Jack y su Gemela – Dios los cría… y encima ellos se juntan. | La Cabecita

 Nombre: Adam Sandler
Antecedentes: Sígueme el rollo. Niños Grandes. Zohan: Licencia para peinar. Click. 50 Primeras citas y prácticamente toda su filmografía.
Motivos para exonerarle: Punch-Drunk Love, pero ya han pasado nueve años de aquello.
Cargos que se le imputan: Tortura al espectador, algo de lo que es reincidente. Además en esta ocasión comete el delito por duplicado, no, si una vez no hace gracia, verle doble tampoco la hace.
Condena: Muerte por quiqui, pero censurada, que tiene que poderla ver toda la familia.

Nombre: Santiago Segura
Antecedentes: Un buen puñado de tristes cameos. Isi/Disi 1 y 2.  Aparecer hasta en la sopa. Ser como el típico tío que todos tenemos que se cree gracioso (y no lo es). Torrente 1, 2, 3, 4, y 33 y 1/3
Motivos para exonerarle: Debuto en el cine siendo satánico y de Carabanchel en El Día de la Bestia, pero mucho ha llovido desde entonces.
Cargos que se le imputan: No le vale con atormentar a toda España con su Torrente, ahora decide cruzar el charco para seguir haciendo de Torrente allí.
Condena: Ver la saga de Torrente en un bucle continuo hasta que la locura se apodere de él.

Nombre: Dennis Dugan
Antecedentes: Compañero habitual de Adam Sandler con el que ha cometido los peores delitos, desde Un papá genial hasta Jack y su Gemela, pasando por Los Calientabanquillos, Zohan o Sígueme el Rollo, entre otras muchas.
Motivos para exonerarle: Inexistentes
Cargos que se le imputan: Creer que hacer películas es suficiente como para acreditarse como director. Hacer una película al año como si fuera el mismísimo Woody Allen y lo que es peor de todo, que ninguna hace ni pizca de gracia.
Condena: A partir de ahora se dedicará únicamente a grabar videos de gatitos para Youtube, no harán gracia, pero lo que hace ahora tampoco la hace.

Nombre: Al Pacino
Antecedentes: Aún no son muchos, pero las malas compañías pueden jugarle una mala pasada.
Motivos para exonerarle: Es el puto Pacino, joder
Cargos que se le imputan: Síndrome De Niro, es decir, una vejez en la que se chochea tanto como para acabar haciendo películas como ésta.
Condena: Llevémosle a un asilo y quedémonos con el recuerdo de sus grandes años.

Todos ellos son declarados culpables, no, nadie se libra, todos son participes de este crimen contra la humanidad que es Jack y su Gemela, unos son culpables por hacerlo, otros simplemente por prestar sus servicios a ellos, en serio, Pacino, ¿no tenías nada mejor que hacer? Hacer el ridículo de esta forma es algo que llega a resultar desagradable para todos aquellos que aún te respetamos por toda tu grandeza. Pero creo que más allá de lo tortuoso que resulta el hecho de visionar una película como Jack y su gemela, del hecho de ver a Pacino haciendo el ridículo de la manera más infame, más lejos de todo eso hay algo en ella que me produce un terrible pavor, un miedo espantoso, sudores fríos y una completa imposibilidad de conciliar bien el sueño. ¿A qué es debido este terror? Tanto Sandler como Segura son gente a la que les gusta trabajar con amiguetes, y ahora se han conocido, y quién sabe si en el rodaje ha florecido una eterna amistad, una amistad que lleve a Adam Sandler a salir en próximos Torrentes y no nos sea suficiente con la omnipresencia de Santiago Segura en cualquier medio de comunicación, si no que Adam Sandler en su afán por ser un tipo gracioso y divertido decida unirse a él y tengamos no solo la presencia de Segura, sino también la del pesado de Sandler hasta en la sopa, eso me pone muy, muy nervioso, me da mucho miedo, tanto que creo que estoy empezando a hiperventilar, intento calmarme, quizá todo esto puede tener algo bueno, quizá quien sabe, lo mismo el señor Sandler es el que decide llevarse a Segura a los Estados Unidos y nos podemos librar de él y de su archiexplotado Torrente durante mucho, mucho tiempo, quizá Jack y su Gemela si haya servido para algo.

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Es difícil intentar esperar algo positivo de una película como ésta, y si de verdad lo esperabas, o tienes 3 años o creo que no habrá problema para que te insulte en esta crítica por que dudo que sepas leer, pero pocas veces podemos ser testigos de un espectáculo tan bochornoso y ridículo como el que aquí se produce. El problema no es que estemos ante una comedia sin gracia, una comedia en la que los chistes que se sueltan sean los mismos que conocemos de todas y cada una de las películas de este séquito de humoristas salido de la que viendo el resultado, posiblemente fuera la peor etapa de la historia del Saturday Night Live (Coincidió con otros grandes cómicos como su amigo del alma Rob Schneider, el insoportable Dana Carvey o Chris Farley), tampoco es problema que los chistes se repitan una y otra vez incesantemente durante todo el interminable metraje, que aún con el previo conocimiento de saber que la duración no es tan excesiva, no puedo evitar pensar que cuando salga de la sala será de noche a pesar de a ver entrado a primera hora de la mañana. No, lo peor de todo es que la película se cree graciosa, y no, no lo es, en cambio resulta muy ridícula, cada vez más y cuando más se esfuerza el resultado es más nefasto. Tan solo un par de sonrisas llegan a dibujarse por culpa de Pacino y una camiseta que viste Johnny Depp en un breve cameo, y me podría apostar el dedo meñique, a buen seguro de que no lo perdería a que esos momentos no salieron de las mentes pensantes de Sandler y Dugan.

No puedo cerrar la crítica sin felicitar a mis compañeros de Sony España, el título original, Jack y Jill era un título que daba lugar a equívocos, existen varias referencias con este título, desde la serie protagonizada por Amanda Peet a la canción infantil… Alguien podía llegar al cine y ver una película que se llame Jack y Jill y sin tener mucha idea meterse a verla, pero aquel que llega al cine y entre todas las películas de la carteleras elige deliberadamente ver Jack y su gemela (poniéndonos siempre en el remoto caso de que el sujeto en cuestión haya aprendido a leer) se merece ver este inmenso bodrio, lo mismo hasta lo disfruta, quien sabe la mierda que pueden tener algunos en el cerebro. Ah, y lo siento si mi jueguecito del principio no resulta gracioso, yo soy un tipo que no tengo gracia, pero lo reconozco y me resigno y casi siempre me procuro controlar, lástima que otros como Adam Sandler no hagan lo mismo. Amigo Adam, ¿no has ganado ya demasiado dinero con esto del cine? Retírate, créeme, nadie te va a echar de menos, y puedes quedar con los amiguetes para tomarte unas cervezas, el simple hecho de ahorrarnos ver tu jeta en las marquesinas es algo que te agradeceremos de corazón.

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