, tampoco es que ninguno de ellos, salvo alguna honrosa excepción con William Hurt, sean grandes intérpretes). Llama especialmente la atención la exagerada, estereotipada y bochornosa interpretación de Russell Crowe, encorvado de manera extraña, apoyándose en una voz grave, y con un gesto omnipresente que recuerda demasiado al Pingüino que interpretó Danny De Vito en Batman Returns, ¿sería que Goldsman se quedó con ganas de usar a este personaje en sus excelsas visiones del superhéroe?. Pero no es el único, la breve aparición de Will Smith resulta igual de lamentable, y la primera escena de Eva Marie Saint hace temer porque le esté dando un infarto… Sí, muchas estrellas, que lo único que prueban es que Goldsman, pese a ser un negado en lo suyo debe ser una persona muy grata para tener tantos amigos que le deban favores.

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Pero si hay algo que redondea y completa el absoluto desastre que es Cuento de invierno es su guión, y una vez más nos preguntamos, ¿no se pararon a escuchar lo que estaban diciendo? ¿no leyeron lo que estaban escribiendo? ¿no observaron cómo era esa escena en la que Colin Farrell habla con William Hurt? ¿no vieron lo fatalmente construidos que estaban personajes supuestamente importantes como el de ese caballo blanco? ¿no vieron que toda la parte ambientada en el presente carece de cualquier sentido porque está terriblemente explicada? ¿no hubo nadie que viese que todo lo que hacían no tenía ni pies, ni cabeza? Parece ser que no, que eso mismo que vio Martin Scorsese, cuando después de de años trabajando en ella se dio cuenta de que no podía adaptarla, nadie más lo vio. Y no dudo que el material de la novela de Mark Helprin, pueda ser muy bueno, su historia de amor, tan en la línea de Love Story, no resulta nuevo, pero a buen seguro que tiene ese mismo encanto que en ocasiones aparece por la película está presente en el libro, pero aquí son salpicaduras tan esporádicas y diminutas que no tienen ninguna posibilidad de destacar ante la completa calamidad que se ha realizado.

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Ficha técnica:

Título original: Winter’s Tale Director: Akiva Goldsman Guión: Akiva Goldsman Música: Hans Zimmer Fotografía: Caleb Deschanel Reparto: Colin Farrell, Jessica Brown Findlay, Russell Crowe, Jennifer Connelly, William Hurt, Eva Marie Saint, Matt Bomer, Kevin Durand, Lucy Griffiths, Kevin Corrigan, Will Smith Distribuidora: Warner Fecha de estreno: 14/02/2014