Super 8 – Evocadora historia contada con acierto y pasión | La Cabecita

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Ya lo puedo asegurar sin temor alguno, J.J. Abrams ha hecho la película del verano; porque ni Capitán América, Conan, el bárbaro o El origen del planeta de los simios han sido capaces de ofrecer lo que el nuevo trabajo del creador de Lost, que además de entretener se sumerge en el espectador desde el primer momento en el que vemos el letrero de Amblin, y mantiene la sensación de nostalgia durante todo el metraje. Estos meses se utilizan en gran parte para vender blockbusters, para conseguir hacerse con relativa facilidad de la taquilla veraniega a costa de los espectadores menos escépticos que buscan pasar un rato agradable sin comerse la cabeza. Aún así Super 8 se estrenó hace pocos días con unos objetivos mucho más ambiciosos que hacer taquilla y ha sabido conquistar a la mayor parte del público y la crítica, porque está por encima de lo puramente comercial. Se habló del nacimiento de un clásico, de la nueva E.T.: El extraterrestre, y lo cierto es que ese hype no ayudó en nada al largometraje de Abrams, porque su película tiene alma propia, es un filme con toque spielbergniano pero con una magia diferente, de la mano de otro genio del cine actual (y la pequeña pantalla).

Probablemente esta sea la película más intrigante hasta la fecha de Abrams, nos quedó claro que para la televisión siempre tiene alguna sorpresa guardada (Lost, Fringe…) pero en la pantalla grande todavía no había madurado todo lo posible. Star Trek XI dejó patente que el autor quería escribir su nombre con letras grandes en todos los ámbitos, tanto en el cinematográfico como en el televisivo. Super 8, a pesar de llevar la marca de Spielberg, no debe venderse como algo del veterano director, ésto ha surgido de J.J. Abrams, y a pesar de la influencia de las películas de aventuras de su viejo amigo, el mérito de este filme, en su gran mayoría, es suyo. Y es un hecho, Abrams ha venido para quedarse.

La historia se remonta a 1979, un grupo de seis chavales graban una película de zombies en su pequeño pueblo para ganar un concurso. En una de las secuencias se adentran en una zona por donde pasa la vía del tren. Allí, en pleno rodaje, un convoy descarrila y sufre una gran explosión, pero el material almacenado oculta un secreto que todos temerán. 

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¿Sucedáneo ochenteno? No. ¿Evocadora? Sí. Desde la primera escena en la que vemos a un grupo de chavales en un funeral, pasando por el espectacular y abrumador accidente de tren, nos damos cuenta de que estamos ante una película creada por una persona que se ha visto influencia por los filmes de aventura ochenteros. En la nueva película de Abrams se respira juventud, inocencia, una osada valentía que sólo unos chicos jóvenes pueden poseer, y es inevitable no acordarse, aunque sólo sea vagamente, de Los Goonies. Para algunos Super 8 puede ir de monstruos o extraterrestres, que montan naves con una especie de cubos de Rubik, pero para mí eso no deja de ser un macguffin descarado donde lo realmente importante es la amistad, descubrir que esos niños verdaderamente creen en lo imposible y lucharán juntos hasta el final, y eso nos importa más que cualquier bicho. Esta hecha con pasión, la misma con la que Riley Griffiths hace su película de zombies, y es algo innegable. A pesar de todo no es una película perfecta, en varios momentos carece de la excitación y la emoción que nos gustaría sentir, aunque se palia con un guión divertido y agradable. Nos creemos todo un poco más al vernos sorprendidos con las abrumadoras interpretaciones de Joel Courtney y Elle Fanning, en especial ésta última que se come la pantalla. A ésto hay que sumarle la espectacular banda sonora de Michael Giacchino, incondicional de Abrams y magistral poniendo melodía a este filme.

Quizá mi opinión tienda a la subjetividad, pero lo cierto es que me encontré con una película muy entretenida, fresca y encantadora con la que pasé un rato emotivo y ameno. Un film con muchísima personalidad que a mí sí ha conseguido conquistarme.