Crónica del Americana Film Fest | La Cabecita

Americana

Tenemos nuevo festival en Barcelona y ha llegado para quedarse. La primera edición del festival Americana Film Fest, celebrada entre el 13 y el 16 de febrero, se ha convertido en un éxito instantáneo. 12 sesiones en las que hasta 8 veces colgaron el cartel de entradas agotadas. Esto se traduce en más de 2.400 espectadores, lo que supone un 82% de la ocupación. Unos números fantásticos si tenemos en cuenta que películas como In a world, Short term 12 o Upstream color llevan meses circulando libremente por Internet. Los chicos de Americana han sabido convertir este festival en un evento especial. Aquí radica el éxito que empequeñeció el hall de los Cinemes Girona, abarrotado de gente permanentemente. Esta gran aceptación del público ha motivado que tengamos próximamente una segunda edición del festival, una excelente noticia para el panorama cinematográfico de la ciudad. 

En esta primera edición, ha resultado ganadora con el premio del público para Short term 12, muy cerca de The kings of summer. Otro de los detalles importantes es que el público no ha suspendido ninguna de las 10 películas proyectadas. A continuación, las puntuaciones:

Short term 12  (4,31)
The kings of summer (4,16)
In a world(4,08)
American Promise (4,07)
Drinking buddies (4,01)
The retrieval (3,73)
Ain’t them bodies saints (3,69)
The motel life (3,58)
Upstream color (3,18)
Audrey the train wreck (2,56)

Crónica del nacimiento de un éxito:

SÁBADO

Jack goes boating, Philip Seymour Hoffman

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Empezamos el festival el sábado con la única película que dirigió Philip Seymour Hoffman, Jack goes boating, la historia de un perdedor muy tímido, conductor de limusina, que para conquistar a una mujer tomará lecciones de cocina y natación para cumplir así las promesas que le ha hecho de cocinar para ella e ir a navegar un día. La sala 1 de los cines Girona estaba lista para esta sesión homenaje que además presentó Marta Forns, miembro del equipo del festival y que había trabajado con el equipo de la película.

Jack goes boating es una película sencilla, una adaptación de la obra de teatro de Bob Glaudini que el propio Hoffman había interpretado en el Off-Broadway, junto a John Ortiz, también presente en la película. Se esperaba un poco más de la película, probablemente la figura de Hoffman, que por otro lado está impecable, y su reciente muerte jugaron en contra de la cinta en lo que a expectativas se refiere. No deja de ser una película convencional, fría y calculada. Para su debut, Hoffman opta por no tomar riesgos y nos deja esta comedia agridulce prefabricada, correcta en aspectos interpretativos y narrativos, pero incompleta.

American Promise, Joe Brewster y Michèle Stephenson

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Llegó el turno para el único documental del festival, que contó con una sala medio llena para embarcarse en el seguimiento durante 14 años que Joe Brewster y Michèle Stephenson hicieron de su hijo Idris y su mejor amigo Seun cuando iban a empezar sus estudios en la prestigiosa escuela privada Dalton School. American Promise es un documental intimista que sigue la evolución de estos dos estudiantes y los problemas que deben afrontar durante su aprendizaje. Fracaso escolar, racismo, problemas médicos, falta de interés, malas influencias… Todos estos ingredientes se dan en las vidas de los dos alumnos y se muestra como salen de ello con la ayuda de sus padres, convencidos de dar la mejor educación posible a sus hijos.

American Promise es más que un documental, es un acompañamiento vital en la formación de dos alumnos de raza negra y todos los contratiempos que van encontrando. A medida que va pasando el documental, ambos se van distanciando y vemos como uno sigue en la misma escuela privada mientras que el otro tiene que inserirse en el sistema público. Una de las tesis que pretende demostrar el documental y que le da el título es la farsa del sueño americano. En varios momentos se puede ver como la igualdad de oportunidades para todos no es cierta cuando se refiere a estos dos niños de raza negra, discriminados por la escuela y su entorno de niños blancos pijos.

Es una pieza necesaria, un documento impactante, pero a la vez un poco tedioso. Sus 142 minutos lo hacen excesivamente largo y por momentos se vuelve monótono. Se entiende que resumir 14 años de rodaje es complicado, pero se muestran cosas que se podrían haber obviado en favor del interés general de la película. Sin embargo, tiene momentos realmente divertidos que rebajan la tensión de lo que se está viendo y el espectador recibe el mensaje que el esfuerzo a veces obtiene su recompensa y que con trabajo uno puede sobreponerse a las injusticias y complicaciones que se le presenten.

In a world, Lake Bell

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El primer sold out del día llegó de la mano de esta comedia escrita, dirigida y protagonizada por Lake Bell sobre el mundo del doblaje de tráilers en Estados Unidos. Doblaje de anuncios, concretamente. Como tantos otros, un mundillo lleno de egos y dominado por hombres que se ven amenazados cuando Carol (Lake Bell), una entrenadora vocal a la sombra de su padre Sam (Fred Melamed), todo un referente en la industria, se posiciona como un serio rival a la hora de conseguir los mejores trabajos.

Lake Bell ha elaborado una comedia sutil y elegante sobre el mundo del doblaje y todo lo que le afecta. Con personajes secundarios de lujo, consigue una pieza sólida e irónica sobre las luchas de egos y como a veces es necesario romper los cánones preestablecidos para dar cabida a nuevas voces, nunca mejor dicho, que enriquezcan un sector. In a world es una comedia sencilla, con guión equilibrado y personal sin demasiadas pretensiones que satisface desde el primer minuto. 

Short term 12, Destin Cretton

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Para cerrar el día, terminamos con otro sold out con la historia de Grace (Brie Larson), una joven veinteañera que trabaja de supervisora en un centro de acogida para menores vulnerables, aunque ella también arrastra un importante background personal que la lleva a identificarse con estos menores. La llegada de Jayden, una chica callada y muy introvertida, la hará reflexionar y ver que tiene cosas por solucionar y enfrentarse a ellas.

Short term 12 es una pequeña joya del cine indie, denuncia social sin propaganda (salvo algún momento patriótico), tierna y próxima. Impactante el momento en que Jayden le cuenta a Grace el cuento del tiburón, uno de los momentos más íntimos y deslumbrantes de la película. Destin Cretton basa todos sus efectivos en una narración sin artificios que funciona a la perfección sin caer en el tópico fácil. Se agradece que base parte de su relato a metáforas y elipsis verbales para que el espectador pueda extraer sus propias conclusiones.

DOMINGO

The kings of summer, Jordan Vogt-Roberts

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“Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía 12 años. Con esta frase termina una de las películas de camaradería juvenil por excelencia de los ochenta, Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986). Una oda a la amistad que ha perdurado en la memoria de más de uno y que parece tomar el relevo en The kings of summer con personajes adolescentes que deben enfrentarse a la madurez de la edad adulta. El mensaje es el mismo, un amigo es un amigo pase lo que pase, aunque a veces encontramos dificultades en el camino. Por un amigo vale la pena ir al infierno, buscar un cadáver o fugarse de casa y construir un hogar escondido en el bosque.

The kings of summer se convirtió en el primero de los tres sold out del domingo por méritos propios. Narra cómo Joe, Patrick y Biaggio se fugan de casa en busca de libertad y construyen una casa en medio del bosque. Una comedia entrañable con grandes momentos, la mayoría protagonizados por Moises Arias (Biaggio), conocido también por su papel de Bonzo Madrid en El juego de Ender. De la mano de Biaggio se dan la mayoría de momentos surrealistas, ayudado también por Nick Offerman, secundario de lujo para una película que no deja de ser un conjunto de sketchs conectados por el hilo argumental de la trama principal. Un conjunto de sketchs que resultan en una película entrañable y que sin duda es la digna heredera de Cuenta conmigo hasta que aparezca una nueva buddy movie del estilo.

Ain’t them bodies saints, David Lowery

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Tercer y último sold out del día y octavo del festival. El segundo había sido Upstream color. Para la clausura se reservaron esta cinta de David Lowery sobre un fugitivo de la prisión que va al encuentro de su novia y su hija a la que no ha visto nacer. Como en la tragedia clásica, el personaje de Rooney Mara espera, cuál Penélope, que su amado Ulises (Casey Affleck) llegue a casa tras años fuera. Desde el primer minuto, la película se fractura en dos lineas narrativas: el día a día de Ruth Guthrie (Rooney Mara) y la huída de Bob Muldoon (Casey Affleck) de la prisión.

David Lowery ha construido una película oscura en la que sus personajes se encuentran perdidos, deambulan por el mundo sin saber cuál es su lugar. No es casual que la fotografía tenga un toque mortecino, casi neblinoso, a lo largo de toda la película. Ambos protagonistas son perdedores buscando su lugar en el mundo en este western crepuscular con aires del Terrence Malick de Malas Tierras (1973). Los campos de Texas son el marco ideal para esta película de pequeños detalles en que Rooney Mara domina de principio a fin la narración. Ain’t them bodies saints se fundamenta en estos pequeños detalles para crear una película sólida, equilibrada, que una vez terminada va creciendo en la mente del espectador mientras reflexiona sobre lo que ha visto. Un broche de oro para la clausura de Americana.