Fargo – Una gélida tragedia con toques de comedia coeniana, inolvidable | La Cabecita

Los hermanos Coen han sabido despistar al público desde sus comienzos en el mundo del cine, películas como Sangre fácil, Arizona Baby o Muerte entre las flores nos hicieron creer que sería imposible superar la calidad de las mismas, pero lo cierto es que los hermanos se pasaron más de una década mejorando. Han convertido en un gran reto ver alguna de sus películas, nunca sabemos con qué nueva historia poco convencional nos sorprenderán, y lo admirable es que casi siempre consiguen cautivar llevando el filme a su terreno, dotando cualquier escena de esa comedia negra que tanto les caracteriza y que han portado a extremos insospechados. Fargo es uno de los mayores éxitos que los hermanos han cosechado en su carrera, fue la película que los impulsó definitiva y merecidamente al estrellato, y desde su estreno no han dejado crecer, explorando nuevos terrenos (con mejores y peores resultados) y curtiéndose como unos los autores más solventes de Hollywood.

Fargo cuenta la historia de un hombre apocado y tímido (William H. Macy), que está casado con la hija de un millonario que le impide disfrutar de su fortuna, por ello decide contratar a dos delincuentes (Steve Buscemi y Peter Stormare) para que secuestren a su mujer con el fin de montar un negocio propio con el dinero del rescate. Pero, por una serie de azarosas circunstancias, al secuestro se suman una serie de brutales asesinatos lo que obliga a la jefa de la policía local Marge (Frances McDormand) ha intervenir a pesar de su avanzado embarazo.

Una de las principales virtudes de los Coen es que saben crear historias originales de la nada, pero a veces también deslumbran en sus adaptaciones, en Fargo Joel e Ethan no se basaron en ninguna novela pero transformaron un hecho real muy serio y trágico en un thriller en el que no faltaron los toques de comedia coeniana. Este gélido largometraje corroboró lo que ya intuimos con El gran salto o Barton Fink, y era el buen ojo de los hermanos a la hora de elegir reparto, algo evidente que ya no pilló por sorpresa a nadie. Si su majestuosa manera de definir personajes quedó clara poco después con El Gran Lebowski, en Fargo empezaron a darse cuenta y acertaron plenamente con sus protagonistas, aprendieron que contar con Steve Buscemi en el reparto era sinónimo de éxito, al igual que con Frances McDormand, que se llevó el Oscar a casa por esta interpretación. Siempre con la fría Norteamérica de fondo esta comedia rural no sólo dejó actuaciones excepcionales, la fotografía de Roger Deakins es exquisita y el inmejorable montaje aumentó la calidad de un filme al que poco le falta, hay escenas desternillantes, casi todas con un Buscemi inédito y charlatán como protagonista, y se consigue mantener una calma hilarante que McDormand personifica a la perfección. Fargo es el resultado de un trabajo admirable, que emana originalidad y comicidad por cada minuto que pasa.

Estamos ante el trabajo insignia de la carrera de los Coen, donde plasmaron toda su personalidad y se la jugaron a todo o nada, lograron dejar a la crítica sin palabras, y eso no lo hace todo el mundo, ni antes ni ahora. Es una película que necesitas ver cada cierto tiempo para saber por qué amas el mundo del cine.