Muere Roger Ebert, uno de los críticos más famosos y admirados de la historia (1942-2013) | La Cabecita

“It is with a heavy heart we report that legendary film critic Roger Ebert (ebertchicago) has passed away”, con este tweet el periódico Chicago Sun-Times hacía pública la noticia que nadie quería escuchar: Roger Ebert, quizá no el mejor crítico de cine del mundo pero sí el más famoso y uno de los más queridos de la historia, fallecía a los 70 años en Chicago, la ciudad que le vio superarse y mejorar semana tras semana en sus escritos, tras una larguísima enfermedad.  El diario al que Ebert se había dedicado durante 46 años rindió homenaje al crítico en sus sucesivas publicaciones en Twitter, cambiando incluso su imagen de perfil en dicha red social y poniendo una foto del que definieron como “uno de los mejores críticos que nunca hemos conocido”.

One Pulitzer Prize winner remembers another: @suntimes cartoonist Jack Higgins’ tribute to Roger Ebert. twitter.com/Suntimes/statu…
— Suntimes (@Suntimes) 5 de abril de 2013

Today’s front page tribute to our Roger Ebert. twitter.com/Suntimes/statu…
— Suntimes (@Suntimes) 5 de abril de 2013

Pocos días antes Ebert anunció que el cáncer había vuelto a hacer acto de presencia en su cuerpo y que se retiraba de forma momentánea de la ajetreada vida de crítico de cine profesional, a partir de ahora “voy a hacer lo que siempre he fantaseado con hacer: reseñar únicamente las películas que quiero reseñar” decía el maestro. Pero el destino no le dejó descansar mucho más… La pluma (crítica) del cine, el mayor talento del análisis cinematográfico se apagó el pasado 4 de abril, un profesional al que admiraba y respetaba profundamente desde hacía varios años, y del que sé que seguiré aprendiendo durante el resto de mi vida.

No puedo seguir hablándoos de Roger Ebert sin explicaros el por qué de esta entrada, sin contaros por qué llegó a ser una persona tan importante en mi corta vida. Muchos pensaréis que era simplemente un crítico, que tampoco era para tanto. Quizá tengáis razón. Pero Ebert fue el primero que me enseñó a través de sus escritos que para hablar de algo es necesario amarlo, que el cine no sólo es un medio de entretenimiento sino un arte que es muy fácil amar pero también odiar, y que “las películas no tratan sólo de emociones, sino de cómo llegamos a ellas”.  No puedo decir que siguiera sus publicaciones desde que entró a trabajar en el Chicago Sun-Times, pero cualquier español que se considere un curioso amante del cine ha oído hablar de él, de su Two thumbs up!, de su buen rollismo, de su compañerismo, de su humor y su buen hacer… Era un grande, un ejemplo de superación, un vicioso y apasionado del séptimo arte. Llegué a Roger Ebert como muchos otros, a través de FilmAffinity, y desde entonces sus pequeños comentarios me acompañaron en cualquier visionado que decidiera emprender. No era su mayor fan, y me da pena de que haya sido ahora que ha fallecido, cuando me haya enterado de que hay libros suyos editados en español, pero con sus palabras conseguía crear un vínculo con la persona que le leía que pocas veces he sentido, y el cariño que le profesaba era inmenso.

El 2 de abril, en su última entrada en rogerebert.com el crítico daba las gracias a todos aquellos que de una forma u otra habían llegado a su trabajo y lo habían valorado: “However you came to know me, I’m glad you did and thank you for being the best readers any film critic could ask for”. En ese mismo artículo Ebert afirmaba que sólo se daría un descanso, y afirmó que el EbertFest, su festival de cine anual, que ya va por la edición número 15, seguiría celebrándose en la Universidad de Ilinois, esa en la que estudió y trabajó tantos años como profesor de cine adjunto, y que, además, seguiría trabajando en el proyecto que Steve James y Martin Scorsese estaban preparando sobre su vida: “I am humbled that anyone would even think to do it, but I am also grateful”. Han sido años de puro amor por el cine, y Ebert lo ha demostrado escribiendo pero también en la televisión, con el programa que compartía junto a su compañero Gene Siskel y con el que ha protagonizado tantos piques legendarios en Siskel & Ebert (1976-1999). El cáncer se llevó a Siskel en 1999, y catorce años más tarde Ebert se ha reunido, por culpa de la misma enfermedad, con su querido (y odiado a veces) amigo. En 2011 Ebert dijo que no tenía miedo a morir, y por su carta de “despedida” todo hace pensar que así era. Todo terminó con un “On this day of reflection I say again, thank you for going on this journey with me. I’ll se you at the movies”. Allí nos veremos Roger, no lo dudes.

