Tú y yo – Dramatismo exagerado | La Cabecita

Es bastante frecuente pensar que una familia, unos padres, quieren que su hijo sea un modelo de conducta impoluto. Más si cabe de una familia adinerada y acomodada. Es normal, lógico y de recibo que estos padres quieran que su hijo sea un lince en todo lo que haga, que viva la vida tal y como debería desde el principio para que no tenga los problemas que ellos mismos tuvieron de jóvenes. O directamente los padres no tuvieron problemas, adoptaron la actitud que su padres seguramente le exigían y no tuvieron problemas en la vida suficientes como para plantearse otro modo de vida. Los padres del protagonista ,un joven de cara magullada por los granos y de unos preciosos ojos azules, no tienen la necesidad que si tiene su hijo de no ser como todos los demás, no quiere el contacto, su naturaleza es la soledad, se encuentra a gusto en ella y no desea nada más que llegar de la escuela, donde obviamente las cosas le van mal, para encerrarse en sus cascos escuchando un poco de The Cure y una cuantas novelas de Anne Rice. Ante esta situación él intentara siempre escabullirse, buscar cualquier escusa para quedarse en su mundo y que ni sus profesores ni sus padres ni nadie le moleste, quiere intimidad, suspira cada día por tener una vida tranquila que no le joda nadie; él es carne de psiquiátrico, lo sabe y se burla de ello, de la preocupación de su madre sobre el y la engaña sin piedad, pero no lo hace por joder si no porque realmente no se siente cómodo en la sociedad que tiene alrededor.

Así, Lorenzo, aprovecha una excursión a la nieve con el colegio para ocultarse en el sótano del edificio donde reside. No lo hace a la ligera, lo premedita, coge el dinero que su madre le ha dado para la excursión y la utiliza para comprar comida basura y bajarla al sótano para así poder subsistir una semana allí encerrado, sin problemas, sin nadie que le diga que hacer, que leer, que comer y con quien compartirlo. Con dificultades nuestro protagonista Lorenzo se escabulle de su madre que quería acompañarle hasta la misma puerta del autobús del viaje a la nieve en instalarse en su querida y soñada guarida durante unos largos y placenteros siete días.

Cuando por fin se acomoda y ve su vida allí como quien está en el mejor paraíso jamás soñado, las cosas se tuercen para el, se tuercen porque se le incorpora otra persona, su soledad se ve interrumpida, todo aquello por lo que había mentido y luchado durante los últimos meses se difumina por la llegada de su hermanastra. Esta busca comida, dinero y cualquier cosa en casa de su madrastra, Lorenzo la pilla, y la baja al sótano para que no arme mucho escándalo. Una vez allí, ella necesita un sitio donde quedarse y chantajea a Lorenzo con que si no la deja quedarse se chivara de sus pellas. Se crea raudo una enemistad por parte de él hacia ella. Esta es una mujer joven que se dedica principalmente a vivir la vida, casi siempre a costa de acostarse con diferentes hombres que le dan lo suficiente como para costearse su lujosa adicción a las drogas. Aquí y junto con su enfadado hermanastro pasa unos días entre pastillas y sudores que le producen el mono, lo pasa mal, es una transición difícil y Lorenzo no mejora, ni quiere mejorar las cosas. Al final como toda bonita historia ellos se reconcilian y ella se va aparentemente recuperada de sus dolencias y adicciones, para mi ella no quiere mejorar le gusta esa vida y si pasa esos días en ese sótano es porque no tiene otro sitio donde ir. Ella le tiene aprecio a él y sabe que más que ella, ya está perdida, quien necesita abrir los ojos debe ser Lorenzo, y seguramente que el vea lo mal que se pasa con la drogas en primera persona le ayude más que decirlo o contarlo.

Puede parecer que estoy solo alabando a la película pero nada más lejos de la realidad, es un film solvente, claro. No olvidemos que quien está a los mandos de todo esto es Bertolucci uno de los más grandes, que ha sabido siempre dejar huella y destacar por encima de los de su generación y estilo. Realiza una dirección correcta en esta película, más bien buena, con un par de juegos de cámara de aplauso. Sin embargo no es una dirección, en este caso brillante o más bien linealmente brillante. Para mí el problema no reside tanto en la dirección o la fotografía o cualquier aspecto técnico. Creo, que el problema viene en el guión, puede parecer con lo que he contado anteriormente que es una película desgarradora, que te levanta del sillón, te hace llorar y estremecerte, pero no, eso es solo la premisa. En el fondo la película no es más que un buen drama, que el cine independiente de Estados Unidos, por poner un ejemplo, está harto de hacer y le salen a patadas y muchos de ellos mejores que esta cinta italiana. Los actores están correctos, más él que ella, o al menos a mí me trasmitió mas él, no hace ninguno un papel brillante, tampoco la película da para más. Insisto, no es más que un problema de guión, de falta de fondo y forma de la historia, lo demás es bueno, correcto y en ocasiones bueno. A pesar de ello es una película liviana, llevadera que se deja ver con facilidad y que es totalmente recomendable.

Título Original: Io e te Director: Bernardo Bertolucci Guión: Bernardo Bertolucci, Francesca Marciano, Umberto Contarello (Novela: Niccolò Ammaniti) Fotografía: Fabio Cianchetti Música: Gabriele Conti, Goffredo Gibellini, Marco Streccioni Intérpretes: Tea Falco, Jacopo Olmo Antinori, Sonia Bergamasco, Veronica Lazar, Tommaso Ragno, Pippo Delbono, Francesca De Martini Distribuidora: Betta Pictures Fecha de Estreno: 26/7/2013