El cine de animación está en auge. Gente como John Lasseter o los sucesores del tío Walt están consiguiendo sacar la sonrisa a prácticamente todos los públicos, y parte de culpa la tienen filmes como Toy Story 3, Cómo entrenar a tu dragón y si me apuran (aunque no está a la altura de las anteriores), incluso Megamind. Unos son productos de Pixar, otros de Dreamworks, lo importante es que el mensaje que se intenta transmitir llega al espectador de la mejor manera posible. Con Enredados Walt Disney volvía a la carga. Esta vez con celebración incluida.
La factoría del ratón Mickey celebró con la historia de Rapunzel su película número 50. Se dice rápido, pero es hora de echar el freno y reflexionar, esta industria lleva creando sueños desde 1923, con unos resultados mejores que otros. Es muy difícil desbancar largometrajes como La bella y la bestia, El libro de la Selva, Bambi o El rey León, al fin y al cabo muchos de nosotros hemos crecido con estas películas y son prácticamente irremplazables. Enredados debía ser el comienzo de algo nuevo, se buscaba superar y no reemplazar, se quería ofrecer un espectacular visual nunca antes visto en el cine de animación, desgraciadamente, se han quedado en el intento, aunque eso sí, no con malos resultados.
Enredados nos cuenta la historia de la princesa Rapunzel. Una joven con un cabello mágico de ¡21 metros! Su pelo cura cualquier herida y promete la juventud eterna a cualquiera que lo toque, por ello vive encerrada en una torre. Flynn Rider, por su parte, es el bandido más buscado del reino, por casualidad en una de sus particulares huidas se topa con la torre de Rapunzel. Ambos hacen una promesa y a partir de ese momento comienza la verdadera aventura, con música, tensión y, sobre todo, amor.
Conforme avanza la historia te das cuenta de que la trama es sencilla, bastante previsible y, para los tiempos que corren, algo pasada. Pero se consiguieron mezclar los métodos tradicionales con un aire contemporáneo que se hace irresistible. Es una película con mucho ritmo que cala en el espectador desde el primer minuto. Con personajes entrañables y una historia bien organizada y ejecutada que consigue sacar la carcajada con cada plano y gesto. Visualmente es perfecta, en ese sentido no tiene ningún desperdicio (de los pocos productos en 3D que creo que de verdad valen la pena). Enredados viene acompañada de una música pegadiza, aunque excesivamente ñoña y un guión bastante simpático ideal para pasar una tarde. Aún así no es el mejor producto de Walt Disney, eso sí, supera con creces a su predecesora Tiano y el sapo, un avance bastante importante para una empresa que parece que vuelve a despertar.
En conclusión, es una historia con un trasfondo bastante manoseado pero que cumple a la perfección con su cometido. La risa está asegurada.