Ebert es el crítico más humano al que he leído nunca, de esos que por España casi no quedan, un hombre que se implicaba en cada artículo que escribía, que sabía cómo conectar con el lector y que no se limitaba a contar de qué iba una película, Ebert era el (a)típico crítico que disfrutaba haciendo lo que hacía. Roger hizo que la crítica online cobrase mayor prestigio, y seguramente muchos de los que estáis leyendo esto tenéis un Blog, escribís en algún medio o comentáis películas a través de la red con amigos o conocidos, pues sabed que Ebert contribuyó a que todo eso fuera posible. Gracias por hacer todo con tanta pasión, por transmitir tantísimo y por convertir este mundillo de la crítica cinematográfica en algo de lo que no sólo hay que sentirse orgulloso sino también tomarse con humor.

Un hombre con un gusto peculiar que se ganó fama de buenazo, y es que pocas veces valoraba negativamente una película. Alguien que incluye en un Top100 obras maestras consolidadas y reconocidas a nivel mundial como Perdición, El crepúsculo de los dioses o El padrino, y otras muy especiales que seguramente las haya compilado aquí por su significado personal, como pueden ser Pinocho (la de Disney, sí), Qué noche la de aquel día o Gates of Heaven es digno de admiración, porque no entiende el arte como una única historia que ha de ser vista con los mismos ojos por todos, sino como algo que puede hacernos sentir multitudes de cosas. Ebert era un hombre extraordinariamente inteligente, que no escribía por escribir, que sabía contextualizar todas sus críticas y artículos, y su opinión de El ángel exterminador lo demuestra: “Desde mi punto de vista, los invitados representan a la clase dirigente de la España de Franco. Habiéndose preparado un banquete para sí mismos al vencer a la clase trabajadora en la Guerra Civil española, se sientan para celebrarlo, y descubren que nunca termina. Están atrapados en su burgués callejón sin salida, olvidados por el mundo” decía Roger. Una de mis críticas favoritas del maestro (y de todas las he leído nunca) es la que hizo de El apartamento. No os pondré algunas de sus mejores frases porque lo único que haría sería copiar palabra por palabra su escrito. Leer a Ebert es leer a alguien que sentía una pasión y un amor por el cine que pocas veces se podrá volver a ver.

En el 75 Ebert fue el primer crítico de cine en recibir un premio Pulitzer, algo que sin duda demostrará a muchos cuán importante era para el público este hombre, y contaba con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Escritor incansable (escribió más de una docena de libros y participó en los guiones de películas como Beyond the Valley of the Dolls) dedicó toda su vida al cine, compartiendo su afición y animando a muchos otros, a lo mejor incluso sin querer, a amarlo también. El mundo del cine se volcó tras su muerte, miles fueron las muestras de cariño que recibió el crítico, algunas por parte de personalidades tan importantes como Barack Obama y otras más discretas pero no menos sentidas de todos aquellos que le considerábamos el mejor en lo que hacía.

I Miss My Dear Friend Roger Ebert.Roger Was One Of The 1st Major Movie Critics To Support My Joints,Especially Malcolm X And DTRT.-R.I.P.
— Spike Lee (@SpikeLee) 4 de abril de 2013

Roger and Gene together again. End of an era.
— Oprah Winfrey (@Oprah) 4 de abril de 2013

«The movies won’t be the same without Roger.» —President Obama
— Barack Obama (@BarackObama) 4 de abril de 2013

 

A nivel personal Ebert siempre me inspiró. Y me anima saber que aún existen críticos tan implicados en su trabajo y tan humildes, que saben cómo tratar no sólo con las películas sino también con sus aficionados. Ha sido y será sin duda una de las personas que más me repercutirá en mi modo de ver y sentir el cine. Y no mentiré, algún día me gustaría llegar a escribir de la manera en que él lo hacía. Doy gracias por haber llegado hasta él, por haber descubierto tanta genialidad plasmada en sus impresiones, por coincidir con él en que para muchos es algo inevitable amar el cine, y por haberle disfrutado durante unos pocos años. Gracias por tu buen gusto Roger, ¡hasta siempre!

Your intellect may be confused, but your emotions will never lie to you – Roger Ebert.