Lazos de guerra – El mejor cine bélico, trágica y emotiva | La Cabecita

En los últimos años el cine oriental ha sabido cómo hacerse un hueco entre los intereses de los cinéfilos más apasionados, de ahí que nombres como Park Chan-wook (Oldboy), Kim Ki Duk (Hierro 3) o Takeshi Kitano (Zatoichi) hayan sobresalido más allá de sus fronteras. Hablar del cine asiático puede llegar a ser una tarea complicada, sobre todo si se escogen las películas idóneas, los filmes que llegan de Corea, Japón o Hong Kong suelen presentar un grado de complejidad argumental del que resulta difícil opinar, no sólo porque el guión puede ser enrevesado sino porque aborda muchos temas delicados, aunque para beneficio del espectador lo hace con una elegancia y una majestuosidad abrumadora.

En 2004 Kang Je-gyu se atrevió a contar de una forma colosal una de las muchas historias que se vivieron durante la Guerra de Corea. Era complicado confiar en un director con apenas experiencias en la gran pantalla, al coreano sólo le respaldaba Shiri (1999) y a pesar de contar con el respetadísimo actor Choi Min-sik (que tiene un pequeño papel en este filme) la película no fue ni por un asomo un éxito comercial ni de crítica. Aunque se toma largos descansos entre sus trabajos, su primera película en el nuevo siglo, Lazos de guerra, le dio la fama que merecía, en este largometraje bélico se volcó desde el punto de vista técnico, ofreciendo una película emotiva y con grandes escenas de acción que le catapultarían (a su ritmo) al estrellato en su país, por ello su próximo proyecto My Way (D-Day) también se ambientará en el campo de batalla, concretamente en la Segunda Guerra Mundial. Merecerá la pena seguir sus pasos.

Lazos de guerra cuenta la historia de Jin-tae (Dong-Kun Jang), un zapatero que lleva años trabajando sin descanso para que su hermano menor, Jin-seok (Bin Won), pueda ir a la universidad. Pero todos sus sueños y esperanzas se desvanecen cuando los dos son obligados a incorporarse al ejército en contra de su voluntad. Separado de su casa y de su familia, Jin-tae promete proteger a Jin-sok. Pero la guerra pondrá a prueba sus lazos de fe, amor y confianza.

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No exagero al considerarla la versión oriental de Salvar al soldado Ryan, su impecable despliegue visual cautiva hasta el punto de que el espectador no puede apartar la mirada de la pantalla y su espectacularidad se hace notar muy pronto. Lazos de guerra se encarga de contar una historia fraternal llena de superación y garra desmereciendo la contienda, que siempre se sitúa en un segundo lugar, porque a pesar de transcurrir en pleno enfrentamiento lo verdaderamente no es la ideología política o la destreza con las armas, sino conocer lo que sienten los protagonistas, y lo logra a la perfección. Este filme refleja con gran acierto la crueldad de una guerra sin sentido y lo plasma no sólo con la dolorosa muerte de los soldados, también se aprecia en la inocencia y el desconocimiento de los mismos y sus familias. Es una película emotiva, que enseña a apreciar pequeños gestos y lo descubrimos en la despedida de las familias mientras el tren con los reclutas se aleja, o cuando Jin-seok ve los zapatos que su hermano le hizo por primera vez. La utilización del flashback es correctísima, Kang Je-gyu se apoya en ellos en el momento exacto para conmover con mayor intensidad y la banda sonora compuesta por Dong-jun Lee se hace inolvidable a cada acorde que pasa. Desde el punto de vista técnico la cinta es insuperable, poder disfrutar de escenas de acción en las que iluminación, sonido y dirección se complementan a la perfección es algo indescriptible. Magníficamente representada.

Lazos de guerra es una película en la que no importa si se es partidario de Corea del Norte o Corea del Sur, al final te quedas con la valentía de los hermanos, con su historia, tan apasionante como triste, que a ratos consigue engañar pero que al finalizar te deja sin palabras y con la sensación de haber disfrutado de cine en mayúsculas.