El lado bueno de las cosas – Escrita e interpretada a la perfección. Una de las películas del año | La Cabecita

Gracias a nuestros compañeros de SensaCine (@SensaCineLa Cabecita pudo asistir el pasado 20 de Diciembre al preestreno en Madrid de El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook), una de las películas más esperadas de la temporada y que supone el regreso a la gran pantalla del director David O. Russell tras el éxito de su anterior trabajo, The Fighter.

Existen diversas razones por las cuales es muy probable que la gente acuda el próximo 25 de enero a las salas para disfrutar de El lado bueno de las cosas. Una de ellas, y quizá la de mayor peso, es el sonado éxito que está cosechando la cinta entre distintos sectores de la crítica norteamericana, y que ha tenido su reflejo más inmediato en los 5 premios obtenidos en los Satellite Awards, las 5 nominaciones en los Independent Spirit Awards y las 4 nominaciones a los Globos de Oro 2013. Pero ni los galardones ni las candidaturas lo son todo, y la historia da la razón a los cinéfilos que no confían demasiado en las entregas de premios a la hora de valorar una película… Pero afortunadamente Silver Linings Playbook esconde un as bajo la manga. Otra de las razones por las cuales este filme puede convertirse en un fenómeno mediático (a pesar de que pueda considerarse cine independiente) reside en el apartado interpretativo. Tanto Jennifer Lawrence como Bradley Cooper se han convertido en un gran reclamo social gracias a que en los últimos años han sabido conquistar al público y a la crítica con trabajos de (mayor o menor) calidad como Winter’s Bone o Los juegos del hambre la primera, y Resacón en Las Vegas o Sin límites el segundo. Dicho esto, no cabe duda de que hay motivos más que suficientes para deleitarse con el visionado de este largometraje.

La sorpresa llega cuando además descubres que El lado bueno de las cosas supone el regreso del mejor Robert De Niro de los últimos años, y  ello se debe, en gran parte, al espléndido guión firmado por el propio David O. Russell. Y no sólo eso, porque además de contar con un equipo técnico y un elenco extraordinario Silver Linings Playbook logra que la etiqueta de “Comedia romántica” no nos asuste.

David O. Russell ha pasado del drama deportido-familiar marcado por las adiciones a la comedia romántica con tintes dramáticos dominada por las crisis existenciales. Lo que está claro es que, haga lo que haga, el director neoyorkino no renuncia a esa calidad que impregna su estilo y al que ya nos tiene tan (mal) acostumbrados. En El lado bueno de las cosas volvemos a encontrar (como en sus películas anteriores) personajes perdidos en busca de una mano a la que aferrarse, dominados por la obsesión y la desconfianza, pero esta vez O. Russell ofrece una visión más positiva (a muchos les costará olvidar eso de “Excelsior”) y simpática. Silver Linings Playbook es, sin duda, una de las obras más ingeniosas, sinceras y divertidas del año, que logrará entretener y conmover a partes iguales a todo tipo de espectadores, tanto a los confiados como a los escépticos.

El lado bueno de las cosas cuenta cómo tras pasar ocho meses en una institución mental por agredir al amante de su mujer, Pat (Bradley Cooper) vuelve con lo puesto a vivir en casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver). Determinado a tener una actitud positiva y recuperar a su ex-mujer, el mundo de Pat se pone del revés cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con ciertos problemas y no muy buena fama en el barrio. A pesar de su mutua desconfianza inicial, entre ellos pronto se desarrollará un vínculo muy especial que les ayudará a encontrar en sus vidas el lado bueno de las cosas.

Hoy en día lo verdaderamente interesante de una comedia romántica no está en averiguar quién acaba con quién, sino en cómo se llega a esa situación. La conclusión ha perdido interés en favor del desarrollo debido a la gran cantidad de tópicos asociados a este (sub)género que hemos ido acumulando con el paso de los años. Por eso lo peor (aunque no lo más destacable) de Silver Linings Playbook es su final, previsible y simple pero también acertado (¿acaso alguien quería que sucediera algo diferente?). Pero al resto de la película poco se le puede reprochar, ya que está repleta de momentos originales y mágicos que juegan con los sentimientos del espectador con una naturalidad pasmosa. Desde un primer momento Pat, el personaje interpretado por Bradley Cooper, se presenta como alguien desequilibrado, delicado, marcado por un acontecimiento turbador que saca lo peor de sí mismo… Y es así como Cooper consigue ganarse el favor del público, sorprendiendo al dotar a su personaje de una sensibilidad sobrenatural que estalla con magníficas escenas, como en la que despierta a sus padres ante la incomprensión de una obra de Hemingway, o la pelea nocturna con los mismos como consecuencia de la búsqueda frustrada del vídeo de su boda.

Sin embargo, lo mejor de Silver Linings Playbook llega cuando Jennifer Lawrence hace acto de presencia, es entonces cuando el Bradley Cooper más inspirado aparece, proporcionando a su personaje una inocencia y vulnerabilidad que es capaz de traspasar la pantalla (el momento en el restaurante es épico), pero también cuando permanece más en la sombra, eclipsado en gran parte por Lawrence. La química entre ambos es evidente pero desde el primer momento en el que vemos a Lawrence todos los demás intérpretes empequeñecen, porque la joven actriz se hace dueña de cada minuto del metraje con una soltura insólita. Tanto los Eagles como el baile (ojo a los instantes finales) son utilizados en El lado bueno de las cosas para contar algo mucho más profundo, una historia de necesidad y amor que no dejará indiferente a nadie.

La banda sonora y la música del largometraje merecen ser consideradas a parte, ya que no sólo el Mi cherie amour que da tantos quebraderos de cabeza a Pat (y al público) logra sacar una sonrisa al espectador, sino también las pequeñas alusiones que llueven constantemente sobre otros grupos como Metálica. Un acierto más al que se suma la presencia del maestro Danny Elfman, que se muestra aquí tan estupendo como siempre.   
 
El lado bueno de las cosas es una película escrita con gran habilidad, que se centra en contar una historia de soledad e incomprensión tan sincera como necesaria, porque, al fin y al cabo, lo nuevo de David O. Russell sólo quiere demostrar que tener a alguien a nuestro lado es algo esencial en la vida. Estamos sin duda ante una de las películas del año, una comedia romántica alegre y conmovedora que no debe pasar por alto.