Festival de San Sebastián. Tercer día | La Cabecita

Ha llegado el calor a Donosti, pero a pesar del día de playa que se presenta, en el Festival no hay descanso, las películas siguen y nosotros continuamos con nuestras labores. Una jornada que se intuía menos prometedora o más bien se afrontaba con menos ganas que la de los anteriores días, y que sin embargo ha dado pie al debate y a las sorpresas de todo tipo; un día de contrastes, tanto para bien como para mal.

MON ÂME PAR TOI GUERIE François Dupeyron (Francia) SECCIÓN OFICIAL

Cómo le gusta al Zinemaldi meternos estas francesadas, he pensado. De todos modos, esta película tiene su buenos momentos, pero su primera hora prometía más de lo que nos acaba dando. Un hombre de mediana edad hereda el poder de curación con sus manos que caracterizaba a su madre recién fallecida. Un don que le cuesta asimilar aunque termina aceptando para satisfacer las demandas del vecindario. Así, el argumento en su inicio presenta de forma interesante a diversos personajes involucrados en la vida de su protagonista: amigos, familiares, conocidos, romances… para una vez avanzada la trama dejar a algunos de lado sin razón aparente e introducirnos otros nuevos que no terminan de cuajar en el entramado previo. Como decía, el film tiene sus puntos de lucimiento, pero insuficientes al mostrarse demasiado irregular y con problemas de enfoque de objetivos. No sabe lo que quiere. Las interpretaciones bien, sobre todo el protagonista, resultan creíbles y naturales, el cacao que llevan detrás es lo que lastra el resultado. Y aunque no sea definitorio, hay que señalar su pésima selección de temas musicales -no pegan nada con el enfoque de la película-, y sobre todo, su chapucera inclusión. Terminó haciéndose pesada señor Dupeyron, tendrá que ir a una siguiente convocatoria.

GLORIA Sebastián Lelio (Chile-España) PERLAS

El fenómeno Gloria. Probablemente el título que ha sido mejor recibido de lo que llevamos de Festival, por lo menos dentro de los pases a los que he asistido. Y es que Paulina García está soberbia, con un trabajo lleno de matices que deja rendidos a sus pies a los espectadores. Ella es la película, que por cierto ya debo confesar que en lo que a mí respecta no ha conseguido captar demasiado mi interés. No nos confundamos, es una buena película; sin embargo, también es un ejercicio introspectivo de la vida de una mujer madura que no aporta nada más que la exposición de sus devenires diarios. Trabaja, baila, se enamora… y servidor se ha visto tentado a escapar por patas puesto que tampoco se habría perdido nada excesivamente relevante. Tiene sus instantes de lucimiento, alguna escenita sí que me ha llegado, pero en general no me he sentido implicado. Bueno, miento, el tema de Umberto Tozzi que cierra sí me ha puesto a tono. Gloria.

FRUITVALE STATION Ryan Coogler (Estados Unidos) PERLAS

Harvey Weinstein encontró oro en las montañas de Sundance. A ver, no es que Fruitvale Station sea gran cine; de hecho, no sólo se le ven las costuras, también está muy sobada, la hemos visto mil veces, pero qué quereis que os diga, funciona. 85 minutos de metraje, y durante los primeros 60 uno es plenamente consciente que te están preparando el terreno para que luego sientas pena por el funesto destino de este chaval negro golpeado por las dificultades de tener que sustentar a una hija con el trabajo inestable que justo acaba de perder. Celebración del Año Nuevo de 2009, Oscar Grant planea la celebración de una fiesta de cumpleaños a su amada madre, luego afrontará los primeros minutos del cambio de calendario en compañía de su novia y sus colegas en el tren en dirección a una zona festiva. Una pelea obliga a detenerlos en Fruitvale Station, interrupción que ya sabemos qué consecuencias tendrá. Por mi parte, siempre me ha irritado que me manipulen tan facilonamente para que luego se me caiga la lágrima, eso es lo que busca durante una primera hora que es cierto que es difícil de afrontar, puesto que la chicha es el instante concreto del tiroteo, pero que abusa con el azúcar y el endiosamiento a un ciudadano más de Nueva York. A mí eso me cabrea, y lo lógico es que no le diera un pase tras esto, pero es subirse al tren y la tensión llega, y no para hasta el último fotograma. Todo lo anterior, que en el fondo es un gran prólogo, casi que me sobra, podría durar una escasa media hora y seguiría causando el mismo efecto, me emocionaría de todos modos puesto que la vida de este hombre apenas me interesa, lo que me afecta es ver a un ciudadano cualquiera afectado por la brutalidad policial y verlo reflejado de ese modo. Como film de denuncia funciona estupendamente y Harvey debería venderla como nadie de cara a la temporada de premios. El fuerte apoyo del público lo tendrá detrás, junto a dos poderosas interpretaciones: madre y protagonista (Octavia Spencer, Michael B. Jordan), sonarán mucho durante los próximos meses.

CANIBAL Manuel Martín Cuenca (España-Rumanía-Rusia-Francia) SECCIÓN OFICIAL

¿La decepción Caníbal? Todos esperábamos lo máximo con la propuesta que había arrasado en Toronto y se vislumbra como la gran esperanza del cine español para este año. Pero lo cierto es que se queda a medio gas. Empieza muy potente, resulta muy inquietante la presencia de este sastre que a los ojos de su comunidad es el modisto más prestigioso de la ciudad de Granada y en las sombras se dedica a comer personas. Hay algo que falla. «¿Novia? Nunca he tenido. He tenido mis cosas, pero lo que se dice novia formal, nunca», es el extracto de uno de sus diálogos que señala la problemática del film. La nueva vecina de Carlos es una bellísima rumana que trabaja como masajista y de la que se siente rápida y visceralmente atraído; ella se le insinúa, él se resiste. Luego desaparece y entra en escena su hermana gemela. No sé si es sólo a mí, pero este cambio de piezas me descoloca bastante. El dilema sigue siendo el mismo, únicamente hemos pasado a una personalidad ligeramente más reservada, pero que también semeja interesada en la figura de este sastre en apariencia impoluto. Antonio de la Torre lo borda, pero él no es suficiente para sostener un armazón que durante muchos minutos no sabe por dónde tirar. Le sobra metraje, y quizá una de las hermanas. No lo sé. Me ha dejado desconcertado. No hay desagrado, pero tampoco entusiasmo. Podría haber sido una gran película.

Y esto no ha dado para más, espero estar más inspirado en crónicas posteriores, ya con el sueño repuesto. Mañana es el Gravity Day, pero sobre todo espero encontrarme con una invitación para la zona VIP del Keler cuando abra la taquilla. A ver si hay suerte.