El Alucinante mundo de Norman – Así soy yo | La Cabecita

La historia de El Alucinante mundo de Norman, bien podría formar parte de una película de terror adulta. Hace trescientos años, en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra quemaron a una bruja, ahora ella ha vuelto para buscar venganza, y no será la única, también los hombres que la llevaron a la muerte volverán en forma de zombis. Y el que se deberá encargar de resolver este entuerto es un pequeño chaval con una cualidad especial, ve a los muertos, una aventura para la que le acompañaran una pequeña tropa de idiotas incapaz de comprender a Norman.

Porque Norman es un chaval especial, se siente solo, incomprendido, en el (fabuloso) arranque de la película vemos a Norman charlar con su abuela en el salón, quizá es ella la única que logra entenderle. El problema es que su abuela está muerta, y ni sus padres son capaces de comprenderle. Sí, es cierto que la habilidad de Norman le supone un problema a la hora de afrontar las pérdidas, no es algo fácil para ningún chaval de su edad, pero menos aún cuando estos, no sólo siguen presentes, si no que se convierten en su única compañía. Así el viaje de Norman a la escuela es un momento grato, parándose a saludar a todos los fantasmas que le hablan con agrado y le tratan como a uno más ante el estupor de sus vecinos. Pero al llegar a la escuela todo esto cambia radicalmente, Norman tiene que soportar las vejaciones y las humillaciones a las que le someten sus compañeros. Ser diferente realmente no es una problema para él, es feliz con su condición, e incluso muestra algún pequeño síntoma algo autista, la única compañía de la que necesita son esos fantasmas que son los únicos que parecen entenderle, y hasta la presencia de un compañero de colegio, también inadaptado, se le vuelve una carga tediosa.

Norman, nos puede recordar en muchas ocasiones al último trabajo de Tim Burton. No sólo por el uso de una técnica similar en cintas de terror y su coincidencia temporal. Si no porque ambas se convierten en verdaderos homenajes al clásico del género, aunque dónde Burton se iba hacía los monstruos que hicieron grande a la Universal, la trama de Norman recuerda más a los años 60 y 70, algo que la hace también más disfrutable por el público adulto con guiños que quizá el más pequeño no se percatará, como la formación de ese variopinto grupo de expedición. Pero la obra de Burton, como suele ocurrir en su filmografía, tiraba más por el bizarrismo, Norman es una película increíblemente hermosa, llena de momentos de una fascinante belleza visual, ojito a su acto final y a su encuentro con esa persona que por fin es capaz de comprender a Norman. Pero además cuenta con un sentido del humor hilarante, nacido desde la humanidad de sus personajes, que pese a su discutible inteligencia, nunca son tratados de una manera estúpida.

El alucinante mundo de Norman es mucho más que una simple película de terror infantil, y todo un homenaje al género que hará disfrutar de maneras distintas a distintas generaciones. En ella se encuentra un análisis de la infancia interesante, centrándose en la figura de un chaval totalmente inadaptado, que se escapa de la comprensión, no ya de sus compañeros de colegio, si no también dentro de casa. Y la satisfacción que tiene consigo mismo, al no darle importancia a este hecho, sentirse realizado con su propia persona sin necesidad de cambiarse a sí mismo para integrarse en la sociedad. No estamos solamente ante una propuesta altamente divertida y disfrutable, si no ante una hermosa historia rodada en un stop-motion que alcanza cuotas encantadoras.

Título Original: ParaNorman Director: Chris Butler Guión: Chris Butler, Sam Fell Música: Jon Brion Distribuidora: Universal Fecha de Estreno: 21/12/2